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La escuelita zapatista: enseñanzas de democracia, libertad y justicia.

Por: José Eduardo Curtidor Arreola.

Luego de la inesperada marcha que realizaran miles de indígenas zapatistas hacia 5 de las principales cabeceras municipales en el estado de Chiapas el 21 de diciembre de 2012, los mismos zapatistas convocaban a las sociedades civiles, a un creativo ejercicio de encuentro y aprendizaje político: la escuelita zapatista. Una invitación abierta a personas de los cinco continentes, a conocer los procesos, problemáticas y aciertos que han llevado a la construcción de la autonomía en comunidades zapatistas desde hace más de 20 años. Un encuentro en un mundo en el que, por espacio de una semana, cupieron muchos mundos.

Para la primera de tres fechas del primer curso nombrado “La libertad según los zapatistas”, del 12 al 16 de agosto de 2013, se dieron cita más de mil 500 personas en las instalaciones de la Universidad de la Tierra en San Cristóbal de las Casas, Chiapas.  Por la cantidad de 100 pesos pudieron recibir cuatro libros de texto y dos dvd’s, así como material de apoyo para las clases. El transporte hacia las comunidades,  junto con los alimentos y el hospedaje  no tuvo ningún costo para los estudiantes.

Después de varias horas según la distancia y las condiciones del camino, los estudiantes llegaban a alguno de los cinco caracoles zapatistas que celebraban los 10 años de las juntas buen gobierno. Ahí les fue asignado un votán o guardián, mismo que los acompañaría en todos los momentos en su estancia. Luego de recibir una cálida bienvenida por parte de los habitantes la comunidad que les fue asignada, una familia alojó a cada estudiante teniendo la oportunidad de compartir los trabajos cotidianos en la milpa, la cocina, el cafetal y el monte, así como los alimentos, la vivienda, el frío, el calor o la lluvia. Al mismo tiempo  los hombres y mujeres indígenas zapatistas, enseñaban al recién  llegado las cuestiones relativas a su modo de organización colectiva política y social. La enseñanza se agrupaba en torno a tres temas principales: la formación del gobierno autónomo comunitario, la participación, obligaciones y derechos de las mujeres en la autonomía y las estrategias de resistencia a las agresiones económicas, culturales, políticas y sociales que han recibido por parte de los gobiernos oficiales, militares y paramilitares por más de 20 años.

Cada estudiante pudo preguntar y dialogar con cada uno de los miembros de la familia quienes compartirían su palabra en tojolabal, tzeltal, tzotzil, ch’ol, mam o zoque, según la localidad, siendo condición que el votán fuera el único que hablara en español al estudiante, dándole así oportunidad de conocer un poco del universo que habita en las lenguas de los pueblos mayas.

Como parte importante de los avances obtenidos de los que también se pudo aprender en las comunidades autónomas zapatistas destacan los relacionados con los sistemas de educación, gobierno y salud comunitaria. En el primero, se instruye a niñas y niños en sus lenguas maternas, sobre la memoria histórica de sus pueblos, la lectura, escritura, matemáticas y la vida en respeto y equilibrio con el espacio natural en el que viven y conviven como sociedad. La característica fundamental de este modelo educativo es la cooperación entre maestros y alumnos sin calificaciones ni grados o certificados académicos. La instrucción educativa, hasta  los 15 años, da oportunidad a los jóvenes de convertirse en promotores de salud, educación o medios de comunicación según la elección particular y las necesidades de las comunidades. Para el caso del gobierno autónomo, las mujeres y hombres que lo conforman, -en sus tres niveles: junta de buen gobierno, municipio autónomo y autoridad del pueblo- son elegidos por el pueblo según la experiencia y desempeño en el trabajo sin recibir pago económico, siendo además un puesto rotativo que obliga a rendir cuentas en las diferentes áreas de trabajo del gobierno, como educación, salud, administración agraria, comercio, justicia, entre otros. El sistema de salud cuenta con promotores en constante capacitación, así como dentistas, hospitales, clínicas y ambulancias, y tiene las opciones de medicina tradicional y alópata. Cabe resaltar que como una medida en beneficio de la salud y como una estrategia para prevenir violencia intrafamiliar, la división de las comunidades y el hostigamiento de las autoridades oficiales, el consumo y tráfico de bebidas alcohólicas y sustancias nocivas para la salud se encuentran prohibidos en todo el territorio del EZLN.

Hoy, a dos décadas de que irrumpieran en la escena política social nacional y del mundo, los zapatistas alzan otra vez su voz, no para lanzar una ofensiva armada, ni para imponer sus ideas o sus prácticas. Organizan un proyecto al que llaman la escuelita, que sin necesidad de aulas, cédulas profesionales, teorías o calificaciones, enseña a través del corazón de su movimiento, las familias indígenas, que la verdadera educación reside en la vida y los trabajos diarios de mujeres, hombres y niños de las comunidades en resistencia. Queda entonces a los miles de estudiantes venidos de todo el mundo, el ejemplo y la potencialidad comprobada y compartida de otra manera de vivir y de hacer política fuera del capitalismo, desde la colectividad popular, sin partidos políticos y tomando en cuenta las culturas propias y la naturaleza como ente vivo no mercantil.

Tomando en cuenta la diversidad de personas, rebeldías, culturas, cosmovisiones y luchas ante las problemáticas que enfrentan las sociedades inmersas en el capitalismo en todo el planeta, el último mensaje dado por los zapatistas en este primer curso de la escuelita, fue que ustedes vean que nuestra lucha es por la vida y se lleven esta semilla a sus pueblos y la hagan crecer.

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