SPENCER, la otra cara de la Princesa Diana

Cuando llevan la vida de una figura reconocida a la pantalla grande, nos acostumbramos a recibir un producto de dos horas que cuenta, de forma general, la historia de vida de una persona, de cómo llegó a la fama y cuáles fueron sus tropiezos antes, durante y después de eso. Vemos sus vidas en retazos de momentos que quedaron como huellas en la cultura popular y, después, aplaudimos al terminar de ver un final que ya todos conocíamos. Sin embargo Spencer, la más reciente película sobre la Princesa Diana, se aleja mucho del formato de las cintas biográficas y nos ha entrega un retrato sobre las abrumadoras emociones que vivió Diana Spencer durante las vacaciones decembrinas de 1991.
Dirigida por Pablo Larraín y protagonizada por Kristen Stewart, Spencer cuenta la historia de los tres días que la Princesa Diana pasó junto con la familia real en Sandringham House, propiedad de la Reina Isabel. Fue durante esas épocas que el matrimonio entre Diana y el Príncipe Carlos pasaba por situaciones difíciles, pues los rumores sobre infidelidad y un próximo divorcio bombardeaban los titulares de las noticias, creando un escándalo que, después de poner las cosas tensas con la realeza, terminó por sofocar la mente de Diana.
Lo interesante de esta cinta es que se centra más en mostrarnos cómo se sentía Diana durante estos momentos difíciles de su vida. La atención se dirige hacia las emociones más que a los hechos, tratando de enfatizar la presión que sentía la princesa por los protocolos reales, la frustración al no tener decisión sobre su vida, la incomodidad al notar la tensión que su situación con el príncipe Carlos provocaba en los demás y la ira acumulada por las pruebas de infidelidad de su esposo.
La aura de las escenas es tan pesada que en todo momento sentimos esas emociones abrumadoras. Hay ocasiones en que incluso parece ser una película de terror psicológico, pues las secuencias donde se muestra el derrumbe emocional de la Princesa Diana son tan intensas que casi parecen traspasar la pantalla, todo esto intercalado con algunas alucinaciones de Diana con Bolena, una mujer que, en el pasado, tuvo una historia similar a la de Diana con la realeza.
Además la actuación es fenomenal, pues Kristen Stewart maneja un lenguaje corporal tan perfecto que es capaz de transmitirte todo un sentimiento con un solo gesto o mirada, no por nada ha sido nominada a la categoría de Mejor Actriz en los Oscar.
Otro punto destacable es la puesta en escena de la película. No sólo hay una historia intensa, sino que visualmente la película también es estéticamente bella: los planos y la fotografía le añaden mucho a la experiencia audiovisual, tanto que a veces, en pequeñas ocasiones, se rompe la cuarta pared, y se siente como si Diana nos estuviera contemplando a nosotros, como si ella fuera la espectadora y supiera que estamos observando una parte muy íntima de su vida.
A la vez que avanza la historia, las sensaciones van en aumento, sin lugar a dudas dejándonos ver una perspectiva sobre la vida de la Princesa Diana que no conocíamos y es que aquí no vemos a la icónica mujer que cautivo a millones de personas por su actitud y gentileza, sino que vemos a Diana Spencer, la verdadera persona que se escondía detrás de sonrisas fingidas. Vemos a Diana como madre, como un ser vulnerable, como amiga, como uno de nosotros. Es por eso que no te puedes perder Spencer, una película que seguramente te dejara con un nudo en la garganta y el corazón en una mano.