Una reforma educativa en donde no se escuchó a la ciudadanía: Vicencio Acevedo
Los diputados locales no escucharon a la sociedad y aprobaron al vapor 55 artículos de la Ley de Educación Estatal
Por: Reyna María Sánchez Bolaños
La modificación de 55 artículos de la Ley de Educación estatal, que fue avalada por 22 diputados de la LVII Legislatura el lunes 10 de marzo en sólo 15 minutos, más la inasistencia de éstos a un foro organizado por un colectivo de maestros, muestran que los legisladores “no están dispuestos a consultar a la población”, advirtió María del Carmen Vicencio Acevedo, profesora que trabajó 24 años en la Escuela Normal del Estado.
“Unos diputados que no están dispuestos a participar en foros o que cuando participan no escuchan lo que los especialistas o maestros con experiencia les dicen, que no están dispuestos realmente a construir desde las bases un nuevo proyecto y defenderlo ante la Federación, actúan como meros subordinados del gran poder y lo único que hacen es legitimar los intereses del mismo.”
De acuerdo con la Maestra en Ciencias de la Educación, “en Querétaro no suelen consultar a la gente ni informarla. Los diputados dicen que tienen sus páginas web, que la gente los busca ahí y que sí están informando, pero en realidad no se ve una acción sistemática de información”.
Por ejemplo, en Querétaro hay varios grupos de maestros ‘disidentes’ que están trabajando en la resistencia, que tienen foros sistemáticos y que han hecho manifestaciones en contra de la llamada ‘reforma educativa’, buscando diferentes espacios para poner en evidencia los perjuicios que dicha reforma traería. Una queja de estos maestros es que no se les ha pedido su opinión.
En el estado ha habido importantes esfuerzos por realizar foros ‘alternativos’ donde se generen propuestas, tal como el del 5 de julio del 2013, convocado por varios colectivos ‘democráticos’, en el que participaron —además de los mismos maestros de educación básica y normal— abogados, pedagogos, psicólogos, padres de familia, cooperativistas y grupos indígenas.
No obstante, la disposición de las autoridades para participar en las convocatorias provenientes de “las bases”, como refirió Vicencio Acevedo, ha sido nula; ya que al foro referido “fueron invitados con suficiente anticipación todos los titulares de las diferentes dependencias que tienen qué ver con la educación en Querétaro, incluidos los diputados y miembros de la comisión sobre educación, pero ninguno de ellos asistió”, señaló.
En lo que se refiere a los discursos generados a partir de la ‘reforma educativa’ por parte de la clase política, María del Carmen Vicencio manifestó que en el fondo son “muy elaborados y bien armados pero no corresponden con nuestra realidad”.
De igual manera, advirtió que “llama la atención el proceso que se siguió con esta reforma: Primero se denigra a los maestros, luego se elabora y aprueba una ley en tiempos muy cortos, (misma) que no es educativa, sino laboral; después se realiza un censo para conocer cómo están las escuelas y al final se hace una consulta ciudadana, como es la que se está realizando actualmente”.
“Pareciera, con esto, que lo último que les importa a nuestros representantes es mejorar la educación. Lo que están buscando, más bien, es el pretexto para poder controlar a los maestros, eliminar a una buena cantidad de ellos y, sobre todo, para meter en cintura al sindicato que se les salió del huacal”.
Reformas no contemplan condiciones precarias en que trabajan los docentes
Por otro lado, enfatizó que durante los más de 20 años que fungió como docente en la Escuela Normal del Estado, tuvo la oportunidad de conocer varias escuelas, tanto del ámbito rural como del urbano y pudo percatarse de las condiciones ‘precarias’ en que trabajan cientos de maestros, situación que no es contemplada por la reforma.
A su consideración, el problema medular en el sistema educativo es que “se ha perdido la brújula, en muchos sentidos: Se han perdido de vista las preguntas pedagógicamente fundamentales, para qué educamos, a quién estamos educando, qué buscamos al educar”, esto, derivado de la “manía de estandarización”.
“En lugar de estas preguntas fundamentales, quienes toman las decisiones en el campo educativo se han dedicado a responder a las preguntas sobre cómo empatar nuestro sistema con las reglas del juego que nos vienen desde los organismos internacionales (lo que llaman “tuning”, del inglés: sintonizar). En esta unificación se ha puesto el acento en la estandarización, que empobrece considerablemente la enorme riqueza de expresiones humanas.”
Para concluir, Vicencio Acevedo subrayó que “lo que tiene que unificarse es el derecho de todos a ser diferentes”, puesto que en el rubro de la evaluación no se puede calificar con los mismos parámetros a personas que tienen culturas y condiciones económicas y sociales tan diferentes como las que se observan, tanto en México, como a nivel internacional.
Lejos de percibirse como derecho, la educación comienza a parecer mercancía
La excatedrática señaló que con la búsqueda de la estandarización se está creando la fantasía de que es posible adaptarse a esa lógica de “calidad” —un concepto netamente empresarial—. “Es como si nos pusieran a correr en patines contra el tren bala, por ejemplo”, comparó.
La ‘imposición’ de un modelo educativo que proviene desde la lógica de las empresas influye en que la educación se convierta en una mercancía y deje de verse como un derecho, un principio constitucional, tal como lo planteaba el Artículo 3° Constitucional: “una educación integral, laica, gratuita, democrática, científica y que vele por la justicia”.
Desde su perspectiva, todas estas características señaladas en el Art. 3° pasan a segundo término, puesto que ahora se habla de una educación de calidad, y “calidad es un concepto empresarial que se refiere a cosas, no a personas”.
Para la también Maestra en Psicología Educativa, la reforma tiene sus antecedentes cuando México ingresó en el Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN) y comenzó a asumir todas las reglas del neoliberalismo.
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