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Las sexualidades queretanas en el siglo XXI

Por: Abelardo Rodríguez/ Unidad de Investigación Periodística (UIP)

“Nada más natural que el deseo sexual; nada menos natural que las formas en que se manifiesta y se satisface”

Octavio Paz

Existe en Querétaro una comunidad muy consolidada de promotores, activistas, artistas, académicos y organizaciones ciudadanas de feministas, lesbianas, homosexuales y transgénero,  que se organizan en torno a la educación, la salud, la defensa de Derechos Humanos y políticos y las luchas relacionadas con las sexualidades humanas. Esto es notable en un estado donde gobierna y domina una elite sumamente conservadora. Sin embargo, al día de hoy, los días, las obras, las vidas y las luchas de esta comunidad constatan la rica diversidad sexual de la sociedad queretana.

Los inicios de la educación sexual en Querétaro

A mediados de los años Sesenta, el entonces rector de la Universidad Autónoma de Querétaro, la UAQ, Hugo Gutiérrez Vega, abordó por primera vez en el Estado temas relacionados con las sexualidades, a través de los Seminarios de Actualización Académica. Sufriendo por ello la animadversión, el boicot y la represión de la jerarquía eclesiástica, la elite económica y las organizaciones conservadoras de la época como el Partido Acción Nacional y la Unión de Padres de Familia. La consecuencia de esto fue la renuncia obligada del joven rector en 1966. Sin embargo, Gutiérrez Vega dejó un legado modernizador en el campus universitario, siendo la Escuela de Psicología parte valiosa del mismo. Esto fue el inicio de una lucha constante por las libertades y los derechos sexuales en Querétaro. Lucha que hasta el día de hoy continúa.

En las décadas de los setenta y ochenta, la Escuela de Psicología, hoy Facultad, fue sede de los movimientos estudiantiles, sindicales, artísticos y culturales más importantes del Estado. De aquí surgieron las primeras organizaciones ciudadanas en torno a las sexualidades. A finales de los ochenta, la llamada “década perdida”, la pandemia mundial del VIH-SIDA destapó otra pandemia no menos grave: la de la discriminación y la profunda ignorancia que tenemos como sociedad respecto a los temas sexuales. Un grupo pionero en Querétaro fue la Asociación Queretana de sexualidad, AQUESEX, surgida de la facultad de Psicología de la UAQ. Su fundadora, la maestra Elizabeth Contreras Colín, inició en 1989 los Diplomados en sexualidades, diplomados que en 2015 ya suman 22 generaciones de egresados, y los cuales han sido de gran importancia en la educación y la salud sexual en Querétaro. También fue pionera de la difusión de las sexualidades en la prensa queretana. Sus artículos en el ya desaparecido semanario Nuevo Amanecer, son ya referentes históricos que documentan el intenso trabajo de la sociedad civil queretana en este campo.

AQUESEX, nos dice su fundadora, nació por la demanda creciente de información que existía entre la sociedad queretana. En 1990, iniciaron formalmente como Aquesex, con estudiantes de Psicología, siendo una de sus primeras acciones la creación de un grupo de portadores de VIH y de pacientes de SIDA “con el objetivo de investigar tratamientos (que eran muy escasos) y hacer un grupo solidario”. A través de este grupo se enteraron que los estaban despidiendo de sus trabajos, que los ponían en listas negras para que ninguna empresa en Querétaro los contratara a pesar de sólo ser portadores de VIH, es decir, que no representaban ningún peligro de contagio, diferencia de los que ya tenían el SIDA. Que “vecinos se oponían a que entrara la ambulancia del IMSS a sus colonias por temor a ser contagiados”, o que incluso negaran la misa en los funerales por el mismo temor, llegando al extremo de no querer alquilar el ataúd “por temor a que el otro muerto se infectara” (risas).

En las clínicas y hospitales públicos esta ignorancia, este temor y discriminación no era menor. Médicos y enfermeras sucumbían en su formación profesional ante la irracionalidad de sus propios prejuicios, mitos y miedos. “Cosas absurdas que nos mostraron el Querétaro mocho y la paranoia que se vivía a raíz del surgimiento del SIDA”.

