500 noches para una crisis
Por: Víctor López Jaramillo
Definitivamente, Joaquín Sabina no es el Bob Dylan hispano. Sus pretensiones tiran más hacia la poesía del barroco, los sonetos bien estructurados, el adjetivo posesivo que arañe el corazón, como él mismo lo ha dicho alguna vez.
Aspira a que sus canciones sean esas que se escuchan en el radio del taxi y obliga al pasajero a escucharla con atención. El autor de varias canciones que son parte de la banda sonora de un corazón roto, en fin, los sonetos de un perdedor simpático.
Y ese es el Joaquín Sabina que ha visitado nuevamente México. Su gira, 500 noches para una crisis tocó suelo mexicano en este mes de mayo.
Un clásico
¿Una nueva gira pero sin disco nuevo? Algo extraño para como se mueve la industria discográfica en la actualidad que exige el formato disco-gira. Pero Joaquín nunca se ha dejado llevar y decide ir a contracorriente.
Con la nostalgia pintada en el rostro, explica a sus seguidores que tras varios tequilas con sus cómplices musicales, Pancho Varona y Antonio García de Diego, y reescuchar su disco 19 días y 500 noches, decidieron desempolvar aquellos temas, sacarlos de gira y tocarlos en vivo para que los más fieles fans se deleiten.
Ojo, no es algo nuevo. De hecho, es una práctica recurrente que artistas decidan hacer una gira presentando sólo temas de un disco emblemático.
Cabe recordar los casos de Roger Waters y su The Wall. O Pink Floyd tocando todo el Dark Side of the Moon. O Café Tacuba interpretando su disco Re.
Para la critica en general, el disco 19 días y 500 noches es el mejor disco de Joaquín Sabina. Grabado en 1999, Sabina dijo adiós al milenio y a un amor con esta colección de canciones intimistas y bohemias.
Ahora que
Se ve un Joaquín algo cansado, con una interrogante melancólica en el rostro. Ya hace 15 años de ese disco y las canciones siguen doliendo.
El concierto abre con Ahora que, una oda al adiós de una era difícil y da la bienvenida a tiempos no tan melancólicos.
Ahora que nos besamos tan despacio,
Ahora que aprendo bailes de salón,
Ahora que una pensión es un palacio,
Donde nunca falta espacio
Para más de un corazón…
Ahora que las floristas me saludan,
Ahora que me doctoro en lencería,
Ahora que te desnudo y me desnudas,
Y, en la estación de las dudas,
Muere un tren de cercanías…
La segunda canción es la clásica 19 días y 500 noches, la que da título al disco y a esta nueva gira. Nada más doloroso que esa entrada poética de la canción:
Lo nuestro duró
Lo que duran dos peces de hielo
En un güisqui on the rocks,
En vez de fingir,
O, estrellarme una copa de celos,
Le dio por reír.
De pronto me vi,
Como un perro de nadie,
Ladrando, a las puertas del cielo.
Le siguieron Barbie Superstar y Una Canción para la Magdalena, donde junto con la vocalista Mara Barros hace un perfomance, ya conocido por todos sus cómplices sabineros, donde la cantante interpreta a una mujer de la calle bajo una farola y Joaquín galante le canta.
En 1999, Sabina cumplía 50 años y por ello compuso A mis 40 y 10. Hoy, a sus 65 años sigue teniendo 40 y 10.
A mis cuarenta y diez,
Cuarenta y nueve dicen que aparento,
Más antes que después,
He de enfrentarme al delicado momento
De empezar a pensar
En recogerme, de sentar la cabeza,
De resignarme a dictar testamento
(perdón por la tristeza).
En México, Sabina ha optado por eliminar las canciones tangueras que vienen en el disco. Así, Dieguitos y mafaldas queda fuera. Supongo que en Argentina esta canción es infaltable en el programa. A cambio, Sabina nos regala un cover de Bob Dylan, precisamente, y la canción Peces de ciudad, donde una lágrima coquetea con asomarse.
El ritmo del disco continua y cierra con un toque muy mexicano: Noches de Boda aunada con Y nos dieron las 10. El disco ha terminado pero no el concierto.
Sabina echa mano de sus clásicos para complacer a sus seguidores por casi tres horas. Contigo, Princesa, Por el Boulevard de los sueños rotos, Y sin embargo, suenan y el concierto termina con Pastillas para no soñar y un encore de La Canción de los Buenos Borrachos.
Parece que Sabina nos vino a decir adiós, no hay planes de nuevo disco por el momento. No importa que tenga que desempolvar discos, sus cómplices siempre le guiñarán el ojo cuando pise suelo mexicano.
{loadposition FBComm}