Alcázar 20-100
Pájaro de 5 alas
Por: Omar Árcega E/ twitter.com/Luz_Azul
PARA DESTACAR: Se dieron a conocer los resultados de la Tercera Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG). Si analizamos fríamente las cifras, asustan, pues nos dicen que ocho de cada 10 mexicanos consideran que la corrupción es un hecho muy frecuente. En Querétaro la percepción baja a siete de cada 10.
“Aquí todos somos un poco ladrones. Pero yo no tengo más que una mano, mientras que mis adversarios tienen dos… ¿Usted no sabe cómo encontraron la mano que me falta? Después de hacerme la primera cura, mis gentes se ocuparon en buscar el brazo (…)uno de mis ayudantes se sacó del bolsillo un azteca (…) lo levantó sobre su cabeza. Inmediatamente salió del suelo una especie de pájaro de cinco alas. Era mi mano que, al sentir la vecindad de una moneda de oro, abandonaba su escondite para agarrarla con un impulso arrollador”.
Quien habla es Álvaro Obregón, en una entrevista concedida a Blasco Ibañez en 1919 al contar cómo perdió su brazo en la Batalla de Celaya. Este es uno de los cientos de relatos que ejemplifican la desmedida ambición material de nuestros liderazgos y que genera una (anti)natural relación entre políticos y corrupción.
La corrupción política es un tema que durante siglos fue tolerado por la población, la única sanción que establecía eran los chistes, versos y canciones mediante los cuales la memoria popular intentaba que estos acontecimientos siempre se recordaran y que una y otra vez sirvieran de mofa, pero, lamentablemente no pasaban de eso.
Traigo a cuenta estas reflexiones pues se dieron a conocer los resultados de la Tercera Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG) 2015. Un documento que vale la pena revisar a fondo entre los diversos temas que aborda está el de la percepción sobre la corrupción tanto a nivel nacional como estatal. Las tres entidades donde se percibe una mayor corrupción son Ciudad de México, Tabasco y Chiapas, la tres menos corruptas son: Querétaro, Yucatán e Hidalgo. Nuestro estado es donde menor percepción de corrupción existe, pues el 73.3% de los encuestados consideró que esto hecho es muy frecuente y frecuente, como contraparte tenemos la Ciudad de México donde la proporción sube al 95.1%. y la media nacional es alrededor del 88%.
Si las analizamos fríamente estas cifras asustan, pues nos dicen que ocho de cada 10 mexicanos consideran que la corrupción es un hecho muy frecuente. Un indicador de lo enraizado e internalizado de estas prácticas. En Querétaro la percepción baja a siete de cada 10, es decir, prácticamente nada.
Si analizamos por instituciones, en Querétaro las cinco figuras considerados más corruptos son: partidos políticos, policías, los diputados, gobierno federal y ministerios públicos. En otras palabras, dos actores fundamentales de sistema político son fuertemente cuestionados y dos elementos del sistema de justicia (policías y ministerios públicos) también son considerados altamente corruptos. Esto es un foco rojo, pues nos está indicando que la gente percibe negativamente la organización política y judicial, pilares en los que debe descansar la legitimidad de un estado.
Estas cifras, de por sí relevantes, adquieren mayor importancia en el contexto actual, pues a nivel nacional está por discutirse y aprobarse el marco jurídico del Sistema Nacional Anticorrupción y a nivel local se está generando las condiciones para implementar esta institución a nivel local. Urge un verdadero compromiso político por erradicar estas prácticas, es necesario que los gobiernos locales no solo muestren un discurso comprometido en la lucha contra los corruptos, sino que muestren un decidido compromiso con la transparencia tanto en sus decisiones administrativas como políticas.
Querétaro es un estado caracterizado por sus efectivas políticas de crecimiento, es una atractivo destino de inversión productiva nacional e internacional, pero esta “tierra de oportunidades” puede perderse si se siguen tolerando prácticas de corrupción, si se sigue alimentando a ese pájaro de cinco alas, pues estas a la largan generan desigualdades, frustraciones, descontentosy pueden convertir al crecimiento, en pesadilla.