Cultura

Endgame: el viaje final atrae a la nostalgia

Hay que llegar temprano a la dulcería, es un movimiento esencial en los estrenos de las películas. No puedes perder ni un solo segundo en nimiedades que pueden distraerte del objetivo final: ser de los primeros en presenciar un fin del Universo Cinematográfico de Marvel con el que creciste.

Plaza Hilvana no fue la excepción, pues en la entrada ya había un cúmulo de fanáticos para ver la última entrega de Avengers. Nada será igual después de ese momento. Algunos disfrazados, otros portaban prendas representativas de su héroe favorito, pero la ropa normal fue el estilo que más abundaba. Aburrida. Sin embargo, la euforia era la misma.

Los murmullos borboteaban en la sala del recinto; que si Loki está vivo y el sol volverá a brillar; que si toda la vieja camada morirá para darle paso a la nueva. En fin, infinidad de opiniones las cuales algunas acertaron y otras erraron.

En la fila de la dulcería, se respira más de cerca el ímpetu de los asistentes, tiene ese peculiar olor de sudor de axila con intriga y éxtasis. Ver a los chicos que atienden es estresante, se debaten entre una crisis nerviosa y desmayo; un empleado carismático pareciera que tenía una carga de adrenalina en su cuerpo… o cocaína; jamás lo sabremos. Su hora de salida era a las 4:30 a.m… ojalá la adrenalina le durara toda la velada.

El final de una época

Los alimentos ya iban más de la mitad antes de ingresar a la sala, todos ya querían entrar, sentarse en su butaca y gozar las próximas tres horas de un final inminente. La nostalgia se respira, te sientas y la pantalla oscura se impone, tantas veces que fuiste a ver a tus héroes, pero ahora tiene algo especial, esta vez la atmósfera tiene un “no sé qué”. Resulta agobiante.

Los comerciales relajan a la sala, pero eso se corta de tajo cuando el cuarto se va a negros. Arranca. El espíritu de la nostalgia cubre todo y los ojos humedecen; es ridículo, claramente, pero la vida sería aburrida sin las aficiones tan raras del ser humano.

Nadie come. Endgame es épica, no hay otra manera de darle un adjetivo. Todo un viaje. Las reacciones de los espectadores son exageradas y válidas, no estábamos preparados.

Con el final la nostalgia se apodera de los cuerpos presentes, nada será los mismo al concluir los créditos, toda la sala lo sabe; se escucha un “verga güey” a las espaldas, no pudo decirlo mejor, esa expresión logró definir un sentir colectivo.

Acaba. Prenden las lucen y pretenden que sigas con tu vida como si no hubiera pasado nada; el vacío que dejan los finales se deben de sentir, darles un espacio. Hace frío cuando son las 3:20 a.m. A pesar de que todavía hay una camada de súper héroes en la nómina, ya nada es igual.

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