Si bien las cifras oficiales muestran una disminución del 60 por ciento de las denuncias por robo a transporte público colectivo, el temor de los operadores de Qrobús a ser víctimas de un asalto no desaparece, pues muchos de ellos han tenido que vivir en carne propia el despojo de la cuenta del día.
“Dos personas se suben a la altura de la Fiscalía [de Pie de la Cuesta], hacen la parada, parecían ser como mecánicos porque venían sucios. Fueron las últimas personas antes de llegar a la base; me piden la parada y cuando freno se acercan. Ya uno me estaba amenazando con un arma blanca, me quitan el celular, el dinero y la marimba y se echan a correr a Menchaca”.
relata Oscar, operador de la ruta 92.
Las cifras registradas por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública indican que en 2016 hubo 573 asaltos a transporte colectivo en Querétaro, el más violento hasta ahora. Visto de otra manera, en el primer año de gobierno de Francisco Domínguez Servién, hubo 1.5 asaltos diarios.
Para 2017 hubo 393 carpetas iniciadas y en 2018 bajó a 84. Sin embargo, en 2019 hubo un repunte, para quedar en 228 incidentes.
La tendencia al alza se mantuvo en 2020, pese al inicio de la pandemia por COVID-19: hubo 329 carpetas abiertas; para 2021 la tendencia comenzó a bajar a 302 y finalmente, el 2022 cerró con 119 carpetas presentadas ante la Fiscalía General del Estado.
Modus operandi
Los asaltos son dirigidos principalmente hacía los conductores de las unidades; las principales zonas de riesgo se encuentran en el Vistana, Boulevard de las Américas, Reforma Agraria, Peñuelas, Menchaca y Lomas de Casablanca. Los testimonios refieren que las rutas preferidas de asaltantes son la 7, 9, 59, 98 y 131.
Incluso hay un modus operandi identificado. Los criminales esperan a la última hora de servicio, luego de las 21 horas; suelen ir en grupos de dos o tres personas y al quedar solos, les despojan la cuenta del día de 5 mil a 10 mil pesos. El asalto puede cometerse con arma blanca o incluso de fuego.
Para los operadores, un buen final es que se lleven el dinero y su celular; no obstante, el peor escenario ha sido ser amarrados o incluso recibir un impacto de arma de fuego, como ocurrió en Menchaca 2020, caso en que el conductor murió. Además, están los casos de avenida Pirineos en 2021 y boulevard de Las Américas en 2022.
Le corren a las casitas
Ángel, un conductor de la ruta 7, comenta que, a pesar de no haber sido asaltado, logra identificar las zonas de riesgo por las experiencias de sus compañeros:
“también tengo otro compañero que ahorita está en la ruta 51 también a él lo asaltaron, le pegaron con una pistola en el cuello y se le hizo una bola, eso fue en septiembre cuando lo asaltaron a él”.
Para Ángel los puntos más peligrosos y dónde está consciente de que ocurre el asalto es a pocas cuadras de llegar a la base:
“Allá arriba, en Villas de Santiago, antes de la base están unas casitas de madera como de cartón, no sé cómo describirlas, una calle antes de llegar a la base, cuando ya no tenemos pasaje es cuando comienza todo pues… Si vienen de buenas pues nada más se llevan el dinero, ya si vienen de malas pues ya es dónde empiezan las agresiones físicas; al momento de que se bajan, se echan a correr hacia las casitas esas de cartón”.
Algo que comparten los testimonios de los conductores que han sido víctimas de estos asaltos, es que por lo general suceden a algunas cuadras cercanas a dónde hacen “base”, es decir, ese lugar dónde los conductores paran a descansar o cambiar de turno, tras terminar las vueltas indicadas por sus supervisores.
Jesús, conductor de la ruta 7, comenta que él ha sido asaltado dos veces, una con arma de fuego y en otra ocasión fue golpeado. Mismo caso el de Darío que a pocas cuadras de llegar a la base del fraccionamiento Vistana fue asaltado a punta de pistola.
“Me aborda un joven allá abajo y subiendo aquí dando la vuelta, yo le acelero porque ya me venía atrasando en mi tiempo, nada más se sentó ahí, se escuchó un golpe y se me vino encima… Sacó una pistola, no me quedó de otra, me dijo “párate, párate” y pues ya me tuve que parar y le di todo el dinero, me quitó la llave”.
Cuauhtémoc de la ruta 9 tiene una historia similar:
“iba yo acabando la última vuelta, eran las 9:40 y dejé mi pasaje ahí en la Mega Cimatario, entonces se bajaron todos excepto dos personas que se quedaron hasta allá. Yo dije ‘pues han de ir hasta Chedraui’. Nos fuimos y ahí enseguidita dónde está el CRIQ escuché las pisadas corriendo de un tipo”.
Luego de esto, el individuo lo amenazó:
“me dijo que cerrará la válvula del camión y que me echara para atrás. Obedecí a lo que me dijo, luego me amarró el otro atrás y pues ya fue el asalto, se llevaron lo que había, el dinero”.
Algo similar le ocurrió a Víctor de la ruta 76, quién el pasado 23 de febrero de 2022 fue asaltado en la zona cercana a San José el Alto:
“Ahí en Belén se suben dos personas, en una calle que se llama Plateros. Al dar vuelta donde ya se termina de bajar la gente, esas personas se levantan y me dicen ‘Ya te cargó la fregada’ y me enseñan cada quién su pistola. Ellos me comentaban, ‘nomás danos los puros billetes no te vamos a hacer nada’”.
