Opinión

¿Qué hacemos con los políticos y los partidos?

Por: Marta Gloria Morales Garza

Después del tema de Iguala, Guerrero, y de la pobre reacción de los partidos, de los diputados, y del propio presidente de la República, muchos ciudadanos se están preguntando, ¿y ahora… qué hacemos con los políticos o con todos los partidos?

Rayuela —el lunes 1°, en la Jornada— mencionaba que quizá ahora en México podría aparecer un movimiento como PODEMOS; un movimiento político español que surge en contra de los partidos, que en mayo pasado obtuvo casi el 8% de los votos para la elección de diputados al parlamento europeo y que en noviembre de este año, según las encuestas españolas, alcanza el 22% de las intenciones directas de voto, comparadas con el 13% del PSOE y el 13% del PP.

Es decir, PODEMOS es una organización política de ciudadanos, encabezados por profesores universitarios, que utilizan las redes sociales como único medio para comunicarse con sus simpatizantes y lanzar candidatos ciudadanos a los puestos en disputa.

En México, actualmente y a partir de los acontecimientos recientes, se están generando tres reacciones: los partidos que pueden están aprovechando la crisis para llevar agua a su molino, sobre todo el PAN; sin embargo, una encuesta reciente del Universal/Buendía Laredo —levantada entre el 8 y el 12 de noviembre— detecta que el PRI es el partido mejor posicionado para las elecciones del 2015 con el 30% de las preferencias; el PAN cuenta con el16% y el PRDcon el 10%.

Otros están manifestando su descontento con todos los partidos y con todos los políticos a través de la violencia, quizá para restarle legitimidad a los movimientos de protesta, o simplemente porque así lo creen necesario. Es decir, piensan que la vía para cambiar a México es la violencia.

Finalmente, están los que frente al descrédito de la política, que cada vez es mayor, están promoviendo olvidarse de los partidos y de la política electoral y promueven una tercera vía para cambiar al país: el trabajo directo con las organizaciones sociales, para empoderar a los ciudadanos y, desde abajo, promover el cambio de una manera pacífica, pero radical. Por lo menos así entiendo yo el discurso de Javier Sicilia.

Algunos dirigentes de Morena están muy indignados y debaten con Sicilia, afirmando que Morena sigue siendo una opción; sin embargo, la postura de Sicilia no cambia: ni las elecciones ni la violencia, es necesaria una tercera vía para derrotar al neoliberalismo y al Estado liberal, pues —según Javier Sicilia— este modelo ya está agotado.

Morena, y Martí Batres en particular, analiza superficialmente la propuesta de Sicilia y la considera como una campaña por el voto nulo. Me parece que es una pobre lectura, pues la campaña del voto nulo ya se hizo en 2009 y no funcionó. por varias razones:

1.- En 2009, cuando se realizó una campaña en redes sociales para votar en blanco o nulo, el impacto en algunas entidades como el DF fue alto, pues el voto nulo alcanzó 11%. Sin embargo, a nivel nacional el impacto fue bajo, pues sólo el 5. 4 % votó nulo o en blanco; comparado con el 2003, la elección intermedia más cercana, hubo un incremento del 2% en este tipo de sufragios.

2.- Como todos saben, en nuestro sistema electoral el voto nulo aparece en el cómputo, pero no cuenta para determinar el número de diputados que tendría derecho cada partido. Así, aunque el 50% de la población votara nulo, los partidos se distribuirían el pastel de la misma manera.

3.- Sin embargo, sería bueno reconocer que el triunfo del voto nulo o en blanco podría ser simbólico y serviría para mandarle un mensaje a los políticos: ya no los queremos… Sí, pero resulta que nuestros políticos ni nos ven ni nos oyen, así que no sé si sirva de algo el mensaje.

4.- ¿A quién favorece el voto nulo o en blanco? Si pensamos en los que hoy están discutiendo esta posibilidad, lo cierto es que no favorece a la izquierda, y es posible que también se sumen algunos electores de clase media vinculados a las redes sociales y que muy probablemente sean electores panistas, así que es muy probable que la propuesta de abstención favorezca al PRI.

5.- Lo cierto es que Javier Sicilia no está hablando de una campaña de voto nulo, eso sería lo mismo que legitimar a los partidos y al sistema electoral. Él habla de ignorar a los partidos y a los políticos, está hablando de una tercera vía, pero para cambiar al país, no sólo al gobierno, no por la vía armada, no por la vía electoral, sino por la vía de la organización y de la autogestión; pone como ejemplo a los zapatistas.

Me parece que la propuesta de Javier Sicilia debe ser tomada en cuenta, la desilusión de la política, de los partidos y en última instancia de la democracia electoral es visible, lo que no es tan visible es qué hacemos para cambiar a nuestro país, para dejarle a nuestro hijos un país diferente o quizá solo un país, porque parece que lo están destruyendo los políticos y nosotros somos responsables porque no lo impedimos.

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