La Cargada: Tradición y Oportunismo en la Política Mexicana

“¿Y por qué no te juntas con ellos? Ya te he dicho que hay que estar con el que vaya ganando”
En esta frase de Pedro Páramo, Juan Rulfo explica en unas cuantas palabras el folclor de la política mexicana y la fragilidad de sus lealtades, mejor conocido como La Cargada.
Óscar Chávez, ese gran trovador de la política mexicana, cantaba:
“Así el señor candidato que ya la tiene ganada, por tres partidarios fieles tiene mil de La Cargada… son genios de la alabanza, la derraman sin medida a quien les llena la panza”.
Y el diccionario de mexicanismos del Colegio de México dice que irse a La Cargada es adherirse una persona o un grupo, con todo empeño y de manera oportunista a la persona, al partido, etc. que cuenta con mayor posibilidad de triunfo o que tiene el poder: “Tan pronto se supo quién era el candidato, todos se fueron a la cargada”.
Oportunismo es la principal característica de este fenómeno político mexicano y que vimos en todo su esplendor el pasado sábado en Querétaro durante la visita de la precandidata a la presidencia de la República por parte de Morena, la científica Claudia Sheinbaum en donde en su evento masivo con simpatizantes de la autodenominada Cuarta Transformación también se adhirieron “espontáneamente” personajes que hasta entonces nunca habían comulgado con la izquierda.
Y antes de que se sulfuren los morenistas, hay que reconocer que en estricto sentido los eventos de Sheinbaum no fueron a la vieja usanza priista, pero sí siguieron la misma lógica oportunista y de besamanos con quien ha sido ungida.
En redes sociales vimos a políticos, artistas, activistas y un largo etcétera presumir su imagen con la heredera del bastón de mando y que hasta el momento encabeza las encuestas rumbo a la Presidencia. Conscientes de que “vivir fuera del presupuesto es vivir en el error”, buscan mostrar cercanía de quien creen será la próxima presidenta.
La Cargada ha trascendido tiempos y espacios y ha pasado de ser un fenómeno priista para instalarse en el panismo y recientemente en el morenismo, como vimos el sábado.
En Querétaro la última cargada fue en 2021 para Mauricio Kuri porque ante la debilidad de la candidata de Morena, hubo una Cargada donde la clase política y empresarial a sabiendas que Kuri iba a ser el próximo gobernador, todos fueron a formarse para mostrar su apoyo. Sí, La Cargada también es un fenómeno muy queretano.
Pero bueno, que a nadie espante el oportunismo dado que es algo esencial en la política en todas sus instancias. Lo lamentable al interior de Morena es que muchas de estas adhesiones son cascajo de otros partidos o de quienes prevén que el barco azul puede naufragar y buscan cambiar de nave. Lo peor: esos personajes le van a quitar espacios a quienes han sido idealistas y fundaron el partido buscando de manera genuina un cambio político.
Pero qué se le va a hacer si ya lo había aconsejado el mismísimo Pedro Páramo: “hay que estar con el que vaya ganando”.