“Ese túnel yo lo vi”
Por: Roger Velázquez
El cronista de la ciudad, Roberto Servín Muñoz, hizo hincapié en el único túnel que atestiguó de forma presencial, y que por su convicción de sólo asegurar lo evidenciable, lo convierte en el singular paso subterráneo del que puede afirmar con solidez su existencia.
Bajo la morada ubicada en Próspero C. Vega, que alguna vez fue propiedad de la Santa Inquisición, el cronista tuvo la oportunidad de descender por un par de escalones para apreciar una bóveda de 10 metros de angosto.
La vivienda fue adquirida por Esteban Paulín Cossío, con la intención de adaptarla para residir ahí. Al encontrar el sótano hueco, implementó una cantina personal ahí, recuerda Roberto Servín.
“Limpió el lugar, y quitó el muro que lo tapaba, y lo usó como cantina (…) arreglándolo encontró un túnel, (…) que iba rumbo a lo que es ahora la universidad, o sea al Convento de los jesuitas. Ese túnel yo lo vi, es decir te puedo yo testificar que sí existe».
Este caso es incluido en la investigación publicada por el historiador Jaime Zúñiga Burgos, quien además incluye el dato de que tal espacio fue usado por tropas austro-húngaras, que apoyaban a Maximiliano de Habsburgo.
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