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Prioridades

Esos legisladores y sus partidos no están tomando en serio el tema del presupuesto de la Universidad Autónoma de Querétaro. No lo han tomado en serio nunca. Lo he visto al menos en los últimos siete años: se dicen 100% UAQ y acaban aprobando lo que ordena el gobernador

No es el mundo al revés. Es el intento de construir una falsedad. De pronto se nos aparecen priistas y panistas como aguerridos defensores de la universidad pública. Si estuvieran experimentando una conversión súbita, recibirían el reconocimiento de los universitarios. Pero no. La verdad, es muy grotesco su montaje propagandístico para desviar la atención y distorsionar los hechos. El colmo del uso político de la Universidad.

Primero vimos al senador panista Mauricio Kuri, enviándole una carta al senador morenista Gilberto Herrera, exrector de nuestra casa de estudios, fíjese usted, exhortándolo a que se sume a la defensa del presupuesto de las universidades públicas. Y vimos luego a los diputados Michel Torres, del PAN, y Hugo Cabrera, del PRI, de viaje a la capital del país para (sí así fue, aunque usted no lo crea) para exhortar al próximo presidente que priorice la educación superior pública.

Esos legisladores y sus partidos no están tomando en serio el tema del presupuesto de la Universidad Autónoma de Querétaro. No lo han tomado en serio nunca. Lo he visto al menos en los últimos siete años: se dicen 100 por ciento UAQ y acaban aprobando lo que ordena el gobernador, de espaldas a lo que ordena la Constitución. Lo suyo es un espectáculo ridículo. Si tuvieran tantita voluntad, los diputados locales le asignarían a la institución un subsidio suficiente y oportuno, tal como dispone el artículo 4 de la Constitución local. Le asignarían el monto que, responsablemente y con previo estudio, planteó el Consejo Universitario.  

Claro que hay dinero. Lo que no hay es voluntad. Ni interés. La educación superior pública nunca ha sido prioridad del poder público. Hay muchos gastos prescindibles. Sólo un dato. En lo que va del gobierno de Francisco Domínguez, el presupuesto general del estado registró un incremento acumulado de 13 mil 500 millones más. En tanto, al subsidio a la Universidad se le aplicó un aumento acumulado de sólo 113 millones.

Si revisamos la proporcionalidad histórica entre el aumento general del presupuesto de estado y la asignación a la Universidad, su caída es consistente. Pero eso sí, otros rubros prescindibles por superfluos registran un comportamiento al alza. Es el caso del gasto en publicidad. Ese sí es prioridad para el gobernador, y para el PRI y el PAN, que le han aprobado su proyecto de presupuesto sin chistar. En tres años la asignación a ese rubro pasó de 75 a 170 millones, es decir, se incrementó en 125 por ciento.

¿Queda claro que no es problema de dinero sino de prioridades?

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