Opinión

Trampas

Por: Efraín Mendoza Zaragoza

PARA DESTACAR: Se trata de perlas del trapecio público que nos arrancarían una sonrisa socarrona si se tratara de trampas literarias u ocurrencias de artistas. Pero no. Se trata de actos tramposos y trampas criminales altamente tóxicos, con efectos nocivos para las vidas de millones en el mundo.

Un joven escritor le preguntó un día a Mauriac: Usted ha dicho que la novela es la forma literaria perfecta, la reina de las artes. El francés, que recibió el Nobel en 1952, le devolvió, divertido: “Estaba elogiando mi mercancía… ningún arte es más soberano que otro”. Una fantástica trampa de literato. Juan Villoro ha dicho también que hay falsedades que alivian. Y es que bien ha dicho Barthes, sin trampas no se puede vivir.

Esos escritores vinieron a mi cabeza en estos días al irme topando con varias perlas del trapecio público reciente. Se trata de perlas que nos arrancarían una sonrisa socarrona si se tratara de trampas literarias u ocurrencias de artistas. Pero no. Se trata de actos tramposos altamente tóxicos, con efectos nocivos para las vidas de millones en el mundo. Se trata de trampas criminales que están en la base de los turbios pero boyantes y espectaculares negocios planetarios.

Primera perlita. Resulta que la industria refresquera nos salió ahora muy interesada en la investigación científica. La académica Marion Nestle, de la Universidad de Nueva York, ha denunciado que es frecuente que poderosas empresas de ese sector, particularmente la Coca-Cola, patrocinen estudios que responden a una tramposa orientación: encubrir los daños que las bebidas azucaradas provocan a la salud. Son estudios que reciben financiamiento pero que no se publican en revistas científicas. Los investigadores que hacen ciencia de modo independiente, esto es, del único modo que podría hacerse la ciencia, no pueden prestarse a ese juego, ha advertido la experta en asuntos alimentarios, al recordar que en 2009 las refresqueras consiguieron frenar en el Senado norteamericano una ley que incrementaría los gravámenes al consumo de bebidas azucaradas. ¿De qué tamaño fue el ahorro, que tan sólo en cabildeos invirtieron 40 millones de dólares? Sobra recordar que el alto consumo de refrescos ha disparado la diabetes, ahora incluso en niños, y es la primera causa de ceguera. Tienen que seguir vendiendo su mercancía, claro.

Segunda perla. Justo unos días después de que estallara el escándalo global que desataron los “Papeles de Panamá”, el Parlamento Europeo aprobó una ley que evitará en el futuro filtraciones similares a esa, que permitió al mundo dimensionar el alcance de la defraudación fiscal y la rapacidad de los paraísos fiscales. Se trata de la Ley de Protección de Secretos Comerciales. ONGs han advertido que, de haber estado vigente una norma como ésta, habría sido imposible que el mundo conociera el colosal fraude de las emisiones de los coches diésel de la Volkswagen, por citar un ejemplo. En otras palabras, los parlamentarios consideraron más urgente proteger a las empresas que poner candados a las tramposas prácticas de las empresas frente al Estado.

Tercera, también a propósito de los Papeles de Panamá. Resulta que el primer ministro de la Gran Bretaña, David Cameron, fue exhibido por su involucramiento en una empresa de las Bahamas, y en lugar de presentar su dimisión, como lo hicieron el primer ministro de Islandia y el ministro de Industria y Energía de España, el inglés se dijo agraviado alegando que tales revelaciones ultrajaron la memoria de su padre. Y no sólo eso, en su comparecencia ante el Parlamento anunció que tomará medidas contra la evasión fiscal. A los ojos de la oposición británica, ese discurso es una “obra maestra de la distracción”. Se ríen de los ciudadanos y lo hacen del modo más impune. El suyo no es humor negro, es humor criminal.

Todo el mundo está presenciando, con estupefacción, el espectáculo del Congreso brasileño para destituir a la presidenta Dilma Rousseff. Una amplia coalición de intereses, operada por legisladores envueltos en intrincadas tramas de corrupción, ha aprovechado las debilidades de la ex guerrillera para hacerse del poder que no obtuvieron en las urnas. De la comisión de 38 diputados integrantes de la comisión que dio entrada al juicio político, 36 están implicados en causas criminales. Es difícil defender hoy a la presidenta, pero resulta que son los criminales quienes la van a destituir por una irregularidad contable. El mundo no está patas arriba, el mundo está atrapado en poderosas trampas donde los beneficiarios son los poderosos de siempre.

Y una perla mexicana, para no quedarnos atrás. Es la quinta y última perla, muy al modo de nuestro penoso tercermundismo. Hace unas semanas la Cámara de Diputados reformó la Ley General de Cultura Física y Deporte para evitar trampas como el dopaje y garantizar el “juego limpio” entre los atletas. Sucede que el dictamen de la comisión, presidida por un legislador priista, por cierto hijo de Emilio Gamboa Patrón, fue armado a partir del plagio de documentos bajados de la red. Qué chulada, combatiendo las trampas haciendo trampa.

En un tiempo donde todo ha sido elevado al rango divino de mercancía, y cuando inversionistas y gobernantes forman parte de la misma trama mercantil, el mundo debe inquietarse. El Estado no vende mercancías ni hace trampas literarias. El Estado no debe funcionar a partir de trampas criminales pero lo seguirá haciendo mientras los ciudadanos no asuman el control de sus instituciones.

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