Asumir sexualidad en Querétaro, una carga que mata

El caso de dos mujeres lesbianas que fueron expulsadas de Cinemark es sólo un ejemplo de la homofobia queretana
Por: David Eduardo Martínez Pérez
Las muestras y los casos de homofobia en Querétaro aún ocurren pese a que en ocasiones se les quiere ‘invisibilizar’. Esta vez la homofobia estuvo presente en Cinemark, en donde a una pareja de lesbianas se les obligó a salir del lugar escoltadas con perros.
“Aun cuando se cometen asesinatos brutales por el odio, existen formas casi tan brutales de violencia que lo que pretenden es sacarnos del espacio público y obligarnos a que desarrollemos nuestra sexualidad dentro de lo privado”, denunció Fernanda López Gallegos, activista y colaboradora de la Asociación Queretana de Educación para las Sexualidades Humanas (Aquesex).
López Gallegos mencionó el caso de dos mujeres que eran pareja y decidieron acudir al Cinemark de Plaza Boulevares tomadas de la mano. En pocos minutos apareció un grupo de policías para sacarlas del edificio por “alteración del orden público”. Los uniformados llevaban varios perros de asalto como si las jóvenes fueran peligrosas terroristas.
Retahíla de insultos
“Machorras”, “pervertidas”… éstos son algunos de los insultos que escuchan diariamente lesbianas que se atreven a asumir su sexualidad públicamente.
El solo hecho de caminar tomadas de la mano es suficiente para que les llueva una letanía de insultos. Ya no hablemos de cosas como besarse o darse muestras de afecto.
En el caso de los varones homosexuales, la situación no es mejor, aunque tienen mayor visibilidad y han ganado un poco más de aceptación frente a la comunidad heterosexual.
Por otro lado, los travestis, transgénero y transexuales son quienes enfrentan mayor discriminación física y verbal. Algo similar sucede con la comunidad bisexual, a quienes no se les agrede tanto físicamente, aunque sí se les invisibiliza y se hace mofa de su bisexualidad.
De acuerdo con el Diccionario de la RAE, se entiende por homofobia a la aversión obsesiva hacia las personas homosexuales. Sin embargo, el término tiene una acepción mucho más amplia que incluye todos aquellos gestos discriminatorios, vejatorios y ofensivos hacia quienes tienen una orientación no heterosexual.
Querétaro, particularmente, es un estado en donde la homofobia se puede encontrar desde la clase política, hasta los sectores más marginados de la sociedad.
El 21 de junio de 2005, fue encontrado sin vida el cuerpo del psicólogo Octavio Acuña, quien públicamente había denunciado hostigamiento de policías municipales debido a su homosexualidad. Su cuerpo presentaba fuertes signos de tortura.
En su momento se acusó de haber cometido el crimen a un travesti de alias Salma, quien finalmente debió ser liberado debido a falta de pruebas para sostener la acusación que se le hacía (Tribuna de Querétaro, 598). Hasta la fecha no se ha resuelto el crimen y no es el único.
Casos como el de Octavio Acuña reciben entre la comunidad Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual, Transgénero e Intersexo (LGBTTI) el nombre de crímenes de odio, debido a que el móvil se supone en el odio hacia la víctima por expresarse de manera no heterosexual.
Desde que se desarrolló el caso de Acuña, incluso desde antes, varios activistas, organizaciones no gubernamentales y colectivos por los derechos sexuales, han buscado que los crímenes de odio y los delitos por homofobia queden tipificados dentro del Código Penal del Estado de Querétaro.
Sin prioridad en la agenda política
De acuerdo con Dante Herrera, artista y defensor de los derechos de las minorías sexuales, estas peticiones han recibido poca respuesta debido a que las autoridades las consideran como “poco prioritarias en la agenda política”.
Incluso tenemos casos de legisladores que ni siquiera llevan a discusión en el pleno los temas vinculados con la agenda de la diversidad sexual debido a que no consideran “que la sociedad queretana esté lo suficientemente preparada para tratar esos temas”.
Es el caso del diputado panista y presidente de la Comisión de la Familia en la LVII Legislatura, Germán Borja García, quien el 19 de abril declaró que el tema de las bodas entre parejas del mismo sexo tendría que esperar debido a que “el estado no está preparado para tratar esos temas”.
La lucha por los derechos de las minorías sexuales no sólo incluye el que se tipifiquen los asesinatos por homofobia y que se otorgue el derecho al matrimonio e incluso a la adopción a las parejas homosexuales. También se busca que desaparezcan formas de discriminación silenciosa que pretenden “invisibilizar” a las minorías.
