
“Hay cosas de las que no quiero hablar, ´pos´ no entiendo”, “lueguito” me dijo Toni, bien seria, cuando le pregunté por sus papás. Me contestó y se le enrojecieron los ojos; no le volví a preguntar por ellos.
Ya hacía dos meses que no nos veíamos, porque mis hermanitos y yo nos fuimos con mis papás a su tierra, en Arroyo Seco, y allá nos dejaron con las hermanas de mi mamá, a las que quiero mucho; además, estar en ese lugar lleno de agua corriente, tierra negra, pajaritos cantando desde que sale el sol, fruta fresca “pa´” desayunar, clima rico, sin frío y donde todos te saludan aunque no te conozcan (“¡buenos días!”, “¡buenas tardes!”, “¡buenas noches!”) es “re” bonito: dan “hartas” ganas de correr, gritar, vivir. Siempre que vamos, pasamos unos días bien “padres”. Antier fueron por nosotros y nos regresamos los cinco “bien” contentos porque –dicen– ya vamos a regresar a clases. Me puse triste porque dejaba a mis tías; pero también me alegró “qu’iba” a ver otra vez a mis amigas, sobre todo a Toni. Las dos hemos estado juntas toda la primaria y ya vamos a 4o.A ver cómo nos va, “pus ya’stamos” desacostumbradas a “l’escuela”. “Pa´” cambiarle la plática y ya no hablar de sus papás, le dije “que’stá re” grandota; en este tiempo dio “l’estirón”; no me la imaginaba más alta que yo, ni tan fuerte.
Ella me contó que, desde mucho antes de que mi familia y yo fuéramos a la Sierra, va a la Casa de la Vinculación Social, cerca de donde ella vive. Es como una Casa de la cultura, pero más “chida”, porque aprenden juegos, canciones y teatro; pero, también, les enseñan a sembrar, cultivar lombrices, recoger agua de lluvia, pintar murales, dar masajes; a veces no se le hace tan entretenido, porque les dan historia de México o de otras partes del mundo, o les hablan de la importancia de la comida, o cosas así. Me dijo que, una vez, vino gente de otros lados, que hablaban en otomí y en otros idiomas, en español, en italiano, en no sé qué más, y a ella se le antojó visitar esos otros países y saber todo los que esas personas viven; también, que hacen radio y televisión, que escriben libros y que viajan. ¿Te imaginas?, me dijo.
Entonces “se le salió” y entendí por lo que está pasando: que sus papás se acaban de separar. Toni y sus hermanos viven con su mamá, pero un día a la semana cada uno va a ayudarle a su papá en la “paletería” que tiene en el centro. Un día, Toni quiso hacerle plática a su mamá para saber por qué se separaron, pero ella sólo le contestó: “es cosa de adultos, que los niños no entienden bien. Pero te debe quedar claro que tu papá los quiere mucho a ustedes y se merece todo su respeto; por tanto, siempre ´que’stés´ con él, atiéndelo en lo que sea necesario”. Ya no le volví a tocar el tema a mi amiga.
Desde hace años “anda clavada” en el “futbol”. Dice “qu’es padre” todo lo que se puede hacer con la pelota; que es “bien bonito” llevarla desde tu cancha, pasarla a las compañeras, burlar a las contrincantes y, finalmente, meter el gol; pero a los muchachos parece que les interesa sólo para tener condición física, poder ganar en pleitos y presumir de fuertes. Desde “qu’era” muy niña, a ella “l’encantaba” el “futbol”, pero los adultos la regañaban y le decían que únicamente los niños se dedican a eso; “qu’ella” es delicada y, por tanto, debe, más bien, hacer la comidita, arreglar la casa, jugar a las muñecas. Toni dice que parecería que las mujeres no sirven “par’otra” cosa; ella les ha enseñado a sus hermanos y a la demás gente que juega “futbol” igual o mejor. Hasta le han pedido “qu’entre” a su equipo. Ella les contesta que quiere hacer uno de “puras” niñas.
Hace días “s’encontró” en la calle al maestro Chava, el que va a dar deportes cuando “ya’stemos” en clases otra vez. Toni lo saludó y le dijo que quiere “qu’en” la escuela haya un equipo femenino de “futbol”, “pa´” que juegue contra los muchachos y vean que también ellas están a “l’altura”. El maestro Chava le dijo que desde hace tiempo viene pensando en eso, porque las ve más hábiles y “entronas”; hasta le dijo a la mamá de Toni, un día “d’éstos”, en el mercado, que quería que mi amiga fuera la “capitana”. Él sueña dedicarse a prepararlas lo mejor posible, porque quiere que vayan al “mundial” en representación de México. “Quién quita” y nos traen –“ora” sí– una medalla de oro. Al regreso del mercado, su mamá le contó lo que le dijo el maestro. Y ella “s’imaginaba qu’entons” podría viajar a esos países donde se hablan otros idiomas. “Desd’ese” día, Toni va diario al “Campito”, con otras niñas, a entrenar “futbol”.