BRUJERÍA

Una obra sin un título acertado a poco puede aspirar, y CRUZADA CENTRAL POR EL TEATRO lo ha
tenido en más de un sentido. El paso del tiempo lo ha demostrado al llegar a su edición catorce en
tiempos tan azarosos para el arte y la inteligencia como lo estamos constatando cada vez con
mayor frecuencia y persistencia. Para no ir muy lejos, ¿cómo le iba y cómo le ha ido, en Querétaro,
a los días mundiales, primero DEL TEATRO y después DE LA DANZA? Fuera de la festivalitis para la
distracción masiva a otro nivel (solo falta la numeralia demográfica y presupuestaria de Paco, tan
visualmente contaminante), la convergencia entre artistas y autoridades culturales (sic) está muy
desdibujada, si es que un rastro es perceptible.

‘Teatro de lo femenino …y con mujeres’ podría ser el asunto del expediente o archivo del
dramaturgo y director escénico Luis Santillán Ortega. So pena de incurrir en falsedad, seguramente
no exagero apuntando que ni como personajes omniscientes aparecen varones. Por si esta clara
preferencia o inclinación no fuera notoria, cada vez más, al menos en Querétaro, ha contado con
la decidida complicidad y conjunción de la actriz Roja Ibarra y el grupo escénico que encabeza,
‘Medusa’. Advertí dos claves en la participación del dramaturgista para localizar hacia dónde
apuntaría el 12 de mayo, en el Foro Escénico del Museo de la Ciudad, dentro de la edición catorce
del evento Cruzada Central por el Teatro, creado y sacado adelante por el grupo Atabal Creación
Artística: el nombre del grupo ‘Sorginak’ y el apellido que le endilgó al nombre shakesperiano:
“Macbeth Coven”. —La consulta de los diccionarios cada día es más sencilla y accesible—. En un
enredijo intrigoso de ambiciones de poder, asesinatos, por propia mano o instigados,
remordimientos, arrepentimientos, desvaríos y enloquecimientos, e incompetencias para hacer
nada de provecho con el poder, de las tres o cuatro veces que me he asomado a “Macbeth”,
siempre me he quedado con las imágenes como los mejores logros artísticos, recargados de
fantasía y creatividad, cuya vertiginosidad fácilmente escapa a mi capacidad deductiva, peor de
traducción. Si alguien me preguntara por ganadores o perdedores, respondería que todos ganan
hasta que viven las consecuencias de su ganancia o victoria.

Muy pocas veces será tan exacto apuntar que en el Foro Escénico conocimos una encarnación de
“la línea anecdótica de Lady Macbeth con el menor uso de la palabra,”. La expresividad corporal
mantiene la atención de principio a fin, dejando al término una interrogante: ¿Quién se despide,
Lady Macbeth o las intérpretes?, o ¿son Lady Macbeth en el siglo XXI?
Disfruté mucho la lectura de la novela de Bram Stoker, “Drácula”, pero qué hizo con ella el
cineasta Francis Ford Coppola, lo ignoro totalmente, sin embargo ha de ser interesante o atractiva
para ocupar más de la mitad de la información escrita entregada al público.