Dante Herrera sostuvo que ya hay discriminación desde que se asume un discurso donde “yo no tengo nada contra los homosexuales, pero la homosexualidad es una desviación”.
Este tipo de ideas, que de acuerdo con el activista habrían sido alimentadas por el discurso oficial de la Iglesia católica, serían responsables de la percepción del homosexual como alguien “enfermo”, “sucio” y por ende, peligroso para la paz social.
Basta con recordar el ejemplo de la ex alcaldesa de Querétaro, María del Carmen Zúñiga Hernández, quien llegó a insinuar que la aprobación de matrimonios homosexuales abriría la puerta a la descomposición del tejido social.
O al ex diputado local Salvador Martínez Ortiz (PAN), quien buscó establecer en la Constitución del estado que una familia la integraban “un hombre, una mujer y sus hijos”.
“El problema con Salvador Martínez es que ahí estaba dejando fuera no sólo a los homosexuales, sino también a familias monoparentales y extendidas, que no coinciden con el esquema de hombre y mujer”, sostuvo Fernanda López, colaboradora de Aquesex.
Discriminación laboral
La discriminación a los homosexuales también incluye otras manifestaciones, como negarles el empleo por el simple de hecho de serlo. Dante Herrera aseguró que conoce muchos casos de personas a las que les ha sucedido que buscan un empleo y se los niegan.
“En este caso lo que les recomiendo es que vayan a la CEDH, el problema es que la Comisión sólo puede emitir recomendaciones y eso está bien, pero al no existir un marco jurídico que penalice la discriminación por homofobia de manera clara y contundente, no se puede hacer más.”
“En un caso de hostigamiento o de que te pidan retirarte de un espacio público es lo mismo, vas a la CEDH y le dicen al dueño del establecimiento, si no quiere un curso de tolerancia para sus empleados, si se niega no hay problema y todo sigue como estaba.”
Herrera también citó como discriminación los centros que ofrecen “terapias” para “curar” la homosexualidad. El activista afirmó que este tipo de centros facilitan el maltrato psicológico y manipulan emocionalmente a los jóvenes al hacerlos sentirse sucios y culpables.
“El año pasado dedicamos la Jornada contra la Homofobia al tema de estas supuestas ‘curas que matan’, muchos jóvenes se han suicidado luego de experiencias así, o han terminado muertos por las condiciones de maltrato a las que los someten.
“Aquí en Querétaro tenemos identificados dos centros a los que no queremos darles ninguna publicidad, donde se llevan a cabo este tipo de prácticas. Las autoridades los conocen pero se hacen de la vista gorda.”
Agresiones sexuales y verbales
Por su parte, Fernanda López Gallegos comentó que en una ocasión iba con su pareja cuando se le acercó una persona con un folleto que decía que la homosexualidad era una enfermedad y que “podían curarse”.
Otras minorías sexuales, como los travestis, transexuales y transgénero, tienen una situación más complicada debido a que los agreden en la calle tanto física como verbalmente.
Debido a su condición, difícilmente les dan trabajo a las mujeres trans, aunque demuestren capacidades brillantes. Por esta razón se ven obligadas en muchas ocasiones a ejercer el trabajo sexual como forma de manutención.
López Gallegos aseguró que en Aquesex han escuchado de trabajadoras sexuales transgénero que reciben intimidaciones de la policía, son levantadas en patrullas y finalmente son violadas y abandonadas lejos de su lugar de trabajo.
También hay casos de travestis que salen a la calle con la ropa del género con el que se sienten identificados y por lo mismo reciben burlas, insultos e incluso detenciones por “alterar el orden público”.
En ese sentido, Dante Herrera recordó que no hay estadísticas oficiales para dictaminar cuántos casos de odio por homofobia se desarrollan en el estado y consideró que esto es parte de la “invisibilización” que sufren los grupos no heterosexuales.
También llamó a recordar que dentro del grupo LGBTTI existen personas como los bisexuales que sufren discriminación incluso dentro del mismo colectivo.
“Existe un afán de normalizar la homosexualidad, pero sigue siendo discriminatorio, porque deja fuera muchas expresiones de la diversidad sexual, no necesariamente un homosexual debe ser sensible y femenino ni un heterosexual fuerte y masculino.
“Tampoco tienes que tener necesariamente una u otra orientación, eso lo tenemos que entender para voltear a ver a una comunidad bisexual que es particularmente discriminada.”
Finalmente, tanto López Gallegos como Dante Herrera recordaran que la única forma de combatir la homofobia es generar conciencia y por eso realizaron una invitación a la próxima jornada que se desarrollará el viernes 17 y el sábado 18 de mayo.
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