Opinión

Elecciones SUPAUAQ

Punto y seguido

Por: Ricardo Rivón Lazcano

Decir que la lógica de lo bueno y lo malo sólo se aplica a los humanos es como decir que la lógica de lo verdadero y lo falso sólo se aplica a la lógica matemática.

Pero aún la lógica de lo bueno y lo malo, de lo verdadero y lo falso, aplicado sólo a los humanos, muestra una apasionante complejidad, digna de los mejores asombros.

Ahora que se acerca la elección del Comité Ejecutivo del Sindicato del Personal Académico de la UAQ (SUPAUAQ) -y todo el año político que se avecina-, conviene rescatar algunos aforismos sobre liderazgo del doctor en Física y profesor de Teoría de los Procesos Irreversibles de la Universidad de Barcelona, Jorge Wagenberg.

El líder

Existen dos clases de personas: las que van más bien a favor de los proyectos y las que van más bien a favor de sí mismos.

Todo proyecto tiende a empezar bien y acabar mal porque todos empiezan conducidos por personas que van a favor del propio proyecto y, tarde o temprano, todos acaban conducidos por personas que van a favor de sí mismos.

Un proyecto acaba felizmente sólo si su concepción y gestación no dura lo suficiente para que los que van más bien a favor de sí mismos reemplacen a los que van más bien a favor del propio proyecto.

La tendencia de un ser humano que está a favor de un proyecto es nombrar colaboradores leales al proyecto y la tendencia de un ser humano que está a favor de sí mismo es nombrar a colaboradores leales a él mismo.

El buen funcionamiento de una organización humana depende de que los individuos sean valorados algo más por su esfuerzo y por su talento que por la furia con la que demuestran su lealtad al líder.

Líder no se es por obedecer hacia arriba y ordenar hacia abajo.

Líder no se es por designio de autoridad competente.

Líder no se es sólo por autoproclamarse como tal.

Líder no se es por la oportunidad con la que se reparten premios y castigos.

Líder no se es por disfrutar de información privilegiada.

Líder no se es por blindarse contra la crítica.

Líder no se es por proteger hacia arriba y acosar hacia abajo.

Líder es, sencillamente, aquel de quien se aprende.

La convivencia humana depende de dos conceptos (y de sus contrarios): la alegría (y la tristeza) de lo propio (y de lo ajeno).

Las pasiones de la convivencia humana son ocho: la compasión, la envidia, el morbo, la alegría empática, la autoestima, la autocompasión, la melancolía y la nostalgia.

La compasión es la tristeza propia por la tristeza ajena (pena me da tu pena).

La envidia es la tristeza propia por la alegría ajena (pena me da tu contento).

El morbo es la alegría propia por la tristeza ajena (contento me da tu pena).

La alegría empática es la alegría propia por la alegría ajena (contento me da tu contento).

La autoestima es la alegría propia por la alegría propia (¡qué contento me da mi contento!).

La autocompasión es la tristeza propia por la tristeza propia (¡qué pena me da mi pena!).

La tristeza propia es la contradicción del melancólico (pena me da mi contento).

La alegría propia por la tristeza propia es la contradicción del nostálgico (contento me da mi pena).

La compasión es el motor del progreso moral.

La alegría empática es el motor del progreso social.

La envidia es la resistencia al progreso social.

El morbo es la resistencia al progreso moral.

La autoestima es el motor del progreso creativo.

La autocompasión es la resistencia al progreso creativo.

Ahora bien, la historia y la geografía del progreso moral es la historia y geografía del ejercicio de la compasión y, por inferencia contraria, la historia y la geografía de su principal resistencia, el morbo, ese alegrarnos por la tristeza ajena.

Breve historia del progreso moral en nueve edades:

I.               La compasión sólo alcanza a uno mismo.

II.              La compasión alcanza a los individuos de una misma individualidad llamada familia, la propia.

III.             La compasión alcanza a los individuos de una sola individualidad llamada clan, el propio.

IV.             La compasión alcanza a los individuos de una sola individualidad llamada vecindario, el propio.

V.              La compasión alcanza a los individuos de una sola individualidad llamada nación, la propia.

VI.             La compasión alcanza a los individuos de una sola individualidad llamada religión, la propia.

VII.            La compasión alcanza a los individuos de una sola individualidad llamada raza, la propia.

VIII.          La compasión alcanza a cualquier humano.

IX.             La compasión alcanza a cualquier animal.

(Wagensberg, Jorge. 2012. Más árboles que ramas. 1116 aforismos para navegar por la realidad. Tusquets).

@rivonrl

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