El humor inteligente, un arma eficaz
Los artistas latinoamericanos Eduardo Villacís, Nelson Zuluaga, Raúl Fernando Zulueta y Luis Eduardo León señalaron que la caricatura se ha establecido como un lenguaje sumamente útil y didáctico
Por: Isamar Cabrera Ríos
“En la actualidad la caricatura ha tenido una transformación contemporánea, pues logra proveer el comportamiento social y explorar situaciones cotidianas que causan conflicto. La caricatura es proporcionar un futuro anticipado y cuestionarlo”, consideró el artista ecuatoriano Eduardo Villacís, autor del libro “El espejo humeante”.
El humor inteligente es probablemente la herramienta de opinión y contrapoder más eficaz que existe. Por tanto va a ser perseguido. Sin embargo, el humor es en cierto modo invencible. El humor bien usado revela las paradojas e ironías de la vida de una manera precisa, pues es una herramienta de conocimiento, reflexionaron los artistas latinoamericanos Eduardo Villacís, Nelson Zuluaga, Raúl Fernando Zulueta y Luis Eduardo León.
Entrevistados en el marco del “Encuentro de Caricatura, Historieta y Humor Gráfico” que tuvo como sede principal la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, señalaron que la caricatura, a través del mundo del cómic, se ha establecido como un lenguaje sumamente útil y didáctico, actualmente es una herramienta que cada vez ha sido más usada en materia de educación.
Al respecto Fernando Raúl Zulueta manifestó que su trabajo tiene implícito una acto de reflexión, pues “provoco una sonrisa en el espectador pero lo estoy llevando a un acto de reflexión muy muy fuerte, ahí está el papel de la educación. Por ejemplo, la caricatura de la mujer ha tenido un gran impacto que permite que ella se reconozca en la sociedad y comience validar sus derechos.”
El trabajo de los caricaturistas políticos se ha enfrentado a retos dentro de su propio país, pues en el caso de Raúl Fernando Zulueta, se ha tenido que ver en la necesidad de publicar fuera de Colombia, pues en el país se tienen muy pocos periódicos en circulación y, además no hay una rotación de estos profesionales.
“He intentado entrar a diferentes periódicos y no he podido, a pesar de que he sido de los caricaturistas que más premios ha ganado internacionalmente en Colombia y aun así no he podido ingresar a ningún medio.”
Asimismo, el autor del libro “El espejo humeante”, se ha tenido que gestionar sus propios proyectos y así circular por las galerías mostrando su trabajo de ciencia ficción.
“Si bien es cierto que los proyectos te ejercen censura por cuestiones políticas, en cambio los medios tienen censura por intereses económicos, es decir, ellos tienen ciertos intereses que no concuerdan con los míos.
“Entonces, más bien he funcionado así. Afortunadamente vivimos en una época en la cual hay mayor oportunidad para la voz de los individuos en cuestiones de las páginas web, lo que provoca que exista mucha gente interesada en el trabajo de uno y uno ya no depende de los medios”, manifestó.
‘El cuadro me salió horrible pero está igualito’
Mientras en México aparecieron tiras cómicas como “Los Supersabios”, “Memín Pinguín”, y “La familia Burrón”; en Colombia surgirían «Policía en acción», «Mundo maravilloso», «Fabulandia» y «Futurama», y en Ecuador “Panfleto” y «Secreciones del Mojigato”.
Luis Eduardo León refirió que es “emocionante” ver cómo la gente se desdobla y acepta una caricatura tal cual.
“Es un proceso de limpieza en el cual la gente se reconoce a sí misma, por esto es necesario llegar al público persona a persona para que se vaya interesando en este fenómeno a través de encuentros”, manifestó.
Al respecto, Nelson Zuluaga compartió una experiencia que tuvieron, “hace aproximadamente cuatro años vimos a una chica hermosa y con una colita de caballo. Esa chica era perfecta y Luis Eduardo la dibujó con tremendos dientes y en forma de caballo”.
“Yo trato de dibujar a la gente lo más parecido, pero quizá sean estos lentes que son bifocales”, consideró Eduardo León.
Además, el humorista gráfico explicó que ha habido ocasiones en donde los caricaturizados no están conformes con el trabajo que ha realizado, pues no están acostumbrados a reconocerse a sí mismos, por lo que le ha tocado presenciar insultos en los que, manifestó, es el mejor agradecimiento que le han dado cuando una caricatura queda bien hecha.
Por otra parte reconoció que familiarizar a la gente con las caricaturas, ha sido un proceso que ha tardado de 15 a 20 años en la Feria Internacional del Libro (FIL) en Bogotá.
“Ahora no solamente los políticos son los caricaturizados, sino que las personas han manifestado que es un honor tener una caricatura en su casa. Se ha convertido en un trabajo quijotesco y una tradición”, concluyó.
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