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Palestina: drama sin fin

Ve, pues (Saúl), y ataca a Amalec, y destruye todo lo que tiene y no te apiades de él; mata a hombres y a mujeres, a niños y hasta a los de pecho, y vacas y ovejas, camellos y asnos” (1 Sam. 15,3).

De ninguna manera se justifica el ataque sorpresivo a Israel del grupo islamista Hamas que gobierna, desde 2007, el territorio de la Franja de Gaza, el pasado sábado 7 de octubre de 2023, lanzando 5 mil misiles varias ciudades fronterizas, desde aire, tierra y mar, dejando un saldo de muerte y destrucción. Tampoco se justifica la toma de rehenes y su retención, sobre todo en los casos en que son civiles, como los dos o tres mexicanos que al parecer están en esa condición.

Sin embargo, hay que ser claros: esa es la situación permanente que han venido padeciendo los palestinos desde la creación del Estado de Israel (1948): un estado permanente de guerra en contra de la población palestina, tanto de la Franja de Gaza, donde se hacinan 2.3 millones de palestinos en 365 km cuadrados, como de Cisjordania, que no tiene conexión geográfica con Gaza y cuenta con 5,800 km cuadrados, mismos que se encuentran ocupados por el ejército Israelí y una población de casi 4 millones de habitantes. Ambas fracciones territoriales suman actualmente 6,165 kilómetros cuadrados. Inicialmente, con la partición de Palestina, y la creación extensiva del Estado de Israel, Palestina se quedó solamente con el 23 por ciento de su territorio. Israel, después de la guerra de los Seis Días, amplió ilegalmente su territorio y en la actualidad, con las sucesivas ampliaciones de su frontera, a costa de Palestina, se ha apropiado de 20 mil 700 kilómetros cuadrados y esta frontera se amplía cotidianamente con el expansionismo de los colonos judíos en territorio de Palestina, con apoyo del gobierno israelí, en este momento regido por la derecha y ultraderecha, encabezados por Benjamín Netanyahu. Para 2023, la población de Israel es de aproximadamente 10 millones de habitantes, de los cuales el 74 por ciento son judíos, 21 por ciento árabes, y el resto son cristianos, drusos y otros orígenes étnico-religiosos.

El gobierno norteamericano y la comunidad europea de naciones han apoyado y sido cómplices de la guerra permanente contra los palestinos históricos. De hecho, cuando se crea el Estado de Israel, el 14 de mayo de 1948, también se debería haber creado el Estado Palestino, pero Occidente, por el conflicto de la segunda guerra mundial, asume un complejo de culpa y a partir de ello, compra la ‘industria del Holocausto’, proclamando exclusivamente el Estado de Israel y deja en el archivo de la historia, la creación paralela del Estado Palestino, cuya demanda fundamental ha quedado en las migajas del Territorio Autónomo de las franjas de Gaza y Cisjordania. La guerra, cruel para ambas poblaciones, tiene como trasfondo histórico ese reclamo que con toda razón asumen los países árabes, unos más, otros menos, pero la propia Asamblea General de la ONU ha condenado la ocupación militar del territorio palestino, ha exigido que los límites territoriales de Israel se ubiquen donde estaban antes de la guerra de los Seis Días, realizada contra Egipto, Siria y Jordania (1967) cuando Israel se anexionó la Franja de Gaza, la Península del Sinaí y los Altos del Golán.

Al momento de escribir estas líneas, después del inicio de las acciones bélicas (de las cuales las últimas 6, se han dado entre Israel y Gaza, desde 2008 hasta 2023), Israel, siguiendo el mandato bíblico de exterminar a los filisteos y de conquistar la ‘tierra prometida’ para los hijos de Sión, ha lanzado una operación militar de ‘inmensa’ venganza y de destrucción en contra de los habitantes de la Franja de Gaza, dejando una amplia estela de muertes, ataque a edificios, hospitales, mezquitas, incluyendo a población civil, entre ellos a niños y mujeres, cuestión que ha generado reclamos internacionales de organismos de derechos humanos, quienes urgen un cese al fuego, el ingreso de ayuda alimenticia, en un territorio al que le han cortado el servicio eléctrico, las comunicaciones, el acceso al agua y que ha provocado la huida de 350 mil personas. El drama Palestino y la paz en Medio Oriente iniciará con la garantía de creación del Estado libre y soberano de Palestina, de conformidad con los límites anteriores a la guerra de 1967 y con capital en Jerusalén Oriental. Deseamos que el ‘David Palestino’ no sea exterminado por el ‘Goliat Judio’.

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