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Infierno en primavera

Debe ser una prioridad ecológica el sembrar más arboles de sombra, rehabilitar y dar mantenimiento a parques y jardines, mejoras en el tratamiento de la basura, entre otras medidas.

Un antiguo refrán español dice “Frío en invierno y calor en verano, eso es lo sano”. Desde esta perspectiva, lo que hemos vivido en el país y en Querétaro la semana pasada, nos dice que el clima está muy enfermo y si este se daña, los diversos ecosistemas pueden entrar en severas crisis.

El problema no es sencillo de atajar, pues estamos ante dinámicas globales, nacionales y locales. Al mismo tiempo, es un asunto de nuestro presente, pero que tiene raíces en el pasado. Desde hace décadas padecemos anomalías climáticas cada vez más frecuentes, es decir, la temperatura y lluvias “tradicionales” en las regiones tienden a aumentar o disminuir. Un ejemplo de esto, es que en 134 años de mediciones sobre las temperaturas a nivel mundial, los 10 años más calurosos se sitúan entre 1998 y el 2014. Tampoco es coincidencia que de 1900 al 2013, las 8 peores sequías que ha sufrido México se sitúan entre los años 1990 y 2013.

La explicación de estos cambios en la temperatura tiene que ver con las dinámicas humanas. Tenemos prácticas de deshecho, de consumo, de uso energético, de transporte y de vivienda muy agresivas con el ambiente. A esto sumemos un veloz incremento poblacional, que exigió mayores esfuerzos para generar alimentos y productos de todo tipo.

Como decíamos, estamos ante un problema en múltiples escalas. A nivel mundial, el hecho de que los países desarrollados, China e India produzcan y consumos a tasas tan altas tiene costos para todo el planeta. A nivel nacional, el carecer de una política de cuidado ambiental integral, donde se contemple reducciones al uso de hidrocarburos, normas para eficientar la recolección y procesamiento de los deshechos producidos por las actividades humanas, fortalecimiento y aumento de las reservas ecológicas, protección de bosques y un largo etcétera, nos está llevando a anomalías climáticas.

La pregunta es ¿qué se puede hacer a nivel local? En el plano estatal se debe trabajar en la restauración de cuencas, captación de agua de lluvia para su aprovechamiento, más plantas de saneamiento de aguas, endurecimiento de sanciones a las empresas que no cumplan con los requerimientos ambientales, un mayor cuidado de las zonas forestales, generar las condiciones para que una cultura del transporte público se potencie en la población no usuaria. A nivel municipal, debe ser una prioridad ecológica el sembrar más arboles de sombra, rehabilitar y dar mantenimiento a parques y jardines, mejoras en el tratamiento de la basura, entre otras medidas. En este sentido es un ejemplo lo hecho en la administración municipal anterior con respecto a la prohibición del uso de bolsas plásticas.

Pero no solo es cuestión de gobiernos, el tema pasa también por los ciudadanos. Debemos preocuparnos por aumentar nuestra cultura de cuidado ambiental, de manejo del agua, del reciclaje, esto nos llevará a acciones para reducir nuestro consumo o al menos hacerlo más sustentable.

Gobiernos de los tres órdenes y la sociedad estamos involucrados en el cuidado ambiental. Hay acciones globales donde poco podemos incidir, pero a nivel local son múltiples los caminos que podemos seguir para disminuir las anomalías climáticas, y así evitar tener infiernos en primavera, que nos lleven, a nuestra desaparición como especie.

 

@Luz_Azul

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