Diálogo del palabrero
La historia no es ligera ni graciosa, más bien es dramática, las más de las veces. Como es la vida, “más feroz que toda muerte”, dice un poeta español.
¿Y nadie va a narrar la fundación y conquista de Q?
¿Sin patrañas o la mítica religiosa?
El cronista Q ya lo viene haciendo y ha eliminado las bondades de la leyenda, sin negarlas del todo por su alta gratificación.
La historia no es ligera ni graciosa, más bien es dramática, las más de las veces.
Como es la vida, “más feroz que toda muerte”, dice un poeta español.
Breve y siniestra, prodigiosa y brutal, dice un mexicano.
¿Realmente fue diferente la conquista espiritual y política en esta parte del territorio central, la garganta del bajío y del norte?
¿Quién cargaba las piedras para las grandes construcciones, quién hacía la comida para tanta gente, quien lavaba la ropa, quién hacía el trabajo pesado?
¿Cómo consignar lo que se sabe sin interpretarlo?
La interpretación siempre es necesaria y está presente, se quiera o no.
Los hechos no hablan por sí solos y si lo hacen dicen mil cosas diferentes.
Pero una cosa es tratar de interpretar y otra juzgar y adjetivar sin ton ni son.
No sé, tal vez falta la imaginación creadora a partir de los hechos comprobados, y ver lo que sucedió en el resto del país a través de los siglos. La mirada crítica, no complaciente. Ni ideológica ni religiosa.
¿Por qué los Q son tan…?
¡Tan modositos y bien portados! ¡No como los salvajes del norte y los agachados del sur!
De ahí viene, de ahí viene, igual que en el resto del país, unos más, otros menos.
¿Qué?
El pacto de simulación.
¡Ah!
Obedézcanse, pero no se cumpla. Diga que está bien, aunque esté mal.
Como en nuestros días con el presidente historiador.
¿Hablador o hacedor, obrador o talachero, sin tapabocas y con tapaojos?
Jajajajjajajja.
¡Que arda la casa pero que no se vea el humo, “¡La casa de Bernarda Alba”, Lorca!
¿Por eso llegan aquí los prófugos del centro y los malandros de todos lados?
Sepa la bola… Lo bueno es que todos los malosos son fuereños. Aquí no nacen ni se hacen. Ah.