Entrevista

Nunca he pensado en renunciar: rectora

La Rectora lo tiene claro, si de algo se arrepiente y le hubiera gustado evitar durante el Paro, es prejuzgar: “uno a veces es muy prejuicioso, te gana la emoción y no siempre es la emoción positiva; sobre todo la emoción de golpe, de impacto, que no suele ser muy racional, más visceral […] en el prejuicio no puedes ver con claridad que hay otros matices y que hay que identificar otras cosas que después el tiempo, los días, te permiten empezar a ver, pero que a lo mejor si no hubieras prejuiciado de golpe o de inicio hubieras podido ver con más claridad y hubieras podido resolver mejor”.


— Habló de injerencias políticas externas al movimiento ¿quiénes y cómo intervinieron, qué evidencias puede mostrar de esos hechos?

Hablar de personas me es difícil, porque sería una denuncia y yo tendría que tener aquí las evidencias en la mano, pero sí puedo hablar de líneas de acción. Sí identificamos intromisiones internas y externas, al principio parecía que el paro podría resolverse en 4 o 5 días sentándonos a trabajar, pero algo sucedió en esos primeros días que generó esas dos semanas de silencio, justamente creo que fue la intromisión de agentes externos.

¿Cómo lo detecto? Hubo un cambio muy notorio en la posibilidad de comunicarnos con las, les y los estudiantes, y hubo un cambio en el comportamiento. Hubo un rechazo inmediato a todo lo que viniera de la autoridad, todos los directores y directoras lo notaron y me dijeron “es que mis estudiantes no se quieren comunicar conmigo, ya no puedo comunicarme con ellos”; eso fue muy notorio.

Entró un grupo muy radical del que desconocemos identidades, pero que hizo más hostil el movimiento y la posibilidad de comunicarnos. Se presentan situaciones como patrocinios que empezábamos a detectar, pero como te digo que no tengo las pruebas a la mano, no digo de dónde. Y patrocinios para manejo de información, para redes sociales, granjas de bots.

También detectamos injerencia hacia el interior del movimiento para atrasarlo, empantanarlo, meter temas que no estaban relacionados con el movimiento y para mí la señal definitiva fue cuando a la segunda semana de paro las, les y los estudiantes solicitan la renuncia de cuatro funcionarios en donde, excepto uno que no era el tema del paro, pero que ya había sido mencionado por una situación que tienen vigente en Fiscalía, el resto eran cuestiones administrativas.

Pensamos que si no había una apertura al diálogo en un tiempo razonable, teníamos que tomar a lo mejor otra determinación, tratar de pedir ayuda al Gobierno estatal

— ¿No le parece que hacer este tipo de señalamientos públicos podía arriesgar la integridad de las y los estudiantes paristas?

Justo la integridad de nuestras y nuestros estudiantes nos preocupaba muchísimo. Mi percepción era que había al interior varios grupos, al menos dos; y que de alguna manera el grupo que estaba trabajando el Pliego Petitorio podía tener cierto riesgo por la hostilidad que se percibía.

En realidad, los señalamientos sobre injerencias no me parece que tengan ese efecto de ponerlas en riesgo, porque son señalamientos que provienen de la información que nos va llegando, lo que estamos viendo y viviendo, y que justamente es bien común que la universidad en sus diferentes situaciones políticas sean blancos muy apetitosos para personas que quieran sacar raja política.

Sí hay un momento que nos pone en alerta, cuando sucede lo de los vigilantes; porque justamente los vigilantes, también en su derecho de manifestar lo sucedido, exponen lo que habían visto al interior, y ellos mismos comentan que había este grupo de personas encapuchadas que tenía especies de armas, con tubos y palos con púas o alambres y que el comportamiento era muy hostil, y que entraban y salían algunos vehículos de la Universidad y que no se sabía qué entraba y qué salía, que entraron perros. Empieza a generarse información alrededor que nos hace pensar que existen dos grupos distintos.

Cuando llegó ese momento, pensamos que si no había una apertura al diálogo en un tiempo razonable, teníamos que tomar a lo mejor otra determinación, tratar de pedir ayuda al Gobierno estatal. El Gobierno siempre estuvo muy al pendiente, pero yo le hice saber a la licenciada Murguía que íbamos a resolverlo en casa y que nada más era cuestión de tiempo, que nos dejaran a nosotros trabajar; y así fue. Pero sí era una preocupación, que si las cosas empeoraban teníamos que llegar a algo así, sin embargo, no fue algo que se discutiera, se puso un día sobre la mesa.

— ¿En qué va el proceso de los guardias de Seguridad retirados de la Universidad por estudiantes paristas?

Se está investigando, se tomaron las declaraciones de los cuatro, necesitamos indagar un poco más, porque claro no tenemos más que el comunicado que dio en ese momento Facultades Unidas. Ellos, los vigilantes, también denunciaron por cómo se sintieron amenazados y me parece que incluso el robo de un dron que uno de ellos manifiesta.

Yo sabía que los encapuchados tenían palos, pero no sabía que había cosas más sofisticadas, o que había un comportamiento de entrenamiento entre algunos miembros del grupo, entrenamiento militar o paramilitar.

— ¿Seguridad Universitaria no le filtraba información del movimiento?

