El poder corrompe lo más sagrado
Lo que Max Weber llamó patrimonialismo (la indistinción entre el erario y el bolsillo de los hombres de Estado) es sólo una de las confusiones posibles.
Del herético Zaid, el último ciudadano de la República de las Letras, al herético Obrador, presidente de la República Política Central.
El primero interpela al segundo. O mejor dicho: el último ciudadano de las letras dialoga con el primer ciudadano político. ¿Escuchará y sabrá responder el señor presidente de México, Andrés Manuel López Obrador? Veamos. En los 86 años de Gabriel Zaid y los 66 de AMLO. Una generación los separa. ¿Hay conexión y circula corriente? Veamos.
Entre el político presidente nada tradicional o muy tradicional y el escritor poco convencional y muy excepcional. Veamos el posible diálogo.
Q, Presidentes, México, enero 2020.
Zaid pensando en Obrador:
¿Todo se derrumbaría si la autoridad diera marcha atrás en cualquier punto?
¿Cómo se estableció esa peculiar disciplina de no reconocer los errores?
Son hábiles para ocultar la realidad bajo razonamientos y estadísticas que les dan la razón, tienen “otros datos”. Siempre tienen razón.
La corrupción empieza con la democracia simulada.
“El poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente”. Administrar la verdad no cambia la realidad.
“Suponer que el poder santifica es la máxima herejía”. / “No hay sino un remedio: hacer pública de verdad la vida pública”. Separar el poder político y el económico, política y religión; conectar verdad y realidad.
El poder empuja al crimen, la locura, la corrupción, porque se presta a la confusión de identidades.
Lo que Max Weber llamó patrimonialismo (la indistinción entre el erario y el bolsillo de los hombres de Estado) es sólo una de las confusiones posibles.
Antes de ser rapiña, irresponsabilidad, injusticia, la corrupción es una impostura
La impostura… como una posesión de otra personalidad, que se apodera de la persona física y la arrastra a creerse lo que no es (como en la obra El gesticulador de Rodolfo Usigli).
No te aloques, Obrador, no eres Mesías.
Te vamos a ayudar a que no te creas lo que no eres.
El poder corrompe y degrada la verdad. (Idealiza la realidad).
¿De dónde surge la tendencia corruptora?
De la doble o triple personalidad. El poder tiende a corromper el sentido de la realidad, y atrofia la razón.
Hace parecer omnipotente, y se olvida la capacidad limitada que se tiene, como todo ser humano.
Vivir en la verdad (la realidad y la vida) transforma la naturaleza del poder.
(Gabriel Zaid, El poder corrompe, Debate, México, 2019, pp. 71-76).
Tras la escucha, tiene la palabra el señor presidente Andrés Manuel López Obrador, un buen político, no un religioso ni un poeta hablador.
¿Es posible el diálogo Obrador-Zaid o sólo el silencio y el insulto?
Saludos del autor de El poder corrompe (2019), De los libros al poder (2002), La economía presidencial (2000), Cómo leer en bicicleta (1996) y Cuestionario (1976), entre otros. Antes de las elecciones dijo Zaid:
No se puede contener. Pellicer fue un poeta de la alegría. AMLO es un poeta del insulto. Arrastrado por la inspiración, seguirá insultando, aunque su incontinencia tenga costos políticos. El Peje por la boca muere.
(Gabriel Zaid, “AMLO poeta”, Reforma, domingo 24 de junio 2018).
Una vez más tiene la palabra AMLO.
NOTA
¿Cómo hacerle llegar esto al señor Presidente a sus Mañaneras?
¿Podrías encontrar la manera, mi estimado amigo José Antonio Gurrea Colín, director de este portal de luz www.enlalupa.com?
Ojalá sea posible. Gracias. Julio F. Q, Presidentes, enero 2020.
Estas letras de luz son posibles gracias a la generosa luz de los Hermanos Loyola y de la UAQ. Mil gracias. JF
NOTAS 2020 Q
¿Por sus libros los conoceremos?
¿Es verdad que no es igual a los anteriores, haciendo de otro modo lo mismo?
¿La superioridad moral no es la soberbia mayor del infalible y puro?
¿Todo viene cambiando con AMLO, para que todo siga igual o peor?
Si el preciso no puede caer a la lona (y menos ser noqueado), que no se suba al ring.
Sobre todo en tiempos difíciles, la mirada crítica (no exenta de fraternidad y comprensión) es fundamental. Frente al poder, el preciso, dios, el diablo, el maldito yo-yo-yo.