Garantías ante el peligro
En caso de ser víctimas de la delincuencia, los operadores están blindados en lo legal, ya que por un lado no les descuentan el dinero robado. De igual manera, en caso de lesiones cuentan con un seguro y acompañamiento de la empresa, defendió Miguel Navarro, secretario general del Sindicato Industrial de Trabajadores del Transporte, sección móvil QroBús.
“Al compañero que fue lesionado con arma de fuego, no nos separamos de él hasta que se le diera el alta del hospital y se le dieron todas las facilidades habidas y por haber. Hay compañeros que sufren de azúcar, del corazón, entonces cuando ocurre un asalto se debe dar un acompañamiento”
aseguró el líder sindical.
Para que no haya represalias es necesario que el conductor levante la denuncia correspondiente y presente el comprobante ante la empresa concesionaria.
Hay dos formas en que un conductor obtenga su pago, a través de sueldos fijos o a través de comisiones, e incluso aquellos conductores que tengan un sueldo fijo pueden buscar también ganar un poco extra a través de las comisiones.
“Aquí hay dos tipos de sueldo, los que acabamos de entrar como nuevo ingreso nos dan una comisión, o sea entre más metas dinero, más te pagan”, comentó Víctor, uno de los conductores asaltados. “A nosotros por cada mil pesos que hagamos nos pagan 150”, añadió Ángel Soto.
No obstante, el seguro no cubre otro aspecto importante: lo psicológico. Existe un temor en muchos de ellos al trabajar a altas horas de la noche: “El dinero qué, que no te vayan a hacer algo”. Así como Manuel hay conductores que prefieren pasar de largo en las paradas finales. También hay algunos que deciden retirarse ante las malas experiencias o por el temor a que pueda volverles a ocurrir algo malo.
Ayuda que no llega
Los conductores consideran que es imposible evitar los asaltos. En palabras de Daniel, conductor de ruta 27, “simplemente es que cuando algo te va a ocurrir, te va a ocurrir sin duda alguna, así traigas al mejor escolta, traigas a quién traigas te va a suceder” sin embargo, es posible que existan medidas que puedan ayudar a disminuir los asaltos.
Gerardo, un conductor de la ruta 131 comentó lo siguiente: “En cuestión de los delitos yo creo que es necesario que haya más seguridad, ahora sí que tuviéramos la oportunidad de que Secretaría de Seguridad Pública esté al pendiente de nosotros porque en ocasiones hacemos el reporte de que hay una persona alcohólica o en malas condiciones y nunca mandan el auxilio”.
Una medida propuesta por la Agencia de Movilidad del Estado de Querétaro es la implementación de alcancías que ayuden a proteger el efectivo de ser robado, sin embargo, esta medida parece poco efectiva para conductores como Ángel Soto: “Aunque tenga que traerse una sierra de que se la va a llevar, se la va a llevar. Primero tendrían que llegar sobre el chofer y amarrarlo y posteriormente van a hacer lo necesario para llevársela”.
De la misma forma, Miguel Navarro, opina qué ya no irán por la cuenta, ahora buscarían la alcancía o incluso a los usuarios: “no es una estrategia buena para inhibir la delincuencia”, remarcó.
El sindicato de Qrobús ha pedido instalar un botón de pánico para estar en contacto directo con autoridades, pero esta petición no ha podido concretarse. Actualmente cuentan con un mecanismo de pánico, pero es deficiente: “bueno el botón de pánico que está en las unidades es ese validador, tenemos que pasar la tarjeta cuatro veces… al momento en que el operador, el compañero está siendo asaltado”.
Señalan que, en caso de lograr la alerta, ésta va a la Agencia de Movilidad, la cual tiene que validar que sea una emergencia. Luego le marcan al supervisor de la ruta, que a su vez le escribe por WhatsApp al conductor o le marca al teléfono, todo “mientras el conductor está siendo amagado y asaltado”.
Otra estrategia que les parecería ideal a ciertos conductores es el empleo de unidades escolta en las últimas horas de servicio, algo que sólo está disponible a altas horas de la noche y para ciertas rutas. Miguel Navarro describe que una estrategia diferente y que apoyó incluso más que las patrullas escolta, fueron los retenes “lo que más ayudó fue en las últimas vueltas, en rutas muy específicas, hacer estos retenes de seguridad, y sabemos que esto a lo mejor es muy incómodo, que se suban dos agentes, empiecen a revisar a los pasajeros, revisen al conductor, pero al final eso también ayuda al usuario”.
Tarjeta, la mejor estrategia
Tanto los conductores de diversas unidades, sin distinción de ruta, así como Miguel Navarro, consideran que la mejor estrategia para disminuir de buena medida la incidencia delictiva en el robo al transporte público, es haciendo efectivo y exclusivo el uso de la tarjeta de prepago. Señalan que programas como la Tarifa UniDOS para pagar solamente dos pesos, han impactado también en la recaudación, pues se reduce el número de personas que pagan en efectivo y usan la estrategia sugerida por las autoridades: “ya juntamos menos dinero y sí se redujeron un poco lo asaltos, no al cien por ciento, pero sí redujeron mucho”, explicó Salvador de la ruta 9.

Cuestionado en 2022 por este semanario, el director del entonces Instituto Queretano del Transporte —hoy Agencia de Movilidad del Estado—, Gerardo Cuanalo Santos, declaró que la estrategia de seguridad del organismo incluía justamente esto: promover el uso de la tarjeta de prepago. Lo anterior, con independencia de las reuniones con operadores.
El líder sindical, por su parte, señala que ellos tienen toda la información sobre los asaltos y se requiere solamente voluntad de las autoridades para garantizar la seguridad de los trabajadores del volante, quienes son padres de familia que deben proveer a su hogar.