La protesta que no cupo en el sindicalismo
A los grupos de sindicatos se sumaron protestas de indígenas artesanos, comerciantes tianguistas, taxistas, deportistas, la comunidad LGBT+ y hasta el ‘Ánimo’
El Día del Trabajo, los gritos de «¡Queremos a Pancho!» y «¡Fuera Julio!» lanzados por sindicatos se apagaron, pero justo en el jardín Zenea, se comenzaron a escuchar gritos más fuertes, con más entusiasmo y seguros: «¡Zapata vive, la lucha sigue!»: entre una gran cantidad de personas indígenas, con sus vestuarios típicos, las pancartas se alzaban y se agrupaban en una marcha igual, pero diferente.
En el mismo contingente seguían las quejas y demandas al gobierno de Francisco Domínguez por la golpiza y el desalojo que les hizo a los comerciantes y manifestantes indígenas el 24 de diciembre del año pasado.
Pancartas que decían: “El comercio comunitario es del pueblo, los centros comerciales son del gran capital”, con motivo de las diversas agresiones a los comerciantes indígenas que «ahuyentan el turismo”, y que el gobierno les manda a los granaderos como “si fueran animales”, palabras de las comunidades indígenas.
De igual forma, grupos minoritarios se adjuntaron: deportistas que pedían que el deporte fuera mejor atendido, también estaban algunos taxistas. Apareció un personaje icónico, el tan mencionado ‘¡ÁNIMO!’ (Pedro González Quiroz), que se dedicaba a dar su grito de guerra y apoyar pasivamente la caminata.
Los comerciantes que antes tenían residencia local en la alameda Hidalgo también se unieron. Por último el grupo más minoritario, pero con gritos y peticiones de trabajo justo, no discriminación y aceptación a personas de diferentes géneros sexuales: el contingente de la comunidad LGBT+.
El libre albedrío se manifestó sin problemas de violencia; aunque hubo un par de manotazos entre “personas del gobierno” y manifestantes independientes, todo se tranquilizó en cuestión de segundos. ¿Atenderán las peticiones de los contingentes? Será cuestión de esperar, aunque para los que se manifestaron la espera ha sido mucha.