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Pertenecer a una red de cultura de paz

Encuentro diferencias entre estar en una red y pertenecer a una red. Se puede estar en la red, asistir a las reuniones, dar algunos likes y compartir los logros en redes sociales y aún así, sentirse alejado de ella. Estar en una red tiene implicaciones administrativas y burocráticas. Pertenecer, en cambio, tiene implicaciones emocionales y de crecimiento personal.

Pertenecer requiere atención y consciencia, como todo lo que resulta de beneficio para nuestras vidas. Implica involucrarse, reconocer y apropiarse de la meta común. Cuando se pertenece a una red, se desarrollan actitudes y valores que distinguen a las y los miembros, por ello, las redes deben cuidarse y fortalecerse.

Las acciones y actividades desarrolladas durante el 4to Foro Internacional de Cultura y Educación para la Paz, para mí significan un esfuerzo por mantener una red unida y sana.

Participé en el taller “Fortalecimiento para las Redes de Paz UAQ” y salí totalmente entusiasmada por las estrategias adquiridas. Hay dos dinámicas específicas que me gustaría compartir.

La primera, una resignificación del juego competitivo tradicional “piedra, papel o tijera”. En esta dinámica, quien ganaba debía retar a otra persona ganadora. Quienes perdíamos, debíamos sumarnos a una porra que se hacía cada vez más grande. Una dinámica tan simple con la que aprendemos algo importante sobre formar parte de una red: no siempre serás tú quien “gane” o destaque y eso no significa quedarte molesto o salirte de la red, más bien, en esos momentos, se requiere que alientes a quien va al frente y celebres sus logros.

La segunda, un juego que favorece el desarrollo de la cooperación y confianza. En parejas, sin hablar, debíamos moldear una pieza de plastilina, de manera libre. Trabajé con mi compañera y amiga Mariana Lujambio y ocurrió algo obvio pero en lo que nunca había reflexionado. Mientras que la mayoría de las parejas crearon obras abstractas, nosotras creamos un gato, no muy agraciado y con orejas de conejo, un “gatonejo”. Lo obvio fue, habernos podido comunicar sin necesidad de hablar, después de todo, nos conocemos suficiente. En cuanto a la reflexión, no es que al conocerse se deba prescindir de la comunicación, sobre todo la asertiva, pero es más probable conseguir resultados en forma. Conocerse entre las y los miembros de una red, es necesario para conseguir los objetivos que nos planteemos, permite dar lugar a las necesidades y expectativas de los demás.

En este evento me reencontré con personas a quienes admiro por su trabajo constante en la Universidad y estimo por su humanidad, misma que he podido conocer gracias al taller de justicia restaurativa, impartido varios meses atrás. Saludarles y abrazarles me recordó lo vivido en una breve pero intensa semana, que para mí, dio el significado completo de lo que implica pertenecer a la red de docentes por la paz. Porque cabe resaltar, que este maravilloso foro, es una de las muchas iniciativas que la coordinación de cultura de paz lleva a cabo durante todo el año y que al igual que estas, se percibe la armonía, compañerismo y confianza que define a las y los miembros de la red.

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