Opinión

Patafísica política

Punto y seguido

Por: Ricardo Rivón Lazcano

Como todo mundo sabe, la Patafísica es el estudio de las soluciones imaginarias y las leyes que regulan las excepciones.

 

Otra forma de entender la patafìsica es por su remembranza aristotélica: aquello que se encuentra “alrededor” de lo que está “después” de la física.

Todo mundo sabe, también, que la ciencia política, tanto en su papel de ciencia, como por su objeto de estudio, tiene limitadísimos márgenes de representación mental (teorización) y todavía menos márgenes de injerencia en la dinámica de la realidad real. Mucho debido a la de por sí limitada, aunque muchas veces engañosamente  magnificada, mirada de la ciencia misma.

 

Todo mundo entiende que la política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados. Por lo tanto se manifiesta como conflicto de intereses disfrazados de lucha de principios al tiempo que maneja los intereses públicos en provecho privado.

 

No en vano el Diablo mismo escribió en su diccionario la definición más exacta, tanto lingüística como científica y espiritual del término Político: Sustantivo. Anguila en el fango primigenio sobre el que se erige la superestructura de la sociedad organizada. Cuando agita la cola, suele confundirse y creer que tiembla el edificio. Comparado con el estadista, padece la desventaja de estar vivo.

«La Patafísica es la más alta tentación del espíritu», afirmó Jean Baudrillard. Podríamos inferir que una de las más medianas y más bajas tentaciones del espíritu es declarar querer transformar el mundo. Un patafísico jamás se ocuparía de algo así. Inútil y malintencionado decir lo mismo de la Patafísica porque la Patafìsica está, de hecho, más acá y más allá. Y en cualquier otro sitio, pero nunca, nunca, declarando la bajeza de querer transformar nada.

Así, la patafìsica política es ella misma la excepción. Al estar alrededor de lo que está después de la física nos arma de valor para vivir la vida tal cual. La misma noción de política es subsidiaria de la de Patafísica. ¿O acaso los políticos proponen otra cosa que no sean soluciones imaginarias?

La Patafísica estuvo ahí cuando el hombre se rascó por primera vez la cabeza. Estuvo ahí porque ya existía desde el tiempo sin principio. Lástima que no nos acordemos. El psicoanálisis, la meditación y la política nos ayudan a vencer tal amnesia.

Los candidatos a la gubernatura de Querétaro son dos. Son la muestra incontrovertible de lo que está más allá de lo que nos ofertan, más allá pero en derredor.

La política patafísica incluye la posibilidad de resignarnos a no comprenderla en absoluto, lo cual, por definición, es comprenderlo todo:

(Coplas de Dos tipos de cuidado)

«No es malo tener dinero, pero que nos digan de dónde, que lo hagan público. Si el PRI viene diciendo que en Querétaro no pasa nada, o miente o viven en otro lugar que no es Querétaro»

«Pancho, tú sabes que has mentido sobre tu declaración patrimonial y mientes sobre la mía. Y a mí eso no me molesta. Lo que me molesta es que pretendas usarlo para mentirle a los ciudadanos»

«Qué bueno que te audites con un despacho internacional, pero hazlo público ante todas las queretanas y queretanos. Súbete al IMCO (Instituto Mexicano para la Competitividad), a menos que descalifiques y no creas en el IMCO».

«Subirse a una página y hacer uso de una institución profundamente respetada no solo por mí sino por los mexicanos, como lo es el IMCO, no es construir transparencia, es hacer uso de una propuesta de transparencia»

«Guardar secreto es un derecho. Yo he optado por hacer uso de ese derecho a mi nombre y a nombre de mis hijos; mentir y pretender engañar es un delito, incluso, en nuestra formación, hasta un pecado»

«Ahora ya pasé de mentiroso, hasta pecador… La parte del IMCO no es por estar en una coyuntura, Roberto, para el estado de Querétaro, es una solicitud añeja».

(Ver Wikipedia. Marx, Groucho. Bierce, Ambroce. Stagnaro, Giancarlo)

@rivonrl

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