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Lluvias Querétaro: Así es vivir pese a las inundaciones en la ciudad

Cuando llueve, ya sea ligeramente o de manera torrencial, algunas personas de Querétaro son conscientes de que las inundaciones seguro causarán problemas en sus negocios y hogares. Es una situación que se ha vuelto recurrente año tras año, sin que haya encontrado una solución definitiva. Solo queda observar cómo se forman “lagunas” y cómo los vehículos son arrastrados por la fuerza de la corriente.

En la entrada de la colonia Sauces, entre avenida Lagos y Dublín hay un desnivel en el que se concentra toda el agua de lluvia, pues las banquetas son disparejas en cuanto a altura. Algunos locales están “protegidos” por 20 centímetros y otros están casi al ras de la calle.

Al final de la jardinera está la coladera, la única en toda la calle hasta llegar a Puertas del Sol, a contraesquina de la alcantarilla se encuentra un puesto de jícamas y garbanzos que atiende José Carlos Hernández, quien lleva 15 años vendiendo en la zona. Cuando le preguntamos sobre las inundaciones empezó a reírse: “pues pasan los carros y me mojan”. Describió que cuando llueve la “laguna” permanece alrededor de dos semanas si no vuelve a llover.

“Cuando veo que va a llover o está lloviendo así fuerte pues me quito, ya cuando para de llover intento barrer hacia allá el agua [dirección contraria de la alcantarilla], porque jala hacia allá, ni siquiera gana para la coladera , ahí de plano nada, ahí los carros la van secando, cada que pasan recio la avientan”.

El lago de la avenida Lagos

Después nos encontramos con Claudia Espinoza, una vendedora de desayunos en la orilla del desnivel de la avenida Lagos, que hace honor a su nombre. La señora contó que la alcantarilla que abastece a la colonia no es suficiente. Vecinos y autoridades lo saben, pero se han tenido que adaptar, por lo que ella y otros dueños han cerrado sus locales cuando el clima indica una posible lluvia por una razón en particular: llegar a sus casas.

La mayoría de vendedores en la zona son mujeres de entre 25 y 40 años que viven en colonias aledañas donde las lluvias les han impedido llegar bien a sus casas. Claudia Espinoza destacó que en Misión Fundadores y Geoplazas ha habido inundaciones en las que el agua les ha llegado a la rodilla, por lo que el clima le exige cerrar el negocio para llegar a su hogar: “hace dos años me pasó que no se podía ni pasar porque el agua tapaba las llantas de los carros esa vez hasta me abolló el portón”.

Afectación en casa y negocio

Más adelante, en la colonia El Rocío, frente a la primaria “Prof. Alberto Carrera”, hay una pequeña dulcería que atiende Nelly, quien lleva 25 años en la zona y se ha visto doblemente afectada por las lluvias, primero en el negocio y después en su casa en Puertas del Sol.

Pese a que el local cuenta con un escalón sobre el nivel de la banqueta, Nelly señaló que el agua se les ha metido por el paso de los camiones —ya sea de transporte público o de distribución—. Esta parte de la calle ya no está pavimentada, si bien no es terracería, pareciera hecha por el Rayo McQueen, además, entre los baches y el agua se forman plastas de lodo.

Mientras que en Puertas del Sol sí le han tocado inundaciones: “me acuerdo de que hace 20 años, yo estaba embarazada y tuvimos que poner costales. Nos inundamos, un metro de altura me acuerdo muy bien porque yo embarazada tuve que llenar costales para poner las barreras y no se nos pasara el agua”, relató orgullosa de su hazaña, pero al mismo tiempo molesta.

Además, Nelly explicó que en Puertas del Sol los vecinos tenían que vaciar con cubetas sus patios traseros para que el agua no se metiera a sus casas. Recientemente, les hicieron cambio de drenaje, conexión al registro y tubos de agua “estamos esperando que llueva muy fuerte para ver si funcionó: “¿por qué estamos esperando? Porque ahorita ya nos pavimentaron, pero en el pavimento se nos hacen charcos, lo que antes no se nos hacía, entonces no sabemos si va a funcionar, necesitamos que llueva en serio”, expresó en un tono de retar a Tláloc.

Salen las ratas

Al otro extremo de la ciudad, Elena Moctezuma no dudó en declarar su rechazo por las lluvias desde el centro hasta su casa en Los Héroes, donde ha vivido 13 años. La lluvia más fuerte que le ha tocado fue la de 2021, una situación atípica ya que el agua llegó a tapar carros: “no podían ni pasar los camiones porque sí los cubría en buena parte y los carros pequeñitos pues esos sí los tapaba a la mitad”.

El calvario no es sólo salir de su casa, también del trabajo. En las paradas de la Alameda, tanto en Constituyentes como en Zaragoza, le ha tocado que el agua les llegue a los tobillos, incluso, contó asqueada que una de las razones por las que no tolera la lluvia es por las ratas que salen de las alcantarillas.

El año pasado le tocó ver en el cruce peatonal de Zaragoza cómo las ratas salían de ellas, pero su mayor trauma fue durante una inundación en 2009, en la calle Juárez, donde una señora le dijo que no caminara porque las ratas la morderían. Al meterla a su hogar le pidió que escuchara con atención y aquel sonido fue el que la hizo alejarse de todo sentimiento de valentía durante un día lluvioso: las ratas rasgaban la puerta.

Cabe señalar que según la Comisión Nacional del Agua (Conagua) entre julio y octubre se registrará una mayor cantidad de lluvia en el país. 2023 tendrá un mes más de precipitaciones constantes a comparación de años anteriores, según la Conagua, se estima que la temporada de lluvias sea de ocho meses y termine en noviembre.

Dafne Azuby Arreola Santana

Estudiante de la Licenciatura en Comunicación y Periodismo en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma de Querétaro. Parte del equipo de Verificado Tribuna durante las elecciones 2021 y reportera de Tribuna Diario desde agosto de 2021.

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