El actual “hombre absurdo”
El cuentista y ensayista Francisco López establece un vínculo entre la obra de Camus y la posmodernidad
Por: David Eduardo Martínez Pérez
Para Francisco López, fundador de la revista Himen, del Centro de Estudios en Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Guadalajara y colaborador de las revistas literarias Luvina y La Testadura, una literatura de paso, la importancia de Albert Camus radica en lo actuales que resultan sus reflexiones acerca del “hombre absurdo”.
López, quien ha elaborado ensayos sobre la figura del filósofo francés y colaborador como cuentista en diversos medios queretanos, sostuvo que esta visión absurda, que predomina en las primeras obras de Camus, es de algún modo similar a las condiciones en las que se desenvuelve el llamado “individuo posmoderno”.
Esto pese a que Camus falleció por lo menos veinte años antes de que se acuñara el término “posmodernidad”.
La vinculación que establece el cuentista y ensayista, entre la obra de Camus y la posmodernidad, radica en que Camus encuentra irrelevante si Dios opera en la vida de las personas o no lo hace.
Para Francisco López, esta característica propia del “hombre absurdo” es la que lo hermana con la sociedad, debido a que ese tipo de cuestiones han dejado de tener sentido a nivel cotidiano.
En la lectura que hace López de Albert Camus, el hombre absurdo es un extranjero que se divorcia de una realidad alienante y construye su propia realidad como si se tratara de un actor que ejecuta un acto permanente, o dicho de manera, como si tratara de un actor que ejecuta la actuación como un acto en sí mismo.
En este sentido, López contrastó la figura del absurdo con la de la rebeldía, que será el tema de la segunda etapa en la obra de Camus. Esta rebeldía ocurre cuando hay conciencia de la situación absurda en la que se vive y se opta voluntariamente por la oposición a toda forma de determinismo.
“Camus nos muestra cómo el rebelde desde los mitos griegos se ha manifestado contra el destino, hasta llegar a la superación de todo determinismo a través de la libertad”, sentenció López.
El escritor mencionó que esta distinción que hay en la obra de Camus entre absurdo y rebeldía como dos fenómenos diferentes, podría representarse mejor si se entiende que el francés escribió sobre el absurdo para denunciar y sobre la rebeldía para proponer nuevos esquemas que escapen a toda forma de alienación sin perder el compromiso con la realidad.
“En La caída, un bato cruza un puente mientras una chica se arroja al río y en vez de ayudarla, sigue de largo. Es la más absoluta indiferencia. Por el contrario, vemos que el protagonista de La Peste, asume un mayor compromiso con su realidad, se trata ya de un “hombre rebelde””, finalizó.
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