Opinión

Who’s Next?

Minotauro

Por: Víctor López Jaramillo

I

(Con perdón de Marx)

Un fantasma recorre Querétaro: el fantasma de la censura. Todas las fuerzas del rancio Querétaro se han unido en santa cruzada para personificar ese fantasma: el gobernador y los empresarios mediáticos; panistas entonces, priistas ahora; Garrido y Calzada; los asesores políticos enemigos de las redes sociales y los diputados con su Ley Chayo.

¿Qué periodista crítico no ha sido considerado una amenaza para el Querétaro que va en grande? ¿Qué jefe de prensa no ha llamado a su vez al dueño del medio para pedir la cabeza del periodista incómodo que no alaba al Querétaro de Soluciones?

De este hecho resulta una doble enseñanza:

Que los periodistas críticos son una amenaza para los regímenes autoritarios.

Que ya es hora de que los periodistas queretanos expongan a la faz del mundo entero sus conceptos, que opongan al fantasma de la censura un manifiesto en defensa de sus derechos.

II

En 1861, Karl Marx hacía un recuento de los intereses y, por tanto, línea editorial de los medios británicos y llegó a la conclusión de que todos dependían de la clase política. Además, la postura de dichos medios no reflejaban la postura de la opinión pública (no usa precisamente esas palabras, pero sí el concepto) frente a una eventual guerra con Estados Unidos.

Mientras que para el pueblo era impopular la guerra, para los políticos era beneficiosa. Los medios apoyaban la guerra. Resultado: una desvinculación de los periódicos con sus lectores en favor de sus patrocinadores políticos. (Karl Marx, Artículos Periodísticos, Editorial Alba, 2013)

Siglo y medio después, encontramos una situación similar en Querétaro. Existe una completa desvinculación entre lectores, escuchas y televidentes con los medios en Querétaro. Los medios no reflejan lo que piensa la sociedad queretana, reflejan lo que la clase política les dicta.

La lógica es simple: Gobierno Estatal y Municipal son su principal fuente de ingresos. Los medios locales no viven de la circulación ni de la publicidad comercial, viven de la propaganda gubernamental.

Al ser el gobierno su principal anunciante, difícilmente habrá una crítica a ellos. Tal es el gasto en propaganda gubernamental, que el Poder Ejecutivo se da el lujo de negar una y otra vez vía acceso a la información el gasto en medios, bajo la sonriente complicidad de la Comisión Estatal de Información Gubernamental (CEIG).

Para nuestros políticos queretanos, la prensa libre no debe ser un elemento de su democracia. Ellos prefieren seguir en su aristocracia en donde los mismos apellidos se rotan siempre. Calzada I gobernador de 1973 a 1979, Calzada II de 2009 a 2015; Loyola Vera I de 1997 a 2003, ¿Loyola Vera II de 2015 a 2021? Braulio Guerra I alcalde 1988-1991, Braulio Guerra II ¿Alcalde 2015-2018?

Política aristocrática, feudal, premoderna. Y quieren medios que sean simples pajes que le vitorean todo. Que no les digan a los príncipes que van desnudos.

Los medios no abonan a la democracia, son simples lacayos del poder. Retomando a Marx: no es libertad de prensa, es libertad de empresa.

Por ello, ante tal lógica, entre los periodistas locales ha empezado a correr la pregunta. ¿Quién sigue? ¿Quién será el siguiente periodista al que se le pida que deje su cargo porque su agenda es incompatible con la agenda del medio? La pregunta sigue en el aire.

III

 

Un fantasma recorre a la clase política queretana. El fantasma de las redes sociales. Todas las fuerzas políticas se han unido en santa cruzada para acabar con ese fantasma. ¿Qué facebuquero crítico no ha sido considerado una amenaza para el Querétaro que va en grande? ¿Qué troll no ha atacado al tuitero incómodo (y bloqueado por el gobernador) que no alaba al Querétaro de Soluciones?

 

Desde Calzada II hasta funcionarios menores, todos ellos piden regular y hacer “uso responsable” de las redes sociales. De este hecho resulta una enseñanza:

 

Que las redes sociales son una amenaza para los regímenes autoritarios. Tienen miedo porque éstas no reproducen su discurso zalamero que aparece en los medios tradicionales. Tienen miedo de enfrentarse a un sector de la opinión pública que no les aplaude, que les cuestiona.

 

La clase política queretana prefiere medios que los nombren Hombres del Año o los mejores gobernantes. Pero, ¿impactan esos mensajes en la opinión pública?

En 1997, el diario decano hizo una cobertura con más del 90 por ciento de sus notas a favor del candidato del PRI, Fernando Ortiz Arana. Resultado: perdió. En 2009, ese mismo diario decano anticipó que el panista Manuel González Valle arrasaría en las urnas dos a uno. Resultado: perdió.

Quizá, en materia política, los votantes queretanos han aprendido que si algo se publica en los medios comerciales, es porque no es cierto; y si algo no se publica, es porque es cierto.

Pese a esos casos, ningún político se ha cuestionado qué tanto impactan los medios tradicionales en la opinión pública y los recursos fluyen. Prefieren una prensa cómoda que no refleje el sentir de la opinión pública.

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