Iglesia católica, en crisis pero con poder político
La influencia legislativa que ejercen los miembros de la jerarquía eclesiástica se ve en temas como la despenalización del aborto
Por: David Eduardo Martínez Pérez
El poder que la Iglesia católica detenta en Querétaro hace que no vea a sus interlocutores en los miembros de otras iglesias, sino en los elementos que integran los diversos niveles de gobierno, pronunció Javier Méndez Pérez, académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales especialista en Sociología de la Religión.
Este ‘mal’ que ha permeado históricamente en la entidad lo atribuyó al hecho de que a pesar de que en Querétaro existen más de 300 denominaciones distintas, la religión católica abarca al 94 por ciento de la población total en el estado de acuerdo con el censo del INEGI aplicado en 2010.
“Elio Masfarrer nos da una cifra cercana a los 300 grupos no católicos dentro del estado de Querétaro. Son grupos que van desde el tradicional evangelismo protestante hasta instituciones como la Iglesia Coreana de Dios Madre. Sin embargo son grupos con poca representatividad real dentro de la población”, consideró.
Para Javier Méndez, la principal problemática que se deriva de esta escasa representatividad de grupos no católicos, se refleja en la influencia que ejercen los miembros de la jerarquía eclesiástica en materia legislativa, sobre todo en temas cuyo abordaje resulta “espinoso” desde la doctrina católica tradicional.
El académico refirió que dos ejemplos paradigmáticos de esto se encuentran en las actuales legislaciones en materia de despenalización del aborto y la posibilidad de que parejas del mismo sexo puedan contraer matrimonio y acceder a beneficios que otorga la ley a los grupos familiares.
Lo mismo afirmó en relación a la asistencia de figuras públicas a eventos religiosos y a los intentos de la Iglesia católica por conseguir espacios educativos dentro de las instituciones de educación pública.
“Si el Secretario de Gobierno va a eventos públicos masivos, estamos ante una alerta roja, pero esto queda más patente en la influencia que ejerce la Iglesia sobre reformas como la despenalización del aborto, la legalización de los matrimonios del mismo género y otros aspectos como la educación de los niños”, afirmó Méndez Pérez.
En relación con el último tema, el autor de la tesis “Inserción de los grupos protestantes en la sociedad queretana” manifestó que se trata de un intento que tiene la Iglesia para “legitimar su discurso” y dar a entender que es más válido que el de la educación que actualmente se imparte dentro de los planteles.
“La Iglesia católica se presenta ante el gobierno como una instancia que es capaz de influir en las decisiones legislativas y en la educación de los niños porque es depositaria de los valores sociales.
“Si bien hay que reconocer que tiene razón en que la educación pública adolece de una formación real en valores éticos por centrarse en una visión enfocada en unas competencias que tienen muy poco que ver con lo ético, lo que la Iglesia está haciendo en realidad es colgarse de estas carencias para introducir su discurso en las escuelas”, advirtió.
Situación “de crisis” para el catolicismo
A pesar de este panorama, Javier Méndez consideró que la situación actual del catolicismo queretano es una situación “de crisis”, debido a que la población ‘realmente’ practicante experimenta una notable reducción desde hace aproximadamente 10 años.
“Si nos fijamos en la cantidad de personas que dicen pertenecer a la Iglesia católica, nos encontramos con un número considerable, pero ese número habría que matizarlo, porque del noventa y tantos por ciento de católicos que hay aquí, poco menos de la mitad son los que asisten a los servicios dominicales con frecuencia…
“El resto son personas que van a misa sólo cuando tienen algún compromiso social o alguna necesidad personal, sin embargo hay un alejamiento muy claro de la institución religiosa y es una lejanía que cada vez es más constatable.”
El sociólogo expuso que quienes más se ven perjudicados por este alejamiento de la población son los jerarcas, debido a que la gente que deja de asistir a misa no está en contacto directo con los planteamientos éticos y morales que realizan los jerarcas de la institución.
“Si los fieles no van a misa, difícilmente se van a convencer de que lo que dice el cura en relación a los anticonceptivos, por ejemplo, es verdadero. Eso se ve traducido en un escaso índice de personas que dejan de usar condón, por ejemplo.”
Migración permite distintas versiones del catolicismo
En el mismo sentido, indicó que hay una suerte de “relevo” entre la población católica de la zona metropolitana, debido a que hay parroquias habitadas casi exclusivamente por personas de otras ciudades que están desvinculadas de la jerarquía local y realizan sus cultos de manera muy distinta a lo que se puede observar en templos como San Agustín o Santa Clara.
“Si tú vas a una misa en la Parroquia de Nuestra Señora de la Luz en Satélite o en la parroquia de Jardines de la Hacienda, te vas a dar cuenta de que ellos entienden la liturgia de manera muy distinta a la ‘queretanité’ que acude a iglesias del Centro Histórico y privilegia el silencio y el recogimiento sobre la participación comunitaria…”
Finalmente, el académico expresó que otros puntos de fuga para los fieles católicos se encuentran constituidos por las expresiones de sincretismo, como el culto a la Santa Muerte y el crecimiento de los no creyentes.
“El sincretismo y la apostasía de los creyentes no practicantes, hacen que disminuya el poder real de la Iglesia católica.
“Lo que podemos esperar para los próximos 20 años es que se mantenga esta tendencia y eventualmente suceda lo que ya se ve en Estados Unidos o Centroamérica, donde la Iglesia católica es mucho más liberal y ve a su interlocutor no en el gobierno, sino en las otras iglesias.”
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