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Corcholatour Querétaro: Cuando doña Eulogia conoció a Marcelo Ebrard

Llegaron las 20 al Cecuco de San Juan en el autobús blanco de turistas, la mayoría son mujeres campesinas, del ejido de El Sauz, Pedro Escobedo. Las trajo Georgina Martínez, ex comisariada del ejido. Entre ellas viene doña Eulogia.

Abrazada por su rebozo azul con mariposas y flores, cabello que en su momento fue rebelde y profundo, hoy cano hasta amarillo, pero no pierde la costumbre de peinarlo bien y ponerse los pasadores como quizá aprendió cuando de niña Eulogia tenía que arreglarse ella misma; en la muñeca derecha tres pulseras y en el dedo anular dos anillos.

Cuando minutos antes de las 4 pm llegaron tras casi 40 minutos de viaje, uno de los organizadores de esta Asamblea Informativa de Morena sentó a doña Eulogia y sus acompañantes en algunas de las mil 300 sillas que hoy acomodaron para que la gente escuche a Marcelo Ebrard en estas canchas de basquetbol techadas.

¿Marcelo es el bueno, usted cree que es el bueno?”, le pregunta el joven que está sentado a su derecha. “Pues yo no lo conozco”, dice Eulogia y se ríe con esa voz delgada por los 75 años, “¿él de dónde es?”. “Pues de allá de la capital, fue jefe de gobierno, ahorita estaba con AMLO pero ya anda aquí”, responde el joven.

Pasa una mujer y reparte volantes: la foto de Marcelo Ebrard, su nombre en letras guindas y 10 razones que lo hacen la mejor opción. “Ah, es este”, dice Eulogia al ver la foto, “sí, ya lo conocía, en la tele, luego anda por Estados Unidos y hasta quién sabe dónde”. Eulogia no sabe leer, ve la foto, dice que lo va a escuchar a ver si la convence.

Eulogia le pregunta a su compañera de la izquierda dónde queda el baño, “ahorita vengo”, le dice y deja en su silla la bolsa de mandado blanca con gris que le dieron en la Miscelánea Martínez, se abre paso entre la gente mientras el trío sanjuanense Nuevo Legado Huasteco toca El Queretano, para hacer más llevadera la espera. Eulogia regresa a su silla mientras de fondo ahora el Trío Huasteco toca entre violines y guitarras Tierras Queretanas.

“Uy, ya hasta te dio sueño», le dice Eulogia al joven de su derecha al verlo bostezar. “Sí, ya se tardó, según era desde las tres y ya van a dar las cuatro y media”.

La gente se alborota, voltea a su izquierda y ve llegar dos camionetas. En la suburban blanca viene Marcelo Luis Ebrard Casaubón, se baja e inmediatamente es rodeado por fotógrafos y reporteros.

“Huele a loción muy dulce, empalaga, combinada con sudor, como cuando tus compañeros llegaban al salón después de jugar fútbol en el recreo y se ponían desodorante y perfume para según disimular el olor”, asegurará una de las reporteras que se le acercó a Marcelo y lo fotografió con su pantalón café, camisa blanca de manga corta y en la espalda un dibujo animado de él mismo.

Eulogia dice que sí con la cabeza cada que Marcelo cuenta que hay que defender la 4T, continuar con las becas y pensión, seguir con el aumento de los salarios, sacarle provecho a la Guardia Nacional, respaldar a las jefas del hogar, mejorar el sistema de salud, él trajo las vacunas contra la COVID, reformará el poder judicial.

Eulogia se limpia los ojos con su rebozo y sigue a la escucha a diez metros de Marcelo, de vez en vez la gente interrumpe el discurso y aplaude, Eulogia los sigue, aplaude al son de Mar-ce-lo-Mar-ce-lo y entre gritos del público que llenó el lugar.

“Licenciado Marcelo, permítanos despedirlo con un buen sabor de boca, con el Huapango del Trío y una pareja queretana de baile”, dice el del micrófono y Marcelo se va tras ver apenas 25 segundos del baile.

“¿Cómo ve doña Eulogia, sí la convenció?” dice el joven de su derecha. “Pues a´i más o menos”, responde ella. “¿Votaría por él?. “Pues hasta el día de las votaciones a ver qué, ahorita a penas hay que ver”.

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