¿Primavera mexicana?
Punto y seguido
Ricardo Rivón Lazcano
La historia se repite, primero como literatura, luego como realidad: Crítica a la teoría de la conspiración reductiva en la frase “Fue el Estado”.
En el Libro Sexto (el 5 de junio de 1832), el primer ítem (La superficie y el fondo del asunto), de la cuarta parte (Idilio en calle Plumet y epopeya en calle Saint-Denis) de ‘Los Miserables’, Víctor Hugo escribe sobre los componentes de un motín.
Hoy, tiempo de demagogos, copiosos llamados a la lucha hacen olas creyendo ser tormenta.
«¿De qué se compone un motín? De todo y de nada. De una electricidad que se desarrolla poco a poco, de una llama que se forma súbitamente, de una fuerza vaga, de un soplo que pasa. Este soplo encuentra cabezas que hablan, cerebros que piensan, almas que padecen, pasiones que arden, miserias que se lamentan y arrastra todo ¿A dónde? Al acaso. A través del Estado, a través de las leyes, a través de la prosperidad y de la insolencia de los demás.
La convicción irritada, el entusiasmo frustrado, la indignación conmovida, el instinto de guerra reprimido, el valor de la juventud exaltada, la ceguera generosa, la curiosidad, el placer de la novedad, la sed de lo inesperado, los odios vagos, los rencores, las contrariedades, la vanidad, el malestar, las ambiciones, la ilusión de que un derrumbamiento lleve a una salida; y en fin, en lo más bajo, la turba, ese lodo que se convierte en fuego: tales son los elementos del motín.
Sin duda los motines tienen su belleza histórica.
Los hechos… pertenecen a esa realidad dramática y viva que el historiador desprecia muchas veces por falta de tiempo y de espacio. Sin embargo, insistimos, en ella está la vida, la palpitación, el temblor humano.
La época llamada de los motines abunda en hechos pequeños. Nosotros vamos a sacar a la luz, entre particularidades conocidas y publicadas, cosas que no se han sabido, hechos sobre los cuales ha pasado el olvido de unos y la muerte de otros». (Luego de leer a GilGamés).
México tiene sentido no definido. Como la realidad misma.
Frases sueltas que aspiran a aforismo.
-Insinúan la «primavera mexicana»; ¿Saben en qué quedó la primavera árabe?
-Cuando 1984 se tardó 33 años en llegar.
-Teorizar es construir un árbol para luego nomás andarse por las ramas.
-Aquí les pregunto ¿Y ustedes qué vieran hecho?
-En pie de lucha, desde tuiter.
-El oportunista genuino siempre busca nuevos amos.
-Dejó de ser lo que era para convertirse en el que estaba siendo; que le vaya mal no quiere decir que nos vaya bien.
-Se sentía agredida por los -y las- poetas, por todos los -y las- poetas de todos los tiempos: la flor.
-La universidad, torre de Babel.
-…o el que cree que, en el arroyo vehicular, con llevar a todo volumen su estéreo, va a lograr ser reconocido como sofisticado y de buen gusto.
-Sales, indignado y molesto, a manifestarte por y contra el gasolinazo. Regresas trabajosamente, cansado, pujando, cargando tu pantalla de 60.
-Políticos, gesticuladores de larga duración.
-Le sobraba de bicicleta lo que le faltaba de rodillas.
-Urge que seamos como deberíamos porque nomás somos como podemos.
-Lo mejor de Zygmunt Bauman, sus novelas.
-Plagio mis mentiras.
-El vital líquido: gasolina.
-Control de calidad… moral.
-Fe en la razón. @amadonegro
-El optimismo es una forma de mediocridad.
-El placer, desde el más burdo hasta el más sutil, es un transitar al vacío.
-El silencio está en un adentro.
-Un libro es un espejo que refleja el espejo que soy.
-No porque yo no pueda descifrarla es indescifrable.
-Un universo mental del tamaño de un equipo de futbol que pelea por el no descenso.
-Contar la historia desde la orilla del asunto a tratar.
-Viajar ilustra tanto como leer un libro. La prueba de fuego está cuando regresas a tu cotidianidad.
-Creía que modular la voz era la expresión máxima de la inteligencia.
-Dios no lo quiera pero esa persona las va a pagar todas. Dios, ese piso chipotudo.
-Si no se desparrama hasta diluirse, no es amor.
-Las mentiras alivian el miedo, hasta cuando agonizas.
-Era un lector presuntuoso del acto de leer.
-Sísifo descubrió que se podía con cartón piedra.
-El amor existe una…, o dos…, o tres veces en la vida.
-Para evitar aquello del que presta un libro y peor el que lo regresa, todos los regalaba silenciosamente.
-Era un libro abierto donde mucha gente no escribía.