Piratas y clandestinos
Por: Omar Árcega E.
Desde hace algunos meses se han multiplicado en el entorno urbano, aunque discretos poco a poco se han dado a notar, son una plaga que se propaga al calor de la corrupción, abonados por la omisión y protegidos por quienes deberían sancionarlos. Me refiero simple y llanamente a los “taxis pirata”.
Se presentan sin placas oficiales de concesión de taxis, no tienen el característico color amarillo que permite identificarlos a distancia, se llegan a llamar a sí mismos como “Taxis ejecutivos”, suelen rondar por las zonas industriales al término o inicio de turnos, algunas veces suplen al servicio de radio taxis, los más osados han impreso tarjetas de presentación que ofrecen a sus clientes para que éstos puedan localizarlos cuando lo requieran.
Los cómplices
Imagino, a riesgo de caer en generalizaciones, que los choferes de estos taxis son gente con necesidad de trabajar y en un entorno laboral adverso como el que tenemos muchas veces nos vemos obligados a ganarnos el alimento no en lo que queremos, sino en lo que podemos. Pero no por ello, evito cuestionar a los dueños de esos vehículos, gente con más posibilidades económicas, algunos de ellos (lo sé de buena fuente) propietarios de una o más placas de taxis, con peso e influencias en las bases de radio taxis. Ellos actúan fuera de la ley, alimentan el sistema de la “transa”, de actuar por debajo y por encima de las normas, nuestra sociedad es un poco más corrupta gracias a ellos.
Sin embargo no son los únicos culpables, también tienen grave responsabilidad los funcionarios que saben de esta situación, imagino que la existencia de estos vehículos no le será desconocida a la Secretaría de Gobierno del estado, concretamente a la oficina encargada de regular las concesiones para transporte urbano. Tampoco la ignoraran el personal de la Secretaría de Seguridad Pública de la capital. Hasta el momento parece que unos y otros prefieren ver a otro lado antes que enfrentar al toro por los cuernos, es decir poner en orden a los infractores de la ley, la pregunta que surge es ¿Por qué no lo hacen? ¿Hay oscuras complicidades?
El problema
La existencia de taxis piratas es un riesgo en dos niveles. El primero y más próximo es que algunos de estos vehículos se conviertan en espacios privilegiados para el robo, el secuestro, la extorsión y las violaciones, pues al no tener un registro de vehículos y choferes motiva al surgimiento de bandas criminales que hagan sus fechorías utilizando como cebo estos vehículos; la pregunta es ¿Esperarán las autoridades hasta que la situación llegue a estos niveles para empezar a perseguirlos? Si esto ocurriera, como ciudadanos debemos sumar una fuente más de riesgo para nuestra integridad. El segundo nivel al que nos afecta es a nivel de cultura de la corrupción, el hecho de saber que se puede saltar la ley con costos mínimos o inexistentes, es un motivante para incrementar el número de delitos y su nivel de violencia, con la no sanción a los taxis pirata se transmite la idea de que las normas y disposiciones gubernamentales están hechas para ser violentadas, desobedecidas e ignoradas. Con esta mentalidad perdemos todo pues quedamos presos del mundo de la ilegalidad, donde el más influyente es el que manda y el que menos “contactos” tiene es el que pierde.
Todos los que vivimos en el área metropolitano o nuestros familiares y amigo, en algún momento nos veremos en la necesidad de usar un taxi, si éstos debido a que no se encuentran registrados y reglamentados no nos ofrecen las condiciones mínimas de seguridad, estamos en permanente riesgo, he aquí la necesidad de visibilizar esta situación, de pedir a nuestros representantes que pongan atención a esta problemática, a exigir que haya una aplicación de la ley por parte de Gobierno del Estado y de los poderes municipales. Ahora tendremos nuevos diputados y alcaldes, esperemos pongan atención a esta realidad antes de que se vuelva incontrolable, antes de que tengamos que lamentarnos porque algún ser querido sufrió un robo o secuestro a bordo de uno de estos taxis “ejecutivos”.
A esperar
El reto ahí está, veremos si hay la voluntad política para enfrentarlo, información existe la suficiente pues incluso los dirigentes de algunas asociaciones de taxistas ya han ventilado el problema en los medios de comunicación, ésta es una prueba de fuego para nuestras autoridades, por el bien de todos esperemos que las oscuras complicidades no puedan más que el respeto por la ley y el interés por la seguridad de los ciudadanos.
twitter.com/Luz_Azul
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