Sobre la problemática de las jubilaciones y pensiones en la UAQ
Por: Francisco Ríos Ágreda
A partir del mes de marzo de 2015 se generaron una serie de tensiones entre los maestros jubilados y pensionados del SUPAUAQ, con la rectoría de la UAQ, por los ajustes salariales que unilateralmente realizó la UAQ, particularmente con los pensionados tanto administrativos como académicos de la UAQ. Según la Universidad, informó previamente a la dirigencia del SUPAUAQ sobre la aplicación de esta medida. Por parte de la Delegación de Maestros Jubilados Y Pensionados del SUPAUAQ se señaló que ni en la Asamblea General Ordinaria del sindicato, del 9 de diciembre de 2014, ni en las sesiones del Consejo Consultivo del SUPAUAQ de los meses de enero, febrero y marzo de 2015, se informó sobre este ajuste que afectó sensiblemente a los maestros pensionados, quienes venían percibiendo sus ingresos que están contemplados en la Ley del IMSS.
El punto de la discordia es que ni fueron notificados los afectados, además de que prevaleció una interpretación ruda de la cláusula 77 del Contrato Colectivo de Trabajo, de donde deriva la UAQ, desde la famosa “complementariedad”, el asunto de lo que ha denominado la “doble pensión”. Al respecto consulté con el Dr. Mariano Amaya Serrano, fundador del SUPAUAQ, quien afirmó categóricamente que la pensión universitaria es un derecho ganado a pulso por los trabajadores académicos desde la primera huelga del SUPAUAQ en el año de 1975, con la firma del primer Contrato Colectivo de Trabajo, en la clausula 33, misma que aún permanece en dicho instrumento jurídico bilateral y otra cosa es la pensión, normada en la Ley del IMSS, que responde a las cotizaciones que el trabajador hizo durante su vida laboral.
El asunto adicional es que en el año de 2007, en la primera administración de Raúl Iturralde Olvera (2006-2009), el SUPAUAQ, dirigido por Marco Rubio Abonce, pactó con la rectoría la mutilación de la cláusula 77 del mencionado contrato laboral, en base a una consulta amañada, de la cual surgió la suspensión de la clausula de Jubilación para los trabajadores académicos que hubieren ingresado, después del 15 de junio de 2007. En ese sentido, los profesores jóvenes que hayan ingresado después de esa fecha ya no tendrán derecho a la jubilación y se regirán estrictamente por la seguridad oficial y por el sistema de las AFORE, que son unos verdaderos tiburones. Siempre ganan, aunque los trabajadores tengan “minusvalías”.
La problemática laboral se discutió en una serie de reuniones de la Delegación de Jubilados y Pensionados, en las que se acordó, respaldar las peticiones de los maestros pensionados, quienes incluso tuvieron dos reuniones de intercambio con la rectoría, una promovida por la base de jubilados y pensionados y respaldada por el equipo sindical (en ese entonces representada por Guillermo Herbert, Luis Fernando Saavedra y quien esto escribe). En esa reunión, del 16 de abril de 2015, con Gilberto Herrera, Rector de la UAQ y con Oscar Guerra, Abogado General de la Institución se planteó que la UAQ revisaría tres temas: la cotización del trabajador con otros patrones diferentes a la UAQ para distinguir ambos conceptos y aplicar solo el referido a las semanas cotizadas a través de la UAQ. Otro de los puntos fue el de no contabilizar las asignaciones familiares, ni la ayuda asistencial del IMSS. El Abogado General insistió en que la cláusula 77 del Contrato Colectivo señalaba que la complementariedad se aplicaba tomando en cuenta tanto la jubilación como la pensión, las cuales eran partes integrantes del salario del maestro jubilado y pensionado, por lo que la mayor parte del mismo procedía del IMSS y la parte que faltaba era aportada por la UAQ. Por lo que quienes habían cobrado “en demasía” les aplicaban el descuento unilateral, hasta el punto que hubo varios casos en que los cheques correspondientes salían en ceros. Los jubilados y pensionados le señalaban tanto al Rector, como al Abogado General que esa era una interpretación de la cláusula 77 y que había que interpretarla en el marco general del espíritu del Contrato Colectivo de Trabajo, en particular la cláusula 34 que plasmaba la igualdad de derechos de los trabajadores en activo y los jubilados y pensionados. También se pidió, que en todo caso, los descuentos con los que no se estaba de acuerdo, se hicieran en un monto no mayor al 10%. Asimismo se hizo el planteamiento de que los casos no fueran abordados de manera individual con la rectoría, sino que fuera el SUPAUAQ, quien representara en bloque a los maestros jubilados y pensionados. Estas propuestas fueron nuevamente formuladas en el curso sobre el Sistema de Seguridad Social del IMSS, en ocasión de la presentación de Oscar Guerra en dicho curso organizado por el PAMIJUAQ, en las instalaciones del SUPAUAQ.
A la fecha, prácticamente se mantienen las mismas condiciones, pues las cuentas que hace la UAQ no satisfacen los requerimientos de los integrantes de la Delegación de Maestros Jubilados y Pensionados. Más aún se han polarizado más las cosas, con las declaraciones del Gilberto Herrera, Rector de la UAQ, quien sostuvo en los medios (AM, 7-XI-2015, p. A-3) que la UAQ tiene un pasivo de 10 mil millones de pesos por pago de pensiones. Sobre esta afirmación, los miembros de la Delegación de y Pensionados, solicitaron al Comité Ejecutivo del SUPAUAQ, en la última sesión del Consejo Consultivo, que se le pidiera, por escrito, una explicación al rector de la UAQ sobre este pronunciamiento. Ojala pronto la conozcamos.
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