Opinión

Un año sin Carlos Fuentes (1° de noviembre 1928-15 de mayo 2012)

Sólo para nostálgicos…

 

Por: Salvador Rangel

Hay ausencias que se extrañan… Carlos Fuentes es una de ellas, tal vez la opinión no sea generalizada.

 

Carlos Fuentes no necesita presentación.

Evocar a Carlos Fuentes es “La región más transparente”, su primera novela (1958) es un retrato de los mexicanos, en todas sus capas sociales con sus ambiciones, y frustraciones.

En 1954 publicó una colección de cuentos “Los días enmascarados”. Su narrativa reúne lo fantástico con lo real.

Hombre de amplia cultura, amigo de grandes personajes como el poeta chileno Pablo Neruda, David Alfaro Siquieros, Gabriel García Márquez, Octavio Paz, a quien conoció en Suiza, la lista de intelectuales y novelistas críticos es amplia y no puede olvidarse a Luis Buñuel, Juan Rulfo, Julio Cortázar, Mario Vargas Llosa, Luis Villoro, espléndido autor mexicano que entre sus obras tiene “Dios es redondo”, un deleite para los amantes del futbol.

Carlos Fuentes empezó a publicar en la revista Medio Siglo, con sus compañeros de generación Salvador Elizondo, González Pedro y Sergio Pitol. Fundador de la Revista Mexicana de la Literatura de 1955 a 1958, de la que fue director Emmanuel Carballo.

De 1950 a 1969 fue coeditor de la revista de contenido político El espectador, entre otros editores estaban Jaime García Terrés, poeta y quien fue director del Fondo de Cultura Económica.

En una entrevista publicada en marzo de 1967, Carlos Fuentes decía: “El escritor es el ser más cínico del mundo. Con la moral de Robin Hood y Pancho Villa. La asfixia detrás de las caretas mexicanas. Hay que dejarle las lágrimas a Libertad Lamarque… La historia nuestra es una mascarada.” Y en este sentido manifestaba: “Lo he dicho muchas veces y lo repito ahora, es indudable que en América Latina, en países que carecen de medios de comunicación democráticos usuales en comunidades europeas, en países que no cuentan con partidos políticos, ni con parlamentos independientes, ni con sindicatos libres, ni con una prensa que informe, ni con medios audiovisuales que cumplan con una misión cultural, queda en manos de un escritor decir lo que todos esos canales de expresión no dicen, queda en las manos de los escritores decir lo que la historia no dice. Porque la historia nuestra es una mascarada.”

Y hace referencia a los eufemismos del habla mexicana, de un pueblo sometido, de un pueblo conquistado que tuvo que aprender el idioma de sus señores, de sus conquistadores. Esa dulzura de habla mexicana, es una manera de ser sumiso, picarescamente sumiso ante el señor. Los diminutivos y la cortesía, el “ahoritita”, “ésta es su casa”, “mande usted”, “con su permiso”. Sí, éste era el pensamiento de Carlos Fuentes en 1967.

Las facetas de Carlos Fuentes son múltiples, como periodista escribió en la revista de Pagés Llergo, Siempre, Excélsior, Unomasuno, La Jornada.

Catedrático en universidades británicas y estadounidenses.

En 1977, siendo embajador de México, renunció al cargo, como protesta por el nombramiento del ex presidente Gustavo Díaz Ordaz como embajador ante el gobierno español.

Su novela “Aura”, publicada en 1962 y leída en el nivel de secundaria y preparatoria, causó polémica cuando en 2001, el entonces Secretario del Trabajo y Previsión Social, se molestó porque la maestra Georgina Rábago había dejado de tarea a su hija leer “Aura”, la que consideraba inapropiada. La maestra fue despedida del colegio particular.

Y los nostálgicos se acuerdan que la actitud intolerante de Carlos Abascal Carranza provocó un aumento en las ventas de la novela. La obra de Carlos Fuentes fue conocida por nuevos lectores.

rangel_salvador@hotmail.com

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