¿Al diablo con SUS instituciones?
Por: Ángel Balderas Puga
En 2006, con una resolución verdaderamente kafkiana el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación avaló el fraude electoral de Felipe Calderón y sus cómplices. Éste ha sido el fraude electoral más documentado y probado de la historia, con múltiples evidencias de tipo matemático e informático. El Tribunal avaló muchas ilegalidades: la injerencia de Vicente Fox en el proceso, la difusión de mensajes de guerra sucia por parte del sector empresarial, el uso clientelar de programas sociales del Gobierno Federal, el uso indebido del padrón electoral, la colusión de funcionarios federales y gobernadores pero sobre todo las inconsistencias en el conteo rápido y el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP).
Es en este contexto que Andrés Manuel López Obrador tiene un discurso en el Zócalo en el que señaló, con justa razón: “Se fracturó el orden constitucional, ya que los magistrados se negaron a transparentar la elección para someterse a una minoría privilegiada que ha tomado las instituciones y las mantiene secuestradas para su propio beneficio. Ese atentado a la legalidad constitucional y a la vida democrática obliga a reasumir el ejercicio de la soberanía popular y abolir de una vez y para siempre el régimen de corrupción y privilegios que impera en el país.” Cerrando su alocución con la frase “Por eso, aunque no les guste a mis adversarios, ¡al diablo con sus instituciones!”.
Casi inmediatamente sus palabras fueron sacadas de contexto y tergiversadas por sus adversarios y por los medios de comunicación que habían sido cómplices del fraude, desatando una nueva guerra sucia. Cambiaron “sus instituciones” por “las instituciones”. El primer caso se refiere sólo a las instituciones de la minoría privilegiada de la que se habla mientras que “las instituciones” se refiere a todas las instituciones.
Lo anterior recobra actualidad por dos casos recientes que demuestran la podredumbre a la que han llevado a varias de nuestras instituciones causando con ello enormes estragos en la vida nacional.
El IFE y los gastos de campaña
Como si no bastara el enorme desprestigio en el que ha caído el Instituto Federal Electoral (IFE) al avalar y ser cómplice del fraude electoral de Felipe Calderón y del manejo desaseado de las últimas elecciones presidenciales, la Unidad de Fiscalización de dicho Instituto determinó que el único que rebasó los topes de gastos de campaña en las elecciones presidenciales de 2012 ¡fue López Obrador!
Esta resolución atenta contra la inteligencia pues está muy reciente el evidente derroche de recursos del PRI en la pasada elección presidencial. Es el colmo del cinismo y del desprestigio de la institución electoral.
En Tribuna de Querétaro (números 631 y 632 del 20 y del 27 de agosto de 2012, respectivamente) publiqué dos artículos sobre la violación de los gastos de campaña por parte del PRI.
En dichos artículos proporcionamos datos que demuestran fehacientemente que el PRI rebasó los gastos de campaña.
Tan sólo en espectaculares se estima que el PRI gastó unos 148 millones de pesos, más de la mitad de su tope de campaña. A eso hay que sumar los gastos en propaganda televisada (tanto explícita como encubierta) que según el prestigiado periódico inglés The Guardian amontarían 346 millones de pesos tan sólo en 2005 y 2006 para promocionar a Peña Nieto.
El Movimiento Progresista estimó un gasto total en publicidad de unos mil cien millones de pesos (promocionales en radio, gastos en giras, calcomanías, regalo de artículos de todo tipo, etcétera).
Además están los monederos electrónicos de Monex. El Movimiento Progresista estimó que, tan sólo en tarjetas de Soriana, se gastaron casi dos mil 300 millones de pesos.
En total se estima que el PRI gastó en la pasada campaña presidencial cuatro mil 600 millones de pesos cuando su tope de campaña era de 328 millones de pesos, es decir, habrían gastado cuatro mil 300 millones de pesos más.
Pero de esto nada dice la Unidad de Fiscalización, la que además cree que todos los mexicanos somos ingenuos como para creer que el PRI no rebasó el monto máximo de los gastos permitidos por la ley.
El otro caso, que comentaremos en una próxima entrega es la también kafkiana resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sobre el caso de la extinción de Luz y Fuerza del Centro.
¿Sensibilidad social?
Enrique Peña Nieto decreta tres días de “luto nacional” por las víctimas de la explosión en la torre B2 de Pemex y luego se va de “puente vacacional” a Punta de Mita, Nayarit. ¿Si hubiera fallecido uno de sus familiares más cercanos, Peña Nieto se iría de “puente”?
La misma insensibilidad mostró el procurador Jesús Murillo Karam, quien en rueda de prensa sobre el asunto de la explosión y ya con decenas de muertos se permitió realizar un chiste sobre el contenido de una maleta. ¿Si hubiera fallecido uno de sus familiares, Murillo Karam haría ese tipo de chistes?
Qué diferencia con la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, quien canceló tres reuniones bilaterales que tenía en Chile para regresar a su país y viajar a la ciudad de Santa María, donde hubo más de 200 muertos por un incendio en una discoteca.
anbapu05@yahoo.com.mx
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