Superstición en Querétaro (Primera parte)
Por Sergio Centeno García
Querétaro se ha distinguido siempre por ser un lugar de gente conservadora y según esto, amante de las “buenas costumbres”. La gran mayoría de su población pertenece por lo menos en teoría, a una secta religiosa denominada Iglesia católica italiana, mejor conocida como Iglesia católica romana. Una secta secundaria que se escindió de la secta original del cristianismo fundada y creada por un judío-árabe-romano conocido primero como Saulo de Tarso, y posteriormente como San Pablo.
Los dogmas y la forma de abordar el mundo planteada por esta secta fueron traídos a México por los conquistadores españoles, y una vez instaurada en México la dictadura de los ibéricos, la secta italiana también se consolidó como religión “oficial”. Es importante decir que si bien la concepción del mundo y de la sociedad planteada por esta secta no es del todo negativa, pues en teoría promueven la solidaridad y el amor al prójimo, en la realidad lo que menos practican los católicos es justamente esto.
Un católico puede ir a otro pueblo o a otro país en calidad de visitante, y si por alguna razón la fortuna lo abandonara viéndose en la necesidad de solicitar ayuda, de nada absolutamente le servirá si se le ocurre decir: “Ayúdeme yo soy católico”.
Esto es, el ser católico no es en modo alguno, garantía de pertenecer a un conglomerado solidario o caritativo, y mucho menos garantía de ser un humano correcto o respetuoso de los derechos humanos, por el contrario, la gran mayoría de los delincuentes, sicarios o narcotraficantes más sanguinarios del país y de otros pueblos de América, pertenecen a esta secta y ello en nada les significa un freno para seguir cometiendo crímenes.
Y no podría ser de otra manera, pues esta secta italiana tiene en su negro historial la responsabilidad de haber ordenado, ejecutado o colaborado, en el asesinato de miles de seres humanos. Baste recordar una institución terrible que llevó por nombre “Santa Inquisición”, para estar persuadidos que esta secta lo que menos ha promovido es el amor al prójimo, sino más bien la guerra y la destrucción del otro, sobre todo del diferente.
Pues bien, Querétaro se ha distinguido por ser un pueblo presuntamente católico y por lo tanto, conservador y en consecuencia, se ha opuesto siempre a cualquier movimiento que pretenda cambiar las cosas para el bien de las mayorías. Dicen que algún gobernante queretano y su señora esposa participaron en una conspiración de donde emanó la independencia de México, pero esto es poco acertado si no se toma en consideración los propios afectos, apetitos y ambiciones personales de aquellos presuntos héroes, pues la verdad es que se observa en ellos más una clara intención de ascender en la clase gobernante, o de arrebatarle el poder a los ibéricos, que un deseo auténtico de luchar por las clases desposeídas.
Como quiera que sea, más adelante la historia nos muestra a un Querétaro totalmente identificado con las causas del conservadurismo y el entreguismo, pues es en nuestra ciudad donde las tropas de los imperialistas enemigos de la Nación y de don Benito Juárez, se atrincheran para defender sus ideales, sin ser por supuesto refractados por la ciudadanía queretana, sino que por el contrario, parece que las tropas de Miramón y el queretano Mejía, recibieron ayuda moral y material de los queretanos, lo cual no es, desde mi muy particular perspectiva, como para sentirnos orgullosos (continuará).
Comentarios: sergiocenteno05@live.com
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