Opinión

Por qué la violencia no va a disminuir

Punto y seguido

Por: Ricardo Rivón Lazcano

 

“Nada existe.

Si algo existiera, no podría ser conocido por el hombre.

Si algo existente pudiese ser conocido,

sería imposible comunicarlo con el lenguaje a otro hombre.”

Gorgías

Hay muertos que no duelen a nadie, pero dicen mucho del dolor total de una sociedad. Hay muertos que duelen en el núcleo familiar pero no más allá. Y muertos que provocan un placer enfermizo en los que fueron sus enemigos. Historia vieja, historia humana.

 

El corazón de las tinieblas nacionales está bien resguardado por la imponente y saludable musculatura del crimen organizado. Son motivos de insomnio. El tráfico de drogas, personas, armas, son partes visibles de la organización compleja del crimen, y no son sinónimos.

Nos acostumbramos a pensar que el individuo es distinto, incluso antagónico, a la sociedad. Tal vez sea el diseño cerebral o la complicadísima trama cultural que llamamos civilización lo que nos impide ver con relativa claridad lo que sucede en “el corazón de las tinieblas” del crimen organizado, por ejemplo, que los muchos descabezados del narco tienen semejanzas sociales sustanciales con la falsificación de firmas para obtener un préstamo como el de Humberto Moreira en Coahuila, con la dejadez inercial del aparato judicial que ve a los mexicanos como presuntos culpables. Pensemos en Lydia Cacho con los héroes de la película, Kamel Nacif y el actual líder de los priistas en la Legislatura federal.

Dice Octavio Paz sobre la muerte de su padre: “…una tarde juntamos sus pedazos. / Yo nunca pude hablar con él. / Lo encuentro ahora en sueños, / esa borrosa patria de los muertos”.

Los sueños como borrosa patria de todo, de los muertos, de las muertas, de lo que fueron y pudieron ser.

Los muertos del sexenio

Faltan los nombres de los muertos, falta incluso el número exacto de los muertos, y si se tuviera y se divulgara, nadie confiaría en la certeza del dato. Junto a todo, además, falta cualquier otro detalle concreto que pudiera servir para identificar a los muertos, para entender la violencia, o tal vez para descubrir múltiples violencias.

En la violencia los hombres y las mujeres no importan. Lo que hay es una fascinación por la muerte de las élites del poder, en el gobierno de Calderón creció un grupo de funcionarios, oficiales, empresarios que se han beneficiado política y económicamente con el dolor y la muerte.

No debe ignorarse que la narcopolítica es una tonalidad de la política misma. Siempre será más política que narco.

Dice Fernando Escalante:

Donde hay un comunicado de prensa de las autoridades para explicar un enfrentamiento, un atentado, una masacre, el hallazgo de un cadáver, faltan casi todos los elementos que permitirían contrastar la información.

Es acaso uno de los rasgos fundamentales de estos años: no sólo que no hay, sino que se sabe que no va a haber información suficiente para entender lo que sucede. Todos, periodistas, académicos, consultores, diplomáticos, políticos, estamos obligados a guiarnos por la explicación de las fuentes policiales a sabiendas de que son parciales, inexactas, engañosas o deliberadamente omisas. Y eso hace que la realidad adquiera un carácter casi fantasmal, incierto.

Lo que no va a cambiar (¿o sí?):

…“el sistema” no tiene nada de particular, nada que no conozca cualquier departamento de policía de una sociedad moderna, es decir: tolerancia, protección, negociación de sentencias, redadas sobre aviso, a cambio de chivatazos, respeto de algunos límites, y un cierto orden en la calle.

Y el pueblo en general

De Proceso:

@taller2006: “Lo siento mucho, lamento NO tener la suficiente hipocresía como para que me duela la muerte de José Eduardo Moreira”.

@jamzanon: “Murió José Eduardo Moreira (hijo de una ratota) ya sólo falta @FelipeCalderon, @epn, Moreira padre, Fox y Salinas, ¡Vamos bien!”

@Iaura_bozzo: “¿Saben si van a dar tarjetas de Soriana en el funeral de José Eduardo Moreira?”
‏@EsLaCruelVerdad: “Injusto que mataran a José Eduardo Moreira pudiendo haber matado a su padre”.

@vicmanol: “Que la muerte de José Eduardo Moreira no sea una lección en vano para los priistas: ni la corrupción ni el dinero, valen lo que un hijo”.

@SarcasmOn1: “De José Eduardo Moreira aprendí que si un político es asesinado era una gran persona, pero si el muerto es un civil seguro era narco…”

rivonrl@gmail.com

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