Por una izquierda sin apellidos
Por: Daniel Muñoz Vega
La izquierda podría llegar a ser tan insensata, que sería capaz de pasar el sexenio de Peña Nieto discutiendo cuál es la verdadera izquierda. Si la izquierda quiere ganar la Presidencia de la República en el 2018, tiene que dejar de ponerse apellidos. La izquierda tiene que ser la izquierda, punto.
En 2008 vimos una división tremenda al interior del PRD que debilitó mucho la estructura política de ese partido. AMLO tuvo la visión de organizar Morena para hacerle frente a la maquinaria de Enrique Peña Nieto en las elecciones pasadas. A pesar del enorme esfuerzo, la estructura de Morena no fue suficiente para impedir que regresara el PRI a Los Pinos. Cuando se formó el movimiento #YoSoy132, miles tuvimos la esperanza de vivir un proceso electoral catártico, pero a pesar de aquel mítico movimiento, no se le pudo ganar a los poderes fácticos. Hoy sus integrantes de #YoSoy132 ya pisan los foros de Televisa.
Todavía después de la elección, muchos estuvimos de acuerdo en que ésta se llevara a los tribunales por las tremendas irregularidades como la lastimosa compra de votos, ¿qué pasó? El Tribunal hizo Presidente a Peña Nieto.
¿Qué hacer en la izquierda para pensar a futuro? Muchos tienen esperanza en que la conformación de Morena como partido político sea el camino correcto que deba tomar la izquierda. Yo en lo personal pienso que conformar otro partido político sale sobrando. Morena como partido político dividirá aún más a la izquierda. El proceso para convertir a Morena en partido no está libre de grillas internas y de desorganización. Me resulta fastidioso leer en redes sociales y en portales de noticias, que los integrantes de Morena en diferentes estados, no están de acuerdo con los liderazgos elegidos. ¿A dónde va Morena? Aspirará en próximas elecciones a tener un cinco por ciento de votación y comenzar a obtener prerrogativas. Sería muy hipócrita pensar que sólo los “buenos y puros” conforman Morena.
La auténtica izquierda no existe. Debemos dejar de ver la vida de la izquierda en blanco y negro. Ver la vida de manera tan moralista me parece catastrófico. Creo que tanto los personajes que simpatizan con AMLO como los que por alguna razón no simpatizan tanto, y que tendrán una posición política por los próximos tres o seis años deben plantearse ser una auténtica oposición para el gobierno que comienza. Las intenciones de AMLO para transformar este país son auténticas, siempre lo han sido, pero ahora debe de procurar la unión, debe de convertirse en el líder que sume, debe de respetar el pacto de noviembre del año pasado con Ebrard. El gran problema que tiene AMLO es no saber entender a tiempo el contexto. Ahora pretende formar un partido político cuando estamos hartos de partidos políticos. Pretende alargar su liderazgo desde la vía política cuando viene la figura de Ebrard con buenos resultados en el gobierno de la ciudad de México.
Creo que el momento de la izquierda debe de quedar en manos de Ebrard, y es tiempo de que AMLO se sume a este proyecto. Han sido 12 años de subirnos al tren lopezobradorista. A pesar de que los resultados electorales, por los motivos que hayan sido, no favorecieron a la legítima causa que encabezó AMLO, creo que ha habido un despertar en millones, pero también pienso que es momento de que transforme su liderazgo. Si nos pasamos el sexenio discutiendo quién es más izquierda que el otro, estamos muy jodidos. Ebrard no es la panacea de la izquierda, y es más, si pretende llegar pactando mejor que no llegue, pero por lo menos merece una oportunidad de presentar su proyecto y de intentarlo.
Creo que hay un gran capital político tanto en la figura de AMLO como en la de Ebrard, pero el momento de aquí en adelante debe de ser de Marcelo. Sería suicida dividir a la izquierda para las elecciones del 2018. La única certeza que se tiene de aquí en adelante es intentar, por medio de Ebrard, algo distinto a lo que se ha venido haciendo, tenemos que empezar por quitarle apellidos a la izquierda. La izquierda no puede tener apellidos, la izquierda tiene que ser la izquierda, así a secas.
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