¿PATERNIDADES MASCULINAS?
Por: FRANCISCO RÍOS ÁGREDA.
EDICIÓN ESPECIAL
Uno de los argumentos más socorridos por las “buenas conciencias” (Monsiváis dixit) para descalificar las paternidades masculinas gays es que la naturaleza y la Biblia dicen que la pareja se entiende biológicamente como la unión de un macho y una hembra y que la Biblia dice en el Génesis que Adán y Eva fueron nuestros progenitores originarios. En torno al primer argumento de la biología, algunos animales se dividen para la procreación, algunos otros son bisexuales y claro también existe la unión de machos y hembras. Quienes tienen mascotas caninas masculinas en algún momento han sufrido, en su pierna, el acoso de las feromonas de algún perrito macho, que vive los impulsos de la adolescencia o juventud canina.
En torno al recurso bíblico habría que decir que nuestro país es un estado laico y cada mexicano puede profesar la religión o creencia que más le convenza. Nuestro país no es un estado fundamentalista, ni la vida pública normativa se sienta sobre bases religiosas, por tanto no se puede imponer a todos los mexicanos, por más que el Censo del INEGI del 2010 haya arrojado que el 85% de los mexicanos se dice católico, una moral católica, o cristiana, o mahometana, o alguna otra del amplio mosaico religioso mexicano. También existe un sector de personas que no tienen religión alguna, ni profesan creencias religiosas, es decir son ateos o librepensadores. Por lo tanto, las Iglesias, jerarcas religiosos y creyentes, reconocidos en la Constitución, no pueden imponer al resto de la sociedad mexicana su moral y sus convicciones. Recuerdo que a finales de los setentas y principios de los ochentas, durante el gobierno del presidente francés Francoise Miterrand decía: “Como católico estoy en contra del aborto, pero como presidente de Francia, estoy por los derechos de las mujeres a la libertad de procreación”.
Los derechos de las comunidades homosexuales (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transgéner@s) se han desarrollado históricamente en la literatura induísta, bíblica, griega, romana, entre otras, quienes realizaban estas prácticas sexuales y en algunos casos eran altamente reconocidas. Como en el caso de los griegos. Sin embargo, no es sino hasta a mediados de los setentas, en que la Organización Mundial de Psiquiatría excluye el concepto de homosexualidad como “desviación sexual”, por su parte la Asamblea General de la OMS de 1990, retira de la lista de “enfermedades psiquiátricas” a la homosexualidad. Por su parte, son varios los pronunciamientos internacionales enmarcados en la tolerancia, la no discriminación, el repudio de la homofobia, que amparan los derechos y preferencias sexuales de las personas. En nuestro país recientemente se armó un gran revuelo con la iniciativa de EPN de que puedan contraer nupcias las parejas gays, sean hombres o mujeres, mientras la transexualidad está cobrando, con dificultades, carta de ciudadanía. El revuelo de la propuesta presidencial, que ya tenía antecedentes en las sociedades de convivencia, primero y posteriormente en los matrimonios igualitarios de la CDMX. De forma parecida, las resoluciones de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, favorecen la jurisprudencia, en esta materia en otras entidades de la nación, aunque sus congresos hayan legislado contra los matrimonios igualitarios. De esta normatividad se siguen los derechos de herencia, seguridad social y adopción por parte de las parejas gays. También algunos analistas políticos han señalado que con esta iniciativa presidencial se pretende generar una cortina de humo por el reclamo generalizado por la desaparición de los 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa y para desarticular el movimiento magisterial de la CNTE. Sin duda, tiene sus implicaciones, pero esa demanda de la comunidad LGBT ya venía desde los setentas. La derecha católica, siempre “iluminada” ya encontró una explicación a las derrotas electorales: la gente votó contra el PRI, por esa propuesta que va contra las creencias de los mexicanos. Mientras tanto, el INE discute, sí ello constituye una intromisión electoral de la jerarquía católica. Al final, ya sabemos el libreto, dirá que no hay delito y como siempre, la jerarquía seguirá opinando sobre temas electorales, invocando el azul del cielo. Algunos sectores conservadores dicen que el pueblo mexicano no está preparado para la adopción de niñ@s por parte de parejas homosexuales porque serían discriminados en las escuelas. Todo reside en una dinámica de cambios socioculturales que hay que ir promoviendo en las familias de todo tipo, en la ruptura de roles tradicionales en las escuelas, en la incorporación de valores como la inclusión, la tolerancia, la interculturalidad y una ciudadanía multicultural. De paso, me sumo a la condena mundial por la masacre de 49 personas de Orlando, de los 53 heridos graves y a la venta indiscriminada de armas en USA, como si fueran chicles.