Un sueño con posibilidades de realidad
Mtra. Nuri Guadalupe Villaseñor C.
PARA DESTACAR: Los gobiernos que pierden la confianza ciudadana, pueden imponer de manera autoritaria un control institucional, sin importarles vulnerar la Autonomía universitaria. En esta hora debe alzarse la voz de académicos, administrativos y estudiantes, para comunicarle a la sociedad el gran riesgo que corremos.
«Por muy dañado que se encuentre este sueño, sigue siendo esencia. Defendámoslo.”
Carlos Monsiváis
“Para recibir lo que se quiere, antes hay que desprenderse de todo lo que no se quiere.”
Alejandro Jodorowsky
Porque nuestra Universidad se encuentra dañada y en riesgo y porque es fundamental para todos, la defensa de nuestra Máxima Casa de Estudios. Siendo esta acción, de carácter fundamental para la democracia en nuestro estado y en nuestro país.
Para decirlo en pocas palabras: en este México herido a muerte, vulnerado en la impartición de justicia, adormecido en la participación ciudadana, desequilibrado en la equidad de género, agobiado de trabajo precario y corrupción cabalgante, nuestra Universidad, la UAQ, es una reserva de solidaridad y construcción de lazo social basada en el prestigio ético, en la responsabilidad docente sin ambigüedades, en la pertinencia científica sin cortapisa, en la creación artística para todos, entre muchas otras cosas más.
En esta tesitura, la UAQ para los queretanos quizás sea la única opción de esperanza de que en un futuro volvamos a vivir en comunidad, sin miedo, que volvamos a bailar en las plazas, con la alegría que nos caracteriza, a reír sin esconder el gesto por el policía al lado, de aspirar a que nuestros hijos sean mejores que nosotros, por el simple hecho de que fueron a la universidad. La UAQ es la esperanza de que en las calles de nuestras ciudades y pueblos transite lo posible, no lo irremediable.
Paul Kruggman, el Nobel de Economía, afirma “que los mercados tengan problemas no es motivo para dejar de formar a nuestras hijas e hijos, pues una de las claves del éxito presente y futuro de un país reside en la educación”. No entenderlo así es una muestra de irresponsabilidad, insolidaridad intergeneracional y de “ceguera” de quienes se alejan de aquella ciudadanía a la cual quieren “representar”.
Por eso lastima mucho que, la Universidad esté tan golpeada, tan vulnerada, tan acotada. La asfixia financiera por parte de los gobiernos, federal y estatal, es una parte sustancial del agobio, pero no lo es todo: la otra parte es interna. La otra cara tiene que ver con la gobernabilidad, con las bases mismas en las que se construye la institución, con la trasparencia en la toma de decisiones, con la democracia al fin, con los procesos académico-sindicales vulnerados por docentes equivocados y equívocos, manipulados por fuerzas gubernamentales, extrañas a nuestra comunidad universitaria.
Los gobiernos que pierden la confianza ciudadana, pueden imponer de manera autoritaria un control institucional, sin importarles vulnerar la Autonomía universitaria, paradójicamente las universidades públicas sí cuentan con el aval de la confianza ciudadana. Ya va siendo hora que las Universidades despierten y hagan notar su capacidad de reconstruir el tejido social que los malos gobiernos han dañado en nuestro país y en nuestro estado.
La literatura, la ciencia y el arte deben ser difundidos y creados sólo por personas con genuina vocación, como la que debemos tener los docentes de nuestra Alma Mater. Sólo con esa condición conseguirán liberarse del yugo del Estado, del capital y de la razón instrumental que todo deshumaniza.
En esta hora debe alzarse la voz de todos los integrantes de la comunidad universitaria: académicos administrativos y estudiantes, para comunicarle a la sociedad el gran riesgo que corremos. La verdadera revolución, la de las ideas sólo la pueden encabezar Quijotes. Como lo dijo Vasconcelos al hablar de nuestra Universidad: “…La de ustedes solo puede entenderse como una tierra de Quijotes que eduque en la Verdad y en el Honor…”