Avances mínimos en 25 años

En el recuento que nos hace, la maestra Elizabeth Contreras Colín llega a la conclusión de que “esta dinámica de vender miedo funciona. Hace seis años (2009) durante una campaña en la Alameda queretana, el 60 por ciento de los entrevistados y entrevistadas no tenían ni la más remota idea de lo que es el SIDA”. Siendo las más afectadas por esta ignorancia inducida desde la omisión y prejuicios de las propias instituciones del estado, las esposas o viudas de los trabajadores migrantes, quienes se contagian en Estados Unidos y vienen a contagiar a sus esposas en Querétaro. Para la fundadora de AQUESEX y de los Diplomados en Sexualidades de la UAQ, “un sólo taller no basta para revertir esta situación”, hacen falta una participación social más amplia y activa y un cambio de fondo en las conservadoras y prejuiciadas instituciones públicas. En este mismo sentido, la maestra Lluvia Cervantes Contreras, docente de la UAQ y coordinadora actualmente de los diplomados en sexualidades, y quien además es hija de Elizabeth Contreras y participa en AQUESEX, nos da a conocer datos que corroboran los avances mínimos que ha habido en la educación y salud sexual en Querétaro. Avances conquistados por la sociedad civil a contrapelo y minimizados y acotados por gobiernos omisos de las obligaciones que adquieren como entes públicos, y que son conservadores y anacrónicos en sus concepciones acerca de las sexualidades humanas. Siendo ejemplo de esto, el hecho de que Querétaro tiene una de las legislaciones más punitivas y restrictivas respecto al aborto. Esto ha propiciado un clima de miedo, de persecución y de criminalización en contra de las mujeres tanto en las instituciones públicas como en las familias de las afectadas.

En Querétaro las mujeres que quieren o necesitan interrumpir su embarazo, no tienen alternativas, o se arriesgan hasta perder la vida en un aborto clandestino o se arriesgan a ir a la cárcel si recurren a un hospital público, en donde pueden ser delatadas por médicos, enfermeras o trabajadoras sociales.

Actualmente sólo hay dos causales por las cuales una queretana puede interrumpir su embarazo de manera legal. Una es por violación y la otra por accidente. El problema es que para comprobar cualquiera de estas dos causas, una mujer tiene que sufrir un vejatorio y exhaustivo examen muy complicado, pues esta examinación está más centrada en encontrar “presuntas culpables” de abortar, que resolver una situación en donde la que se supone que debe decidir sobre su propio cuerpo, su integridad física y su salud, es la mujer y no el Estado y sus normas. Al respecto, resulta grave el dato que arroja un médico del Hospital del Niño y la Mujer, quien, a través de las redes sociales informa que en este nosocomio se atienden diariamente dos partos por violación. Una cifra de por sí alarmante y que nos habla de que estas mujeres ignoran su derecho a practicarse un aborto o que la presión social que se ejerce desde  leyes hostiles las obligan a tener hijos no deseados y a ser madres solteras en circunstancias muy desfavorables de doble y hasta triple violencia.

En este contexto, nos dice Lluvia Cervantes, “nos preocupa que los nuevos gobiernos del PAN a nivel estatal y municipal, se hayan manifestado en voz de sus candidatos ganadores, por continuar y acentuar estas políticas en contra de las queretanas”.

En nuestro Estado, actualmente el inicio de la actividad sexual se da en los muchachos a los 14 años y en las muchachas entre los 15 y 16 años de edad, quienes toman esta decisión prácticamente sin información, en un ambiente lleno de prejuicios, mitos, machismo e ignorancia, iniciando su vida sexual de una manera no responsable. Este dato se cruza con este otro: que la tercera parte de los embarazos que atiende el Hospital del Niño y la Mujer en la ciudad de Querétaro, son de adolescentes. Para Lluvia Cervantes, la educación sexual que da el Estado es insuficiente, superficial y plagada de prejuicios, desinformaciones, omisiones y esencialismos biológicos. Basada en una estrategia de miedo y de prohibiciones: “Te enseño penes gangrenados  y vulvas purulentas para que te de miedo y no tengas relaciones sexuales antes del matrimonio”. Siendo que estas estrategias de terror a lo largo del tiempo no han servido para inhibir o retrasar las prácticas sexuales entre los adolescentes, ocasionando sólo la ignorancia y el incremento de embarazos y enfermedades como el SIDA en las juventudes queretanas. Esta política de la prohibición y el miedo reina en la Secretaría de Salud del estado de Querétaro, pues en los hospitales públicos a su cargo, el personal no está capacitado para discernir entre sus propios prejuicios y la política de salud que el propio estado promueve en el discurso. Lluvia nos dice que les ha tocado comprobar que en estas instituciones públicas “si llega una chica a solicitar un condón, éste se le niega por no ir acompañada del marido; llegando a decirle que es demasiado joven para pensar en estas cosas (…) o en otras ocasiones, simplemente no hay condones por falta de presupuesto”.

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