Seguridad no. Yo tenía desde luego comunicación con Seguridad Universitaria, pero filtrar información como fotos de personas en particular o cosas así, no; por ejemplo, yo no supe de los cinco coches hasta entonces, hasta que me entregaron el reporte. Yo sabía que los encapuchados tenían palos, pero no sabía que había cosas más sofisticadas, o que había un comportamiento de entrenamiento entre algunos miembros del grupo, entrenamiento militar o paramilitar.

Fotos sí tenía, porque se filtraron muchas fotos en redes sociales, pero Seguridad Universitaria siempre se mantuvo hermética en ese sentido, porque sabían que tenían que guardar cierta discreción y que la línea de mando es la línea demando. Yo no recibía fotos de Protección Civil ni de Seguridad Universitaria, pero sí recibía fotos que me mandaban otras fuentes y de lo que se subía a redes sociales, o sea, a ciegas no estaba.

— ¿Le llegaban informes de Protección Civil y Seguridad Universitaria?

Sí, tenemos los grupos de WhatsApp naturales, en donde “¿cómo está la situación con tal cosa?”, “no, pues tenemos [esto]; hay cinco personas en el campus, ahorita van a entrar otras diez, parece que hay un grupo de choque, ahorita están en toque de queda”, esas cosas que nos iban informando.

— ¿En algún momento del Paro presentó su renuncia ante directoras y directores?

No, nunca sucedió.

Si ellos tenían una sola evidencia de que no cumplía con mi trabajo o que yo había encubierto a una persona o había sido omisa de manera dolosa, con un solo caso, me lo dijeran y entonces renunciaba.

— ¿Y hoy por hoy tampoco renunciaría?

Cuando empezó el Paro, el 30 de septiembre una persona de Filosofía puso sobre la mesa que yo renunciara, y después cuando salí había un contingente que gritaba eso, que renunciara; entonces me regresé y platiqué con ellos, bueno, es un decir, me comuniqué con ellos y les dije que yo defendía mi trabajo, que yo estaba segura de estar cumpliendo con mi trabajo cabalmente, que si ellos tenían una sola evidencia de que no cumplía con mi trabajo o que yo había encubierto a una persona o había sido omisa de manera dolosa, con un solo caso, me lo dijeran y entonces renunciaba. Yo estoy segura de todo lo que estamos haciendo en la Universidad, puede no ser perfecto, pero hemos trabajado mucho por la Universidad.

Me pude haber equivocado muchas veces, estoy segura que me he equivocado infinidad de veces, pero también estoy segura que hemos echado a andar cosas muy importantes para la UAQ.

Quiero entregar una universidad más fuerte porque por eso estamos trabajando para actualizar la ley universitaria, porque nuestra ley es tan obsoleta que ya no nos responde, muchos de los errores que tenemos procedimentales en las sanciones contra estudiantes, docentes y administrativos tienen que ver con una ley que no nos responde.

Nunca he pensado en renunciar, porque yo creo que el trabajo que se ha hecho, bien o mal, poquito o mucho, es valioso por sí mismo. Sí hubo reuniones de directores, pero nunca se puso sobre la mesa la renuncia de ninguno de nosotros, de nosotras.

Había personas que se señalaban y no había una sanción, pero no había sanción porque había una razón procedimental.

— ¿Qué cosas cree que se hicieron mal desde la Administración para no tener comunicación con las, los y les estudiantes antes del Paro?

Yo creo que nos falta comunicar. Quiere decir lanzar un mensaje que sea recibido por el receptor, pero no estábamos lográndolo.

El Protocolo es perfectible y siempre habrá áreas de mejora. Era necesario que la comunidad lo conociera para que la comunidad no pensará que había omisiones dolosas o que había encubrimientos, porque había personas que se señalaban y no había una sanción, pero no había sanción porque había una razón procedimental para ello, pero no lo podíamos comunicar. Tenemos que generar estrategias inteligentes para comunicar.

Por otro lado, creo que no haber logrado que las jóvenes tuvieran la confianza suficiente de acercarse a denunciar. A mí me queda muy claro que romper el silencio es muy difícil, yo creo que a todas nos ha pasado, todas las mujeres creo que hemos sufrido de una u otra forma violencia de género, y romper el silencio es complicado. Pero cuando decides romperlo esperas tener una respuesta a la altura y muchas veces nuestros propios procesos son lentos, son burocráticos, y en muchas ocasiones son revictimizantes, y eso lo tenemos que mejorar.

— ¿Con qué enseñanza se queda del Paro?

No vamos solos y solas, nunca. Podíamos haber tenido el mejor Protocolo contra la Violencia de Género institucional, pero si no se apropia la comunicada de él, no va a funcionar nunca.  Debemos escucharnos más, debemos ser más sensibles a las llamadas de atención, que a veces las dejamos pasar, decimos “no, es que como que no entienden que hay que denunciar”, no, tenemos que atender en el momento preciso, no dejar que se llene de vacíos porque alguien va a ocupar esos vacíos que posiblemente no nos lleven a buen puerto. Hay que generar más comunidad, más unidad, este movimiento nos va a fortalecer más como universitarias y universitarios, no hay ninguna crisis que no sea positiva, las crisis llegan y te cimbran, y eso que te sacude hace que saques mejores cosas.

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