Rosario Castellanos
Inteligencia en llamas para una dama helada por la razón (o al revés) inteligencia helada para una dama ardiente por la pasión. Por Rosario Castellanos. (Transcripción: Julio Figueroa / Un regalo dominical para Jess)
ENTREVISTA
–¿Por qué y para qué escribo?
–Pero señor, es obvio. Escribo porque yo, un día, adolescente, me incliné ante un espejo y no había nadie. ¿Se da cuenta? El vacío. Y junto a mí los otros chorreaban importancia. Ya madura descubrí que la palabra -si es exacta- es letal como un guante envenenado.
JUEGOS DE INTELIGENCIA
Porque éramos amigos y, a ratos, nos amábamos;
quizá para añadir otro interés
a los muchos que ya nos obligaban
decidimos jugar juegos de inteligencia.
Pusimos un tablero enfrente de nosotros:
equitativos en piezas, en valores,
en posibilidad de movimientos.
Aprendimos las reglas, les juramos respeto
y empezó la partida.
Henos aquí hace un siglo, sentados, meditando
encarnizadamente
cómo dar el zarpazo último que aniquile
de modo inapelable y, para siempre, al otro.
AMOR
Matamos lo que amamos. Lo demás
no ha estado vivo nunca.
DESAMOR
Me vio como se mira al través de un cristal
o del aire o de nada.
Y entonces supe que yo no estaba allí…
PARTIR
¡Yo fui capaz de romper amarras y de partir
y de permanecer temblando (al principio de miedo
y luego de maravilla) porque tengo entre mis manos
ese tesoro desconocido que se llama libertad!
FINAL
Heme aquí, ya al final, y todavía
no sé qué cara le daré a la muerte.
–Rosario Castellanos (1925-1974) nació en la ciudad de México, vivió y creció en Comitán, Chiapas, y murió en Tel Aviv, como embajadora de México en Israel, en agosto.
–El azar, la libertad, la voluntad y los imponderables de la vida.
–El absurdo. Murió al salir mojada del baño y tratar de conectar una lámpara. Prendió la luz negra. Queda la luz de sus letras.
–La libertad es un peso con alas. No las rompas. Cuídalas.
–En Meditación en el umbral (FCE, Col. Popular 297, 1985), antología de la poeta, nos dice Elena Poniatowska: “La vida de Rosario Castellanos es el mejor alegato para que todas las mujeres que tienen alguna vocación creativa sigan adelante y crean en sí mismas”.
–La libertad tiene alas. Lleva ese peso.
EPITAFIO
Yo no voy a morir de enfermedad
ni de vejez, de angustia o de cansancio.
Voy a morir de amor…