Opinión

Sobre las redes sociales

Por Jorge Antonio Torres Anaya

 

“Nada obstaculiza con mayor fuerza la descripción de la figura particular que presenta la cultura política de una realidad social histórico-concreta que la suposición, defendida obstinadamente por el discurso moderno dominante, de que la puesta en práctica de lo político pertenece en calidad de monopolio al ejercicio de ‘la política’ (…) constituida por el conjunto de actividades propias de la ‘clase política’…”

Bolívar Echeverría

 

Con la irrupción de los medios de comunicación informáticos mucho se ha hablado sobre sus manifestación en los diversos fenómenos actuales. Hablamos sobre la educación, la salud, la interacción entre las personas, etc. Sin embargo, en este caudal de nuevas experiencias parece que hemos dejado de lado el fenómeno de las redes sociales y la política, entendida tal vez como podríamos interpretar en Bolívar Echeverría. La separación fáctica de la actividad política de esas clases tan alejadas de lo que podríamos llamar sociedad, hace que una y otra escena se vaya desempeñando de formas tan distintas que una desconoce de la otra, sin siquiera llegar a entender que tanto la “actividad política” repercute en la sociedad como ésta repercute en la primera. La distancia parece insalvable, pero no lo es.

La aparición de las redes sociales constituye un nuevo elemento dentro de esta interacción. La participación de parte de estos dos participantes construye un puente bastante válido, pues dentro del reglamento de participación se acepta que todos los participantes de estos medios entren en un ambiente muy por encima de la dinámica del “mundo real”, en la participación de un “meta-mundo” en la Internet. ¿Qué implicaciones tiene esto? La igualdad tantas veces esgrimida en los discursos políticos podría ser alcanzable, mientras la dinámica de la participación en este “meta-mundo” no se vea cuarteada por los intentos de reglamentación que pretenden establecerse desde la clase política del “mundo real”.

En estos días fuimos testigos en México de la vialidad operante de este puente de las redes sociales. El precandidato priista Enrique Peña Nieto, en presentación de su libro en la Feria Internacional del Libro en Guadalajara protagonizó uno de los bloopers más memorables de este año. Cuestionado sobre los libros que han marcado su vida privada y política, no sólo no contestó satisfactoriamente, sino que confundió textos de Enrique Krauze y Carlos Fuentes.

Este acto desató una serie de reacciones en las redes sociales, principalmente en Twitter y Facebook (las dos redes más usadas en México) en donde la posibilidad de criticar directamente al precandidato, más allá de la censura de los principales medios de comunicación, manifestó la importancia de estas redes sociales para la participación ciudadana. Y más allá, con la respuesta de la hija del precandidato tricolor a las críticas a su padre, desembocaron en lo que podría ser un punto de referencia para que la “clase política” mexicana tome de ahora en adelante muy en serio lo que implica la participación “al tú por tú” en estos medios.

Si el hombre es por naturaleza un “animal político” como diría Aristóteles, y en la nueva mecánica de las redes sociales se nos permite hacer política, saltando este abismo que existía entre la política institucional y la sociedad, el defender estos espacios de libertad de las pretensiones de reglamentación (y censura) parece ser la respuesta más evidente ante reacciones como la presentada por el Gobierno de Veracruz, en contra de dos “tuiteros”, o la de la PGR en contra de un “tuitero” por haber realizado un comentario sobre el fallecimiento del ex Secretario de Gobernación, Francisco Blake Mora.

Estas reacciones ponen en claro la necesidad de parte de los círculos de poder en México por establecer una mordaza a todos los que utilizamos las redes sociales para hacer crítica de su “política”, que a todas luces ha mostrado una serie de fallas y que no aceptan, ejerciendo el poder que los ciudadanos han puesto en ellos para velar por la seguridad de la sociedad mexicana. Responder con mordazas no es la forma de reconocer al hombre como político por naturaleza.

antoniotorresanaya@hotmail.com

@Der_k_Maulwurf

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