El gobernador Domínguez en entredicho
El clavo en el ataúd político de Domínguez Servién que terminó con sus aspiraciones a la presidencia del PAN y de la República.
En las últimas semanas el gobernador Domínguez pasó de la cima a la sima, su entusiasmo desbordado no era por sus recurrentes viajes al extranjero, sino porque advertía un futuro inmediato promisorio y luminoso para su trayectoria política, en dos sencillos pasos: primero, ocupar la presidencia del PAN y, segundo, desde esa plataforma, lanzar su candidatura a la presidencia de la República.
Sin embargo, pronto el gozo se fue al pozo. Su otrora alegre y sonriente semblante se estrelló contra la cruda realidad el 10 de julio, día en el que el periódico Reforma hiciera estallar un bombazo en la línea de flotación de su administración, por la probable vinculación con el circuito de corrupción del abogado Juan Collado, presidente del consejo de administración de Libertad Servicios Financieros, señalado de los delitos de delincuencia organizada y lavado de dinero.
Y es que el reportaje publicado por Reforma, “Da juez prisión preventiva a Collado”, fue demoledor, en uno de sus párrafos leemos: «Incluso salpican al actual Gobernador de Querétaro, Francisco Domínguez, quien supuestamente recibió dos maletas de dinero en efectivo con unos 10 millones de pesos en cada una para financiar su candidatura, enviadas por el zar de los casinos (Javier Rodríguez Borgio) y autorizado por Collado».
El texto, firmado por Benito Jiménez, fue un auténtico balde de agua fría que dejó helado a Domínguez Servién, cuya reacción fue torpe, acusando a un “dirigente nacional de morena” de extorsión: “Ayer me hablaron por teléfono para pedirme apoyo y hacer 160 desplegados con un valor de 48 mil pesos, ascendiendo a una cantidad de 7 millones 300 mil pesos, nos pusieron una cuenta a depositar, y por supuesto no caí y no lo voy a hacer. Quieren poner trampas, pero tengo el número de teléfono y el número de cuenta donde me pidieron depositar”.
Sin lugar a dudas, la semana del 7 al 13 de julio, ha sido el peor momento de Domínguez Servién desde que despacha en la casa de La Corregidora, cuantimás con la filtración de la orden de aprehensión en contra del abogado Juan Collado Mocelo, documento fechado el 6 de julio de 2019, de 141 páginas, que contiene una serie de nombres y empresas, probablemente vinculadas al lavado de dinero y a la delincuencia organizada.
En la orden de aprehensión del abogado Collado, se encuentran señalados diversos actores políticos, quienes supuestamente recibieron dinero sucio de parte de Javier Rodríguez Borgio (quien estuviera encarcelado por el caso Oceanografía), para financiar las campañas de José Calzada Rovirosa, Hugo Cabrera Ruiz, Francisco Domínguez Servién y Mauricio Kuri, a cambio de favores y obra pública, una vez que resultaran electos.
El clavo en el ataúd político de Domínguez Servién que terminó con sus aspiraciones a la presidencia del PAN y de la República, lo publicó el domingo 14 de julio la revista Proceso, uno de cuyos párrafos señala: «Más aún, Bustamante indicó que ‘los verdaderos propietarios de Libertad Servicios Financieros’ son los expresidentes Peña Nieto y Salinas de Gortari, así como el gobernador queretano Francisco Domínguez Servién y Mauricio Kuri, líder de la bancada del PAN en el Senado de la República».
Con el semblante desencajado, sin la sonrisa de semanas atrás y ahora en la sima, Domínguez Servién se desdijo de la supuesta extorsión del “dirigente nacional de morena”, para ahora señalar, sin tampoco estar seguro, que las acusaciones en su contra son “fuego amigo”, en referencia a su propio partido y, señalando que sus aspiraciones políticas son las de acabar su gestión al frente del gobierno del estado.