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Suman cinco logias regulares en Querétaro

Por: David Eduardo Martínez Pérez

Actualmente hay cinco logias regulares de los masones en el estado que aunque son independientes, mantienen relación con la Gran Logia del Estado de Querétaro cuya sede está en el Museo de la Ciudad, señaló un integrante de la Gran Logia del Estado de Querétaro que se ha desempeñado como docente en al menos tres escuelas de la ciudad

Además de estas cinco logias, hay múltiples logias fundadas por “hermanos que se separaron de su lugar de nacimiento, es decir, de la logia donde fueron iniciados”.

Explicó que en Querétaro la masonería surgió entre las tropas francesas que ocupaban la ciudad y de ahí pasó a los queretanos quienes fundaron primero logias de rito yorkino y posteriormente de rito escocés, que fue el que terminó por asentarse en diversas partes del estado.

Durante la historia de la masonería en Querétaro, han existido logias escocesas no sólo en la capital sino también en municipios como Jalpan de Serra, Pinal de Amoles, Cadereyta, Ezequiel Montes y San Juan del Río.

Respecto a la denominación “discreta” para referirse a la masonería, el profesor mencionó que obedece a un hecho fundamental: Fuera de la naturaleza de los símbolos y rituales con los que trabajan, no hay ningún secreto dentro de la masonería.

“Cualquier persona, siempre y cuando crea en Dios, a quien nosotros llamamos Gran Arquitecto del Universo, puede formar parte de nuestra organización. No es una agrupación de ricos ni de poderosos, en ese sentido no somos una organización secreta. Es discreta. Muchos profanos no entienden nuestra simbología y por eso mantenemos la distancia”.

Mitos sobre las iniciaciones

La poca comprensión de la simbología masónica por parte de los “profanos” es la que justificaría, según el profesor, la necesidad de mantener los rituales masónicos dentro de una esfera “secreta”.

“Pesan muchísimos mitos sobre las iniciaciones. Sí es verdad que las ceremonias son muy rudas pero no le hacemos daño a nadie. Lo que pasa es que necesitamos saber que nuestros aspirantes poseen un verdadero interés y que no es la mera curiosidad o la ambición la que los lleva a ingresar a la masonería.

“Cuando alguien nos solicita el ingreso, primero se le hace una entrevista. Ya después, cuando se le va a iniciar, se le entrega una hoja con preguntas para certificar que no sólo es la curiosidad la que lo llevó hasta nuestro templo. Después viene la ceremonia que es dónde muchos se salen corriendo pero no por nada grave. Lo que pasa es que la ceremonia se realiza con los ojos vendados y eso a muchos los pone nerviosos”.

El profesor explicó que el hecho de vendar los ojos a los aspirantes es muy importante simbólicamente porque supone que el recién iniciado “recibirá la luz” una vez que haya concluido el ritual.

También habló de la existencia de un “cuarto de reflexión” en el que se ingresa a los aspirantes para que piensen muy bien si de verdad están interesados en pertenecer a la organización discreta.

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