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1M, Del aplauso a la protesta

Por: Luis A. Alegría

PARA DESTACAR: La tensión comenzó a sentirse en el ambiente, los manifestantes se pararon justo frente al templete mientras la seguridad del gobernador se colocaba frente al mismo: no había policías por ningún lugar.

Ya habían pasado algunos contingentes en el desfile. Francisco Domínguez se mostraba poco expresivo mientras sindicalizados de distintas instituciones desfilaban frente a él. Se limitaba a observar, recibir algunas peticiones y sonreír cuando los gritos eran favorables.

 

El Sindicato de Trabajadores al Servicio de los Poderes del Estado (STSPE), que había hecho un mitin frente a la Casa de la Corregidora en la semana, no representó gran problema más allá de gritos que llamaban a huelga; Domínguez permaneció tranquilo mientras pasaban.

Así avanzaron otros sindicatos, algunos con gritos de apoyo para el gobernador y otros con peticiones para sus condiciones laborales, todo de una forma tranquila; la lideresa del Sindicato de Trabajadores de la Secretaría de Salud sección 32 se volcó en halagos hacía “Pancho”, mientras los trabajadores pedían apoyo sobre su situación médica.

Así, sobre Corregidora con dirección a Avenida Universidad, se acercó el contingente de maestros que buscaban expresarse en contra de la Reforma Educativa; traían consigo pancartas, lonas y representaciones de Aurelio Nuño Mayer, secretario de Educación Pública de México.

Una de las lonas, la que iba justo frente al contingente, rezaba: “¡¡¡Ni una lucha aislada más!!! ‘Las reformas… son proyectos de muerte y actos de intervención extranjera contra la patria’ ¡¡¡Nosotros resistimos, no traicionamos!!!”. La tensión se comenzó a sentir en el ambiente, los manifestantes se pararon justo frente al templete mientras la seguridad del gobernador se colocaba frente al mismo: no había policías por ningún lugar.

Un grupo de personas intentó acercarse al estrado para hablar con Domínguez, la seguridad se los negó, mientras el contingente comenzaba a apoderarse de la calle deteniendo el paso del resto del desfile; después de discutir un momento, el gobernador les indicó que les permitieran acercarse.

El hombre, ataviado con una chamarra de color negro, se acercó y platicó por un momento con el gobernador; se alejó de la mesa. El hombre hizo saber a sus compañeros que consiguió una cita al terminar el desfile, el grupo aún así se negó a desalojar el paso por temor a que al volver más tarde Domínguez no se encontrara en el lugar.

El desfile continuó, mientras el grupo que se había congregado frente al templete crecía; los tambores y las trompetas de la Escuela Secundaria Técnica 1 retumbaron en el Jardín Zenea, mientras el líder de la sección 24 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Maurino Morales García, tomaba el lugar de honor junto a Francisco Domínguez.

En el momento en que el SNTE comenzó a marchar frente al panel, Domínguez se levantó y aplaudió con una sonrisa en el rostro, esto despertó los abucheos, chiflidos y gritos del contingente que se había negado a moverse; seguido del cántico “¡El que no brinque es charro!”, mientras miembros del SNTE marchaban frente a ellos.

El grupo disidente comenzó a acercarse lentamente al Templo de San Francisco, limitando cada vez más el paso del SNTE y aumentando la tensión en el lugar. Medios de comunicación, la seguridad y algunos miembros del magisterio se encontraban pegados al templete; el poco espacio generó empujones entre los disidentes y el sindicato, donde también intervino el grupo de seguridad de Domínguez.

Aún así siguió marchando el SNTE. Pasaron integrantes con un niño de unos dos años, que fue acercado a Francisco Domínguez, quien se tomó la foto con el infante muy sonriente, generando nuevamente los abucheos de los disidentes.

Los que portestaban se hicieron de playeras y gorras del SNTE, que habían sido obsequiadas a los maestros antes del evento, una playera fue encendida por uno de los protestantes acompañada de algunos carteles; miembros de Gobierno del Estado intervinieron enseguida para detener el siniestro, los mismos intentaron arrebatar una gorra y el encendedor al protestante.

La tensión crecía pero ningún policía ni municipal ni estatal se paró en el lugar; algunos maestros que venían con el contingente del SNTE entregaron gorras y playeras a los protestantes, algunas comenzaron a volar hacía la mesa donde se encontraban los funcionarios. José Luis Aguilera Rico, secretario del Trabajo en el estado, se puso de pie y comenzó a cachar las gorras que eran lanzadas hacía la mesa para después colocarlas y acomodarlas en la mesa donde estaban.

Una cachucha impactó en la cara de Maurino Morales, quién se paró poniendo su mano derecha sobre el logo del SNTE y lo golpeó como provocación a sus agresores, mientras Eric Salas, presidente del Congreso Local, aventaba la gorra al piso; esto hizo que los gritos de “Maurino traidor, vendiste al profesor” comenzaran a escucharse entre la multitud.

Al notar que la situación había rebasado las capacidades del organizador José Cruz Araujo Ávila, secretario de la Federación de Trabajadores y Empleados de Querétaro (FTEQ), dio por finalizado el desfile; este anuncio fue acompañado de chiflidos de desaprobación y abucheos.

Los funcionarios se pararon, pero se mantuvieron en el lugar por unos segundos más mientras Francisco Domínguez daba algunas instrucciones. Cuando comenzaron a bajar del tapanco los gritos “cobarde, cobarde, cobarde” se apoderaron completamente de los asistentes al desfile.

El gobernador Domínguez cortó camino a través del templo de San Francisco, salió inmediatamente al andador 5 de Mayo rodeado por seguridad y algunos manifestantes que lo habían alcanzado; trotando con la mirada baja, mientras los diferentes medios de comunicación los seguían en busca de la foto. La entrada de la Oficialía Mayor fue la que recibió a Domínguez. Esta se cerró inmediatamente después de su entrada, dejando a fuera a miembros del equipo del gobernador, quienes tuvieron que buscar otra entrada

 

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