Opinión

PENSIONES…. y pensiones

Por: Salvador Rangel

La vida no siempre es equilibrada, amor, riqueza, salud no están bien repartidos, a juicio de quien no las disfruta.

Hay personas que se han preparado y han trabajado con honradez sin que la suerte, el destino o sus decisiones personales los hayan favorecido una sola vez. En contra partida, hay quien recibe todo y más, será porque estuvo en el momento y en lugar adecuado, además de contar con amigos que le facilitaron su ascenso personal y económico. Tal vez cuestión de suerte.

Y en este país, de aproximadamente 118 millones de personas, cerca de 52 millones son las que tienen trabajo formal, es decir, están sujetas a beneficios de seguridad social, incluida pensión por cesantía o vejez o en jubilación, de acuerdo a la cotización de sueldo. Las dos grandes instituciones de seguridad social en México, IMSS e ISSSTE, son las que tienen el mayor número de pensiones y jubilados. Si bien el pago mensual no es elevado, el extrabajador percibe como pensión garantizada un salario mínimo vigente más una ayuda social, lo que en pesos y centavos, aproximadamente, es de $2,100.00 mensuales.

La cotización que hace el trabajador a su fondo de pensiones tiene un tope, es decir, existe un límite por el cual cotiza, y -naturalmente- a la hora de la pensión o jubilación, éste será el máximo al que tendrá derecho.

Se dice que todos somos iguales, pero hay unos más iguales que otros. Sí, frente a las pensiones y jubilaciones, no hay más que lo que la ley otorga, pero no podían los políticos, principalmente diputados, senadores, presidentes municipales, regidores, etc., atenerse a esto. Por lo general, son ellos los que se asignan sus sueldos, prestaciones y, sobre todo, lo que han de recibir al momento de dejar el cargo de elección popular, servidores públicos que están para servir a la ciudadanía y no para servirse de ella.

Los expresidentes de la República tienen pensión vitalicia, además de personal asignado para su custodia personal y para actividades administrativas. Se entiende que después del cargo que ocuparon no deben aspirar a ningún puesto político, pues corren el riesgo de que no los elijan. Así que terminan siendo los mexicanos con menos aspiraciones políticas públicas, y no dejan de ejercer influencia. De los expresidentes que viven, Luis Echeverría, Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe de Jesús Calderón, todos reciben pensión vitalicia, salvo Zedillo, que declinó, pero a cambio de ello recibe del Banco de México, donde trabajó nueve años, 1.6 millones de pesos al año, según datos de 2013. En ese mismo año, 2013, se destinó 10.9 millones de pesos para los expresidentes; además, se asignó 29.7 millones para el “personal de apoyo” de los exmandatarios, estos gastos no incluyen a los elementos del Estado Mayor Presidencial. En promedio, cada uno de ellos recibe -al mes- 205,122.00 pesos. Y en caso de fallecer, la pensión se otorga a la viuda y a los hijos menores de 18 años.

Y si de pensiones se trata, los ministro de la Suprema Corte de Justicia -al retirarse- reciben durante dos años el 100% de su sueldo, y después, el 80% hasta su muerte.

Con la aprobación de las leyes reglamentarias en materia electoral aprobadas por el Congreso de la Unión, éstas dejan entrever una pensión vitalicia para los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, ¿qué tienen qué ver los magistrados con sus “haberes de retiro” en las leyes reglamentarias? En forma aparente nada, pero en política lo imposible se hace realidad.

El Partido de la Revolución Democrática, el Partido Acción Nacional y Movimiento Ciudadano se han opuesto a esta decisión, apoyada por el PRI. Ricardo Monreal, del partido Movimiento Ciudadano, expresó que esto es una “barbaridad”, que este acuerdo no estaba considerado en el proyecto original enviado por la Cámara de Senadores.

Por su parte, el senador priista Miguel Ángel Chico Herrera señaló que las acusaciones son imprecisas, ya que son “haberes de retiro”, no pensión vitalicia. Lo sano y más cuerdo sería derogar este renglón y evitar que el presupuesto se engrose con pensiones vitalicias que ofenden a la mayoría del pueblo.

Y los nostálgicos recuerdan las sabias palabras del político veracruzano, de la época de Miguel Alemán, César Garizurieta “El tlacuache”, quien dijo: Quien vive fuera del presupuesto, vive en el error.

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