Reforma energética y leyes secundarias: el desastre que viene
Por: Ángel Balderas Puga
Muchos mexicanos se han mantenido al margen del debate y de la lucha por mantener nuestra riqueza energética pensando, ilusamente, que la reforma energética impulsada por el PRI, el PAN y por sus partidos satélites no los afectará en lo más mínimo, cuando todo indica que será exactamente lo contrario, y que se cierne sobre la población mexicana un negro futuro en su calidad de vida, derivado de la enorme irresponsabilidad de una clase política ignorante, perversa o entreguista a intereses extranjeros, una clase que se conformará con unas cuantas migajas del pastel que ya saborean las grandes multinacionales extranjeras.
Acabar con todo
El pasado 14 de agosto, la periodista Carmen Aristegui entrevistó en su programa de radio de MVS Noticias al actual director de Pemex, Emilio Lozoya Austin. Entre tanta barbaridad y mentira que dijo, quiero referirme a lo relativo a uno de los “grandes” objetivos que señaló Lozoya, economista egresado de la universidad privada Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM). Lozoya señaló que uno de los objetivos del gobierno de Enrique Peña Nieto es “alcanzar una producción de 3 millones de barriles diarios de petróleo”.
Este señor, con maestría en Administración Pública y Desarrollo Institucional por la Universidad de Harvard, muestra -así- desconocer totalmente que el petróleo es un recurso no renovable, y muestra también la enorme irresponsabilidad de los impulsores de la reforma energética, los que malbaratarán nuestros recursos energéticos y se los acabarán rápidamente en beneficio de multinacionales extranjeras.
Como hemos señalado varias veces -pero no está de más recordarlo- el petróleo es un recurso no renovable que alcanzó ya su máximo de producción a nivel mundial, según estudios de la Universidad de Uppsala, Suecia, y según muchos estudios más. Basta que el lector más curioso busqué en internet la frase “peak oil” (cúspide petrolera) para que halle un sinfín de trabajos al respecto. El año crucial fue 2010, pues entonces se alcanzó el máximo de producción mundial (considerando no sólo el petróleo convencional sino también el petróleo ultra pesado, el petróleo en aguas profundas, el petróleo polar y los líquidos del gas natural -NGL, por sus siglas en inglés-).
En el caso de nuestro país, según la Asociación para el Estudio de la Cúspide Petrolera, sección Irlanda -ASPO, por sus siglas en inglés- y la British Petroleum Statistical Review, la cúspide petrolera se alcanzó en México en el año 2004. En ese año, nuestro país produjo 3 millones 830 mil barriles diarios de petróleo para después ir decayendo paulatinamente en su producción. Véase la siguiente tabla tomada de British Petroleum Statistical Review of World Energy (de junio de 2013); el último dato fue tomado directamente del portal de Pemex.
TABLA AQUÍ
Como puede verse en la tabla, desde 2009, la producción ha estado ya por debajo de los 3 millones de barriles diarios. Es una mera ilusión, en este contexto, pretender aumentar la producción cuando ya nos queda menos petróleo y cada vez nos quedará menos. Aunque se lograra aumentar la producción en el número que señala Lozoya, la pregunta clave es ¿por cuánto tiempo? Basta observar lo que sucedió con el gran pozo de Cantarell y su sobreexplotación. Este pozo llegó a producir, en 2003, 2.21 millones de barriles diarios. Actualmente produce apenas poco más de 400 mil barriles diarios.
Esta insistencia enfermiza de aumentar la producción sin invertir en toda la cadena productiva y sin invertir en ciencia y tecnología para prepararnos a la inevitable transición energética nos llevará al desastre. Nuestro futuro inmediato será como el de Malasia, país que en 2011 pasó de ser exportador de petróleo a importador, al ya no producir lo necesario ni siquiera para satisfacer sus necesidades internas.
Según el Anuario Estadístico de PEMEX 2013, tenemos unos 14 mil millones de barriles de petróleo en nuestras reservas probadas. Un ritmo de explotación de 3 millones de barriles diarios equivale a mil millones anuales, por lo que tendríamos petróleo sólo para 14 años, un futuro bastante cercano ¿Y luego? ¿Cómo sobrevivirá nuestro país en un contexto de tener que importar petróleo caro?
Actualmente, a nuestro país le cuesta 20 dólares producir un barril de petróleo, que se halla, principalmente, en aguas someras. El costo de producción de un barril de petróleo en aguas profundas y ultraprofundas, petróleo pesado o de arenas bituminosas fluctúa entre 40 y 80 dólares el barril; y la producción de un barril de petróleo proveniente de líquidos del gas natural o de esquisto va de los 60 a los 120 dólares. ¿Qué haremos cuando tengamos que importar petróleo a 100 dólares el barril? Tan sólo en 2012 consumimos 2 millones de barriles diarios, que costarían 200 millones de dólares diarios; requeriremos de 73 mil millones de dólares al año ¿de dónde saldrán?
anbapu05@yahoo.com.mx
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