Opinión

ANECDOTARIO

San Juan del Río se convierte en el paso obligado desde 1531, justo el Camino Real que comienza en la Ciudad de México atraviesa esta ciudad para luego llegar hasta el Nuevo México, Estados Unidos.

En su tramo en esta ciudad de palomas, pasa a convertirse en la avenida Benito Juárez, la cual ha visto andar desde conquistadores españoles, los iniciadores del movimiento de Independencia, Reforma, Revolución, y así hasta la actualidad; es realmente complicado nombrar a los personajes que se detuvieron frente al Portal del Diezmo en la antigua central camionera o incluso los que pernoctaron en esta tierra.

Van poetas como Efraín Huerta y Thelma Nava, que fueron jurados de los Juegos Florales a finales de los setenta, actores como Lucha Villa e Ignacio López Tarso en la famosa película “El Gallo de Oro” de 1964, este último falleció hace apenas unas semanas; escritores como René Avilés Fabila, Saúl Ibargoyen, Gabriel García Márquez,  quien estuvo durante el rodaje de la película ya antes mencionada; músicos como Guillermo Briseño, Betsy Pecanins, Armando Rosas, Nina Galindo; periodistas como Armando y Roberto Ponce, Vicente Leñero, Paco Taibo II, la poeta Leticia Luna, Carmen Nozal, Claudia Hernández del Valle Arizpe.

Entre muchos otros que no acabaríamos y se tiene poca información de lo que hicieron, si les gustó o qué encontraron de nuevo en este municipio. A continuación un relato de la visita de Armando Vega Gil, un mes antes de dejar este plano terrenal.

Festival del libro en San Juan del Río en 2019

Hace algunos años se publicó la primera convocatoria nacional “Cuento Breve de Rock Parménides García Saldaña”, donde 15 cuentos fueron los finalistas que se incluyeron en la antología, con un total de 60 participantes, esto por Ediciones Ají y Foro Karuzo, de la ciudad de Puebla.

El que esto escribe fue finalista con el cuento “El Humo”, la presentación de la antología de manera oficial fue en la ciudad de Puebla en el mes de agosto, en el Karuzo. En septiembre, el turno fue en el Foro Alicia, donde estuvieron presentes los jurados, el músico Guillermo Briseño, así como el poeta Andrés Cisneros de la Cruz y Paloma Villalobos, de Ediciones Ají.

El 14 de febrero me dieron espacio para presentar en la feria del libro de San Juan del Río, que fue organizada por Editorial Endira (ya desaparecida) y el Instituto de Cultura, Turismo y Juventud municipal.  La presentación fue con la presencia de Paloma Villalobos (Ají) y Armando Vega Gil (Botellita de Jerez), creador junto a Sergio Arau “El uyuyuy” y Francisco Barrios “El Mastuerzo”, del Guacarock, quienes mezclaban la música mexicana con el rock, un poco de Little Richard con Toña la negra, así como un poco de aguacate, el resultado fue Alarmala de tos, el guacarock del santo, de la malinche, entre otros. En fin, con Armambo (como solían decirle) con quien había entrado en contacto desde el mes de enero de 2019, aceptó presentar este libro que hace referencia a una de sus más grandes influencias, Parménides García Saldaña, escritor de la onda junto a José Agustín.

Y llegó el Cucurrucucú

Durante el arribo a San Juan de uno de los fundadores de Botellita De Jerez, Vega Gil le comenta al que esto escribe: “Es hora de sacar mi INAPAM, en CDMX me la paso viajando en mi patín del diablo, con ese me subo al metro, de ahí bajo hasta llegar a la casa de mi hijo Andrés, aunque siendo más sincero, tengo que ir a unas terapias por mi problema de rodilla”.

Y aunque no le agradaba mucho la idea, en algún momento tenía que hacerlo; cuando la señorita de la unidad que iría a abordar un día después, le pidió su tarjeta de la tercera edad para hacerle descuento, la cara de nuestro protagonista se rompió un poco, supongo que no le gustaba recordar que ya no era un jovencito, que en algún momento de la vida dijo que él tenía que dejar este mundo a los 34 años. Finalmente compró el boleto, y ya apunto de partir llega la querida Paloma, de Ediciones Ají

Es entonces que fuimos de volada a EXA, donde nos entrevistaron durante 45 minutos, una charla de verdad entretenida, hablando de la antología, del rock, de Botellita; después de eso, salimos disparados a comer, donde platicamos de varios temas, y donde por cierto me llamó la atención por la forma en que llegamos.

Hubo tiempo para descansar y posteriormente ir por ellos al hotel “Patio Colonial”, y que para mi sorpresa Armando ya había salido a tomar fotografía y que subió casi instantáneamente a su Instagram. Lo esperamos Paloma y yo, en cuanto llegó fuimos al Portal del Diezmo, donde sería la presentación del libro.

Al inicio del evento dejé un fragmento de una película para que se proyectara y ver la reacción de uno de los presentadores, se proyectó el prólogo de la película “Un Toke de Rock”, del director de cine Sergio García. En ese instante, Armando miraba su yo del pasado caminar por las calles del centro de la ciudad de México,  miraba atento, hasta quedar boquiabierto de su juventud, supongo, maravillado, sin palabras, sus ojos brillaban y no dejaban de observarse.

1,2,3 probando

Comienza la charla y el primer en tomar la palabra fue Armando,  no dejaba de señalar que fue por Parménides García Saldaña que comenzó a escribir, y que le tocó trabajar en el mismo medio que el autor de “Pasto Verde”, que incluso coincidieron en el periódico; en ese momento es cuando leyó uno de sus últimos artículos, Vega Gil le contestó al Par, de alguna manera atacándolo, pero con argumentos a través de otro artículo, cuando se da cuenta que García Saldaña (como le llamaban sus amigos) ya no estaba consciente de lo que hacía. Menciona que sintió un remordimiento enorme. Cuando iba este escritor de la onda a las oficinas donde trabajaba, Armando se escondía, tenía miedo de que lo reconociera y lo golpeara. 

Cuando el alter ego de Parménides, Epicuro Fuentes iba a escribir, pedía dinero por adelantado, pero se lo negaban, se lo darían hasta que publicara el artículo, él se pasaba hasta dos o tres horas leyendo el libro para sacar algún texto y no recibía pago alguno, esto le molestaba mucho a Vega Gil.

Ya entrado en calor, el guacarockero dijo:

“Entonces bueno, a la editorial le costó mucho trabajo hacerlo, un papel de 35 gramos, digo 75, está padre que le echen un ojo, aparte nos está tocando ver morir a las figuras del rock,  se está extinguiendo, se está acabando, se está yendo, también hay una energía de cómo, vamos pa´lante, es la sensación que tengo de todo el libro, todos los cuentos están marcados por decepciones amorosas creo yo, pero al final le dan un cambio, un humor al final, una forma de sacar ese dolor. Al final habrá chelas de Jis y Trino, ya les contaré un poco más de la literatura y el rock, van de la mano juntos, esto es de lo más notable. Les debo confesar que yo escribía cajón con g, y la maestra me pegaba con reglas en los dedos por escribir así, pellizcos de monjita les decían, solo agarra un cacho de pellejo.”

El muchacho asfáltico

Durante su estancia, se le vio recorrer con tranquilidad el Centro de San Juan, acompañado de Paloma y Felipe, platicaron en su recorrido acerca de los amigos en común, así como la visita de la primer Botellita en los años ochenta a San Juan del Río: una noche antes tocaron en León, donde salieron con un golpe el Mastuerzo y Arau, mientras que Vega Gil alcanzó a librarla, descansaron en la ciudad que ahora volvía a visitar pero como presentador de la antología.

También mencionó que cuando se enteró que iba a ser papá, ya lo veía como fuera de tiempo,  cuando le comentó la noticia a su amigo  Andrés Bustamante, este le respondió “¿Y es buena o mala noticia?”. Ambos rieron, dice que cambió su vida, que se sintió rejuvenecido.

Estaba muy emocionado por su último libro “Virgen de medianoche”, que presentaría en el palacio de Minería y que a fines de abril lo traería a Querétaro capital en la feria del libro. 

Durante esa charla comentó que recordaba aún a Rockdrigo, la última vez que lo vio y de cómo se despidieron, algo que escribió en “Diario íntimo de un guacarocker”; así como su amistad con Jaime López y Alejandro Lora, lo que comentaban cuando hicieron un documental acerca de Avándaro.

Favor de llenar con letra de molde

Desgraciadamente partió el 15 de febrero a la vieja Ciudad de Hierro, lo vería un mes y medio después, pero ahora en Querétaro capital, algo que desgraciadamente no ocurrió por su inesperada muerte. Todavía nos mensajeamos una semana antes de que colgara los tenis, estaba en planes que presentara la segunda antología, una posible presentación de su nuevo proyecto “El Ukulele loco”, pero ya no nos volveríamos a ver, la noticia muy temprano del 1 de abril nos confirmaría que Armando había partido con su Ukulele después de unas acusaciones que le obligaron a tomar la decisión de terminar con su vida. Espero Armando este por fin en paz, y no puedo dejar de escribir esta nota no sin antes decir: “Si lo mexicano es naco, y lo mexicano es chido, entonces verdad de Dios, todo lo naco es chido”.

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba