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Querétaro, laboratorio de la delincuencia

Por: Mariana Chávez

Miguel tuvo que pagar cincuenta pesos para recuperar la pulidora de pisos que le fue robada y ya estaba a la venta en el tianguis. Sabe que su vecina hizo lo mismo, tuvo que pagar para recuperar la plancha para hacer tortillas, pues son artículos primordiales en su actividad diaria.

Este hombre habita una comunidad cercana al Aeropuerto Intercontinental de Querétaro. Vive atemorizado y molesto al igual que unas 300 familias de la localidad por los constantes robos. Se llevan de todo. Desde la batería del viejo carro, pasando por el cilindro de gas y hasta los borregos. Algunas joyas llegan a ser canjeadas por un cartón de cervezas.

Para este vecino del municipio de El Marqués –conurbado al de Querétaro- la tranquilidad en la comunidad se perdió hace unos diez años. Actualmente prolifera la venta de droga, alcohol, los robos, y las riñas.

Tienen identificado donde viven y quiénes son los comerciantes de droga al menudeo. Hasta ven salir a los consumidores sin chamarra o zapatos. Lo tuvieron que dejar en garantía porque ya no tenían dinero para comprar y continuar consumiendo el enervante.

Son pocos los que denuncian a los narcomenudistas, sin resultados. Aseguran que de inmediato obtienen su libertad y regresan a la misma práctica.

La mayoría no quiere interponer la denuncia por miedo, pues en la comunidad se conocen entre sí. Quienes cometen los ilícitos, principalmente de robo, los retan con  “A ver, denúnciame”, pues aseguran estar protegidos por una banda identificada como “Los michoacanos”.

La Procuraduría General de la República (PGR) delegación Querétaro realizó durante 2014 cuatro operativos para el control de drogas, así como 17 cateos y detuvo a 523 personas. El decomiso en un año fue de 371 kilos de marihuana; 20 kilos de cocaína y siete mil 500 unidades de metanfetaminas.

Aunque las estadísticas oficiales no lo revelan, el narcomenudeo en el estado va a la alza. Esto es causa de robos y diversos ilícitos, manifestó el doctor en Ciencias Sociales, Raúl Martínez Merling.

 

El círculo infernal

A través de la investigación “Estado de excepción, crimen organizado y política en México”, Raúl Martínez Merling, catedrático de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), detectó junto con su equipo de colaboradores, que esta entidad, catalogada como “una de las más seguras del país”, está inmersa en lo que él llama: el círculo infernal.

Explicó que el espectro que está invadiendo lentamente a Querétaro es el narcomenudeo a consecuencia del descabezamiento de los cárteles, que se fragmentaron en todo el país y se convirtieron en “pequeños cartelitos”, lo cual llevó a la proliferación de la venta de droga tanto en zonas urbanas como rurales caracterizadas por la pobreza y la desigualdad.

Los adolescentes son cautivados como consumidores, pero también como distribuidores y proveedores. En esta última actividad, el joven si no tiene dinero para adquirir la dosis del enervante, lo paga con trabajo a través de la venta de droga, robo o como vigilante del “territorio”.

 

El robo a la alza

El delito de robo en el estado de Querétaro es más alto en comparación a las estadísticas registradas en Sinaloa, Sonora, Guerrero, y muy cercano a lo que registran Michoacán y Tamaulipas.

Mientras que en Querétaro, se registraron en 2014, 16 mil 494 robos en diferentes modalidades, en Sinaloa fueron 13 mil 150 casos; en Sonora 10 mil 587; en Guerrero, 14 mil 19; en Michoacán de 16 mil 991 y Tamaulipas de 17 mil 973, de acuerdo a estadísticas del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

En doce años, el incremento de robo en la entidad fue de 108 por ciento, al pasar de siete mil 914 registros de ese ilícito en 1997 a 16 mil 494 casos en 2014.

En el caso de robo a vehículo, la incidencia fue de cuatro mil durante el año pasado. Esto quiere decir que se robaron un promedio de 10.9 vehículos al día.

A este delito le sigue el atraco a negocio con mil 846, principalmente con violencia (975 casos), así como a transeúntes con mil 21 casos reportados; el robo a transportistas presentó una incidencia de 89 casos.

Las estadísticas refieren que el municipio donde más se comete el delito de robo es en Querétaro, seguido de San Juan del Río y El Marqués. Son  los de mayor población en la entidad.

En el caso de los homicidios dolosos, éstos se cometen principalmente con arma blanca, seguida de arma de fuego.

 

Una tranquilidad amenazada

En las estadísticas oficiales no se refleja al estado de Querétaro como una entidad violenta, pues en 2014, se ubicó en el segundo lugar como la más segura del país, pues sólo 38.5 de cada cien personas considera que el lugar donde reside es inseguro, de acuerdo a los resultados de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción Sobre Seguridad Pública.

Lo anterior no quiere decir que no exista la violencia, explicó Raúl Martínez Merling.

Las diferentes comunidades ubicadas en la delegación Santa Rosa Jáuregui en el municipio de Querétaro, representa “el laboratorio” donde se presenta ese círculo infernal y donde es constante la agresión física. Comunidades como La Solana, la policía no ingresa porque es agredida por jóvenes que pertenecen a diferentes grupos.

Los distribuidores de productos de abarrotes se ponen de acuerdo para ingresar en convoy, porque las “bandas” los asaltan a plena luz del día, denunciaron vecinos.

De acuerdo a estadísticas proporcionadas por la Secretaría de Seguridad Pública del municipio de Querétaro, en 2014, se registraron 35 mil 251 riñas entre bandas, vecinos, e integrantes de familias.

Hasta el 17 de febrero pasado, ya se habían registrado dos mil 771 altercados, en los cuales se han presentado individuos baleados. Estos datos están registrados como faltas administrativas.

Para Martínez Merling, existen zonas de Querétaro están abandonadas. Si bien hay inversión en obras en zonas urbanas, las autoridades actúan de manera inequitativa con  localidades alejadas, aún cuando éstas estén dentro de la mancha urbana.

Ante el abandono, los narcomenudistas o personas dedicadas a la delincuencia se convierten en los “caciques” y brindan un beneficio a la comunidad.

Un ejemplo de ello, es el ejido Santa María Magdalena en el municipio de Querétaro, donde de forma constante se registran robos a los vagones del tren. Todos participan por igual en el hurto: hombres, mujeres, niños.

El robo es de granos como maíz y trigo,  electrodomésticos, cemento, motocicletas y todo lo que lleve el tren. Ya intentaron robar carros. No fue posible, porque no tenían una grúa especial para transportar los vehículos